Una Eva y mucha diversión
Los seguidores de Eugenio Derbez se levantaron para aplaudir su actuación como Freddy Benson en la función de estreno de la obra Una Eva y Dos Patanes.
La traducción al español de la obra incluyó la adaptación de algunos giros idiomáticos que escandalizarían a las buenas conciencias. Hay una grosería que empieza con p, otra que empieza con c, y hasta dejaron escapar un pedo. Son groserías que casi siempre se suplen en las obras musicales con eufemismos como “tontuelo”, “malandrín” o “flatulencia”, pero en esta ocasión se dejaron en el texto, casi todos dichos en parlamentos de Freddy Benson. Y los seguidores de Derbez se rieron.
Este personaje también implica un alto nivel de humor físico. Hay una escena donde se pelea a mordidas con un peperami que se resiste a ser masticado. Derbez termina en el suelo como un perro con un hueso duro de roer. Y sus seguidores se carcajearon.
El comediante tuvo un error notorio en una escena donde Freddy finge estar paralítico y pide la ayuda de Christine (Alessandra Rosaldo) para curarse. Él le cuenta que hace algunos años ganó en una competencia de baile junto con su novia pero que ese mismo día lo engañó con el productor del concurso. En ese momento Benson debió decir: “Al día siguiente ya no pude levantarme”. Pero Derbez se equivocó y dijo: “A la semana siguiente...”. Al darse cuenta del error, el comediante reaccionó: “Bueno, fue al día siguiente pero es que el tiempo se me ha alargado desde entonces”. Sus seguidores lo festejaron. Acostumbrados a ver este tipo de improvisaciones en sus programas de televisión, también habían festejado otro momento curioso: el personaje de Benson en silla de ruedas exige una gran habilidad de parte de Derbez, ya que el escenario incluye un giratorio. En uno de esos malabares, Derbez se deslizó más de la cuenta y, para no azotar, puso el freno de mano. Y sus seguidores aplaudieron.
La respuesta no fue igual de emotiva para Alessandra Rosaldo, coprotagonista de la obra que interpreta el papel de Christine, una millonaria ingenua que es acechada por Freddy Benson y por el príncipe Lawerence (Eugenio Montessoro) para sacarle 50 mil dólares. Rosaldo misma sabe que sus capacidades de comediante no son las de Derbez. “Antes de la función estaba con el estómago a todo lo que daba por los nervios. Cada que digo un chiste en escena, estoy con la expectativa de saber si entra o si no entra. Si se ríen, respiro, y si no, pues ni modo”. Rosaldo tuvo que resignarse con varios “pues ni modo”, durante su actuación. De cualquier manera, también le aplaudieron.
A diferencia de ella, Eugenio Montessoro muestra solvencia y buen tino en su interpretación de Lawrence. Con mucha experiencia en musicales, Montessoro encuentra muy pronto el tono de esta comedia. Por ejemplo, consigue gran veracidad en uno de sus parlamentos cuando le dice al personaje de Derbez: “Lo que te falta de gracia, lo compensas con vulgaridad”. El propio Eugenio hace mofa de sí mismo cuando en un parlamento dice: “Si Eugenio Derbez se atrevió a cantar ¡todo es posible!”.
