No es tiempo para la molestia y el enojo, ni de parte de directivos, cuerpo técnico y jugadores del Santos, sino del regreso al trabajo fecundo y creador, como diría el poeta. Porque malo cuando se dedica más atención a enojarse por la crítica que por el propio quehacer.
Esta joven directiva y este cuerpo técnico que ahora tiene el equipo de la Comarca ha dado muchas muestras de especial sensibilidad a lo que expresan los aficionados desde la tribuna y las críticas de algunos. Indica falta de madurez y de oficio.
Y mire usted que lo más importante es el trabajo que debe haber en los lugares donde entrena el equipo, para salir de este bache antes de que se vuelva arroyo o río que corre entre desatinos y falta de contundencia a la hora de definir los encuentros.
Cada quien debe ocuparse al 100 por ciento de lo que le corresponde, porque a Santos le vienen compromisos difíciles, un par de ellos fuera de casa, que afortunadamente es donde mejor está jugando, y su último gran concierto lo dio precisamente ante Chivas.
En la jornada nueve va a la casa del Cruz Azul, que ya está disputándole la calificación a los Pumas, y a la semana siguiente estará en La Bombonera ante el Toluca, así que regresará al Corona hasta la fecha once, cuando se enfrente a Monarcas.
En esta vida cada quien hace lo que puede o lo que sus capacidades le permiten, Santos es un buen equipo que necesita al frente gente capaz, prudente, juiciosa, para que le resulten más atinadas sus acciones y sus decisiones. No hay que olvidar que el que se enoja pierde.
