Una de cada cuatro jóvenes latinoamericanas es madre antes de los 20 años, lo que contribuye a perpetuar la exclusión, pobreza y desigualdad, advirtieron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ).
En el estudio "Juventud y cohesión social en Iberoamérica: un modelo para armar", ambas organizaciones explican que a pesar de que la tasa de fecundidad general en la región (2.37%) es incluso menor que la global (2.55%), la tasa de maternidad entre jóvenes de 15 a 19 años (76.2%) se dispara por sobre la tasa global (52.6%), además de que va en aumento.
Las principales causas, señalan, son los insuficientes programas de educación sexual y la falta de políticas públicas de salud sexual y reproductiva para responder ante la cada vez más temprana iniciación sexual de los jóvenes.
En todo el mundo los adolescentes comienzan su vida sexual cada vez más jóvenes, "pero la gran diferencia", afirma el estudio, "es que en los países desarrollados, la actividad sexual en la adolescencia se inicia y luego se continúa bajo condiciones de protección anticonceptiva”.
En cambio, en América Latina, "la difusión del uso de anticonceptivos se inicia una vez que las jóvenes tienen su primer hijo, lo que refleja que los servicios de salud reproductiva o bien actúan a destiempo, o lo hacen a partir del indicador de la maternidad y no del inicio de la sexualidad activa de las mujeres.
"Pareciera existir un marco institucional y cultural en que se empieza a reconocer como sujeto sexual a la mujer recién en tanto madre, lo que plantea un enorme desafío político”, sostienen.
Aunque el 45% de los embarazos de adolescentes entre 15 y 19 años son el resultado de la falta o el mal uso de un método anticonceptivo (OPS), el acceso y uso de anticonceptivos es mucho más restringido entre las jóvenes que aún no tienen hijos.
Ello se debe, señala el estudio, al estigma social, el rechazo de la familia, las restricciones administrativas que limitan la posibilidad de los adolescentes de solicitar directa y confidencialmente los servicios, así como a la falta de pertinencia de los programas públicos.
La gran mayoría de jóvenes en los ocho países analizados en el estudio -Bolivia, Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y la República Dominicana- inicia su vida sexual sin ninguna protección; sólo en Colombia y Brasil, la mayoría de las adolescentes comenzaron a usar anticonceptivos antes de tener hijos.
Por lo anterior, urgieron las organizaciones, urge crear programas preventivos especiales para adolescentes, pues ellas requieren un trato diferenciado al que reciben las mujeres adultas.
"Hay reglamentaciones y dispositivos institucionales inapropiados (porque los tratan con desdén, porque les imponen horarios o condiciones difíciles, entre otras trabas) desalientan a los adolescentes a usar tales servicios," señala el informe.
La gran mayoría de las madres adolescentes son pobres, de escasa educación y con altas posibilidades de constituir hogares uniparentales sin redes de protección social.
El embarazo precoz tiende a llevarlas a abandonar sus estudios, dificultando su inserción laboral, exacerbando las desigualdades de género y potenciando el círculo vicioso de la pobreza, según concluye el informe de la CEPAL.