Una ‘bestia’ muy divertida
Mariana Ochoa y Ernesto D’Alessio, protagonistas de La Bella y la Bestia, se divierten como locos en los ensayos.
Los ensayos de Mariana Ochoa y Ernesto D’Alessio en La Bella y La Bestia tienen un adjetivo: divertidos.
Cada vez que D’Alessio le tiene que agarrar la mano a Ochoa en una escena donde ambos leen la historia de El Rey Arturo, pone cara de borrego a medio morir. Ese gesto es parte de la actuación, pero también un guiño del actor que muestra la química que hay entre ellos.
James Kelly, director coreográfico de la puesta, también pone su granito de humor. Justo después de dicha escena, D’Alessio sale del cuadro con un brinco de alegría desenfrenada, pero al darle la indicación, Kelly apunta: “Bueno, tú que eres un ‘fresa’ puedes dar unos pasitos rápidos en lugar de brincar”.
El viernes pasado los actores recibieron la instrucción del trazo coreográfico, lo cual resultó un trabajo minucioso por la gran cantidad de detalles que exige la obra y que, en general, no siempre son apreciados por el público.
Por ejemplo, cuando Bella lee la historia del Rey Arturo, se sienta a la orilla de un pasamanos, para lo cual es indispensable que apoye el libro en las piernas. El director le explica: “en escena, el libro es muy grande y no podrías sostenerlo con una mano”.
En esa misma escena, D’Alessio y Ochoa cometieron un error grave. Él le agarró la mano a ella, cuando en realidad es ella quien debía agarrarlo a él.
Ese gesto es particularmente importante porque significa que La Bella comienza a simpatizar con La Bestia, que es el primer paso para que se enamoren y logren romper el hechizo que convierta a La Bestia en un príncipe encantador.
Detrás de los telones
¿Qué hay y cómo es el escenario?.
-El musical tiene 59 cambios escenográficos.
-La escenografía exige un mecanismo de 19 motores.
-En el telar se utilizan 12 mil 800 kilogramos para contrapesar la escenografía.
-Los telones miden 8.50 por 13 metros.
-El vestuario implica 194 cambios completos, 166 pares de zapatos y 196 pelucas.
-El traje de la Bestia requiere de una preparación de 2 horas antes de cada función.
Agrada a Mariana Ochoa doblar voz en cinta animada
La actriz y cantante Mariana Ochoa recientemente prestó su voz para la película animada Valentino y el Clan del Can, una coproducción México-Perú, su primer proyecto de animación.
Aceptó porque, además de ser una historia sobre perros, es un buen comienzo para crear una industria de animación en Latinoamérica.
“Me gustó porque no es una producción norteamericana, que sería un orgullo participar en una de esas, pero siempre se valora más un esfuerzo latinoamericano; y la otra fue porque como grabé mis diálogos sin ver ningún dibujo, siempre me imaginé a Mona en esta película”, dice.
La historia animada narra la vida de Valentino, un perro callejero que por necesidad trabaja en un circo y cuando ve a Bianca, una french puddle entre el público, surge su amor a primera vista.
“Algunas personas me dijeron que la historia les remitía a La Dama y el Vagabundo, pero no es así, de hecho hay una escena donde se parodia esa cinta que es la del espaguetti y que está dedicada a los escépticos,”, adelantó.
Valentino y el Clan del Can se estrenará el próximo 1 de agosto: “Aquí lo que cuenta es el mensaje y la historia que es muy familiar”, concluye.
Mientras, desde que Ochoa paseaba a sus perros por el parque México, hubo más de un despistado que se les quedó viendo de manera extraña.
Mariana ya está acostumbrada, porque acepta que sus perros parecen gremlins; sin embargo, es eso lo que los hace únicos y extravagantes.
Ellos son Mona y su novio Panchito, los compró en Nueva York, son de la exclusiva raza Grifón de Bruselas y los escogió porque nadie los quería. Mientras ella estudiaba en la gran manzana necesitaba de una compañía; así que muchas veces visitó una tienda de mascotas, y cada que entraba Mona y Panchito siempre estaban en el aparador.
“Nadie los quería por eso los compré, yo creo que eran los más raros”, contó la ex OV7.
Sus perros son como sus hijos, y a pesar de que la cantante y actriz toda su vida ha tenido perros, Mona y Panchito “son los más inteligentes que he tenido”.
