El futbol mexicano tiene ya nuevo campeón, y es el Toluca, dirigido por el técnico mexicano, el tapatío José Manuel de la Torre, quien en su presentación como timonel de los Diablos los llevó al título supliendo a José Pekerman, el argentino que no tuvo éxito.
Será un campeonato empañado por las malas decisiones del árbitro Roberto García Orozco, quien perdonó faltas graves, una de las cuales permitió que los ahora campeones jugaran al final contra diez hombres por la lesión que sufrió el cementero Villaluz en falta de Cruzalta.
Tuvieron que llegar los penales para definir al campeón, algo que también cuenta pero que por el nerviosismo de un jugador deja fuera a su equipo y todo el trabajo y esfuerzos que se desplegaron a lo largo del torneo.
Toluca había entrado a su cancha como gran favorito, pero encontró la reacción de unos cementeros que fueron más capaces y mejores en la cancha, pero les pesó no tener al final en la cancha a un jugador desequilibrante como Villaluz.
Nadie quita los méritos que tuvo el equipo rojo, que había iniciado el torneo con una derrota ante el Atlante, pero pronto “Chepo” De la Torre fue enderezando la nave, aprovechando la capacidad de un gran equipo, donde destacaban Cristante y Da Silva.
Ahora su directiva espera que la afición, que hace tiempo había dado la espalda al equipo, vuelva a llenar la Bombonera que muchas veces tuvo pobres entradas, quizá también por lo incómoda que resulta. Ahí hace falta un lugar mejor para ver el futbol.