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Un viaje al origen de los robots

Vittorio Moreli con algunas de las piezas que forman parte de su colección de autómatas que se pueden ver en el Centro Municipal de las Artes. EFE

Vittorio Moreli con algunas de las piezas que forman parte de su colección de autómatas que se pueden ver en el Centro Municipal de las Artes. EFE

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Los autómatas son a los robots lo que los homínidos al hombre.

Quien quiera conocer el origen "Neanderthal" de los míticos C-3PO y R2-D2 deberá acercarse a Alicante (este de España), donde por primera vez en Europa se expone la colección de autómatas del maestro Vittorio Moreli.

Un total de 70 autómatas o "muñecos con alma y vida", como le gusta afirmar al propio Moreli, integran esta exposición, valorada en 500,000 euros (630,000 dólares) y que abrió sus puertas hasta el próximo 8 de enero.

Muñecos circenses, personajes teatrales, animales grandes y pequeños, músicos, costureras y limpiadores son algunos ejemplos de "estos personajes que recobran vida cuando se les da cuerda".

Son obra de maestros históricos, como Vichy, Lambert, Bontems o Renou, y ha sido Moreli, tras 45 años de trabajo, quien los ha coleccionado y ahora los muestra por primera vez fuera de su taller.

Su afición surgió cuando, como relojero, recibió el encargo de arreglar un conjunto de músicos autómatas.

Cuando lo reparó y observó que se movían, entendió que su vida, "era dar vida a estos muñecos", cuya alma, escondida, "recobra brillo cuando se les da cuerda".

Algunos tienen más de doscientos años de historia, como los realizados con huesos en cárceles inglesas por presos napoleónicos, y otros se aproximan a los cien años, procedentes de los antiguos talleres franceses y japonenses.

Son autómatas. De los antiguos, de los del sistema de relojería, donde la complejidad es máxima.

Merced a su labor, una mujer se peina, otra cose, un oso mueve la boca, un conejo toca el violín, un hombre come sandía y varias mujeres mueven su abanico o su sombrilla mientras coquetean con la mirada.

Todo se mueve, incluida la imaginación y el tiempo.

Entrar a la exposición conmueve, es como viajar en un reloj. Es como entrar a una muestra del Neandertal para conocer el origen del hombre. En este caso, para conocer el origen de los robots.

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