En estos veinticinco años de vida que tiene Santos Laguna se han escrito ya muchas historias y hemos sido testigos de varias de ellas por estar al lado del equipo desde su nacimiento. Vamos a recordar, por ejemplo, algo de lo que pasó en la campaña 1990-1991.
Eran tiempos difíciles, donde no se tomaba el paso que requería un cuadro ganador para aspirar a estar en las liguillas y rumbo a los campeonatos. En esa temporada hubo cuatro técnicos, y por poco se impone récord de timoneles. Además, se estuvo a punto de descender.
Empezó al frente del equipo José “Chelato” Herrera, un hondureño que traía buenas recomendaciones por haber llevado a la selección de su país a un mundial. Sólo estuvo dos partidos, y en la fecha tres entró al relevo José Luis Estrada.
Este se mantuvo hasta la fecha catorce, pero como los números seguían a la baja, se dejó en el mando al bombero de lujo del Santos, Carlos “Banana” Ortiz, desde la fecha quince hasta la veintiuno. En su primer partido enfrentó aquí a Chivas y empató a un gol.
Con el Rebaño venían como jugadores Benjamín Galindo, Javier Aguirre y Eduardo de la Torre. En la fecha 20 Carlos Ortiz presentó a Claudio Alberto Morresi, un argentino que para sorpresa nuestra hoy es secretario de Deporte del Gabinete de Argentina.
En la jornada 21 Ortiz dejó el timón y lo tomó Roberto Matosas desde la fecha 22 hasta la 38, y sería en Morelia, con un empate a cero goles, donde se lograría la permanencia del Santos en la Primera División. Tiempos difíciles que no deben volver.