Presión la que se vivía en esos tiempos, amenazados por el descenso. Hoy es otro tipo de emoción la que viven los jugadores del Santos, buscando estar nuevamente en una liguilla, tratando de refrendar un campeonato que ganaron con todas las de la ley.
Así pues, inspirados en lo que se logró, esta tarde los Guerreros deben darle a su gran afición otra alegría para seguir abonando a ese gran apoyo que tuvieron en los días aciagos, que empezaron desde los tiempos de Ahumada y que desembocaron en la amenaza del descenso.
Esta semana fue de mucho trabajo, de mucho análisis, de estudiar una y otra manera de contrarrestar la forma en que los Potros juegan, con mucha disposición ofensiva, sin descuidar, ya desde su línea media, esa famosa zona defensiva.
Esta última muy bien controlada por Federico Vilar en la puerta y en la zaga central por David Muñoz Mustafá, un hombre que estuvo en Santos y que no fue comprendido del todo, porque eran tiempos difíciles en los que se cometían muchos errores.
Santos irá con todo desde el inicio del partido. Sabe muy bien que si deja las cosas para el final, se le podría complicar el encuentro. Mucho tendrá que ver el desempeño de su media cancha, ahí donde Daniel Ludueña ha vuelto a ser el hombre importante.
Mientras que adelante, la afición sigue impulsando a Vicente Matías Vuoso para que no sólo anote goles sino que colabore en la distracción de los zagueros visitantes, gracias a esa enjundia y coraje que pone en cada una de sus acciones.