El especialista vaticinó que el hoyo económico es tan grande que tomará alrededor de dos o tres años que el mundo se recupere.
Antonio Minzoni no sólo es uno de los actuarios que mayor aportación han hecho al país, sino también un individuo que durante sus años universitarios vivió desde Europa los efectos de la crisis de 1929; 79 años después también atestigua la más grande crisis financiera mundial.
El especialistas compartió su experiencia en ambos sucesos económicos. De inicio explicó que la actual crisis, al igual que la Depresión del 29, se inició por la euforia de los inversionistas, incluso en el ámbito inmobiliario.
“La del 29 se disparó por varios factores, entre ellas una serie de operaciones en Florida; de ésto poco se sabe. De la crisis actual, las reglas tan laxas para otorgar créditos hipotecarios son buena parte de la causa. La culpa de esta crisis es de las hipotecas subprime, no del uso de instrumentos de derivados financieros, no debemos olvidarlo”, precisó en entrevista Minzoni, quien a sus 94 años de edad todavía es catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“La crisis del 29 afectó más a Estados Unidos. En Europa casi ni se sintió porque la economía no estaba ni dolarizada ni mucho menos globalizada como ahora”, recordó el autor del libro ‘Crónica de 200 años del seguro en México’.
Señaló que no sólo es la globalización económica de los últimos 30 años, lo que hace que los efectos económicos se propaguen a todo el mundo, sino que el avance de las tecnologías de información hace que sean más rápidos los efectos.
“Las tecnologías de información hicieron que los intercambios de datos sean más rápidos, fondos soberanos de muchos países ahora tienen una relación más estrecha con fondos privados, no importa donde estén. Sin embargo, las regulaciones financieras ya probaron que no podrían controlar las operaciones aunque se lo propusieran por lo rápido con la que corre la información”, reflexionó.
Recordó que en los últimos 20 años la economía de Estados Unidos se vio envuelta en cuando menos cuatro burbujas especulativas (una de ellas por el rescate de México en 1995 y otra más a finales de los 90 con la fiebre de las puntocom). La periodicidad de éstas, dijo, se determinan con base en la doctrina económica que tienen las personas que controlan la tesorería, la economía y las finanzas de ese país.
“Hoy se trata de culpar a Alan Greenspan o a Robert Rubin, (quienes fueron Presidente de la Reserva Federal y Secretario del Tesoro, de forma respectiva, de Estados Unidos), pero ya nadie habla de las hipotecas, ¿se da cuenta?” criticó.
La crítica fue más ácida hacia las prácticas toleradas por las autoridades estadounidenses y europeas, quienes asegura que sí estaban enterados de que el crecimiento inmobiliario se debía al otorgamiento de hipotecas de forma creciente entre personas que no necesitaron de demostrar capacidad de pago.
“Hoy día ya se ve con más sospechas a los instrumentos derivados, pero éstos no ocasionaron la crisis. Lo que sí la propició fue el hecho de que hubo personas que dieron préstamos a personas que no podían pagarlas lo cual los convierte en cómplices. Además, coincidió la euforia bursátil, al igual que en la crisis de 1929; sume lo laxo de las regulaciones. Hoy el boquete no se sabe que tan profundo es, pero si se suman todas las inyecciones de capital y demás programas de rescate financiero, estimo que superaría los tres trillones de dólares”, explicó.
En México dijo que ya hubo un primer daño tangible de esta crisis: Genworth, que hace algunos años empezó a dar seguros a hipotecas mexicanas cesó operaciones por los problemas que ahora enfrenta su matriz en Estados Unidos.
El especialista vaticinó que el hoyo económico es tan grande que tomará alrededor de dos o tres años que el mundo se recupere.
1929 y 2008: puntos en común
Incremento del desempleo.
Falta de pago de créditos privados y entre bancos.
Disminución de la liquidez de las entidades financieras.
Quiebra de bancos.
Las grandes empresas y bancos claman por la protección del Estado.
Recesión económica.
Abarca todos los sectores económicos y sociales.
Se extiende a Europa y al resto del mundo.
Se desarrolla una crisis en la producción industrial.
Renuncia del liberalismo económico.
Intervención del Estado para solucionar la crisis.
Establecieron sendas leyes de emergencia para restablecer la actividad bancaria y la confianza en el sistema financiero.
FUENTE: Tomado de Grupo IXE quien a su vez cita a la redacción de Prensa Latina