En la imagen armas Taurus, brasileñas, de uso para seguridad pública y protección del hogar, su costo va de los 4 mil a 12 mil pesos.
En México, la Secretaría de la Defensa Nacional es la única dependencia autorizada para vender armas, a pesar del enorme mercado negro que existe en el país. Según la Defensa, al menos 10 mil ciudadanos, se han armado en los últimos dos años para proteger sus domicilios y propiedades.
Omar, un ciudadano de 37 años de edad y padre de tres hijos, ya siente la inseguridad a la puerta de su casa.
Le robaron hace unos días las copas de las llantas de su automóvil.
“Lo que sigue”, dice, “es la casa o uno de nosotros”.
Lo que ve, oye y lee en noticias le incrementa su miedo: secuestros, asesinatos y asaltos a la orden del día en el país.
Funcionario del Poder Legislativo, con una vida tranquila y sin vicios, Omar tiene un motivo para comprar un arma: “Para sentirme seguro, para sentirme que estoy protegido si pasa algo en la casa”, confiesa al ser entrevistado en la Tienda de Armas del Ejército en el momento que fue a pedir la información para adquirirla.
Sin embargo, en toda su vida, Omar no ha disparado una pistola. No sabe si se atrevería a hacerlo, las implicaciones que tendría y en qué momento lo haría.
Así como él, 10 mil personas se han armado en los dos últimos años en el país para proteger su domicilio de la ola de violencia.
Pero dentro de esta comunidad armada hay un riesgo: se desconoce quiénes de ellos saben usar un arma. No hay datos ni registro oficial al respecto.
Especialistas en seguridad proponen que se regule esta situación proporcionando capacitación al ciudadano que compre un arma y, al mismo tiempo, aplicarle un examen psicológico. Otros expertos no ven un peligro latente en este negocio, ya que es un derecho constitucional del ciudadano el comprar un arma.
La Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la dirección de Comercialización de Armamento y Municiones, es la única corporación legalmente autorizada para vender armas cortas y largas para protección de domicilios, cacería y a corporaciones policiacas.
Para adquisición de cartuchos y municiones, existen en el país casi 200 almacenes autorizados por el Ejército.
ACCESIBLES
El requisito mayor para que un ciudadano compre un arma es no tener antecedentes penales, así como depender de un trabajo estable.
Este es el procedimiento: obtener un certificado de Antecedentes No Penales; presentar documentos personales como comprobantes de domicilio, identificación oficial con fotografía, una carta de trabajo para demostrar el modo honesto de vivir y llenar una solicitud.
Después, la Tienda de Armas investiga la identidad de la persona para comprobar la documentación que presenta.
Al tratarse de protección a domicilio, el usuario sólo puede adquirir un arma. Una segunda solicitud es rechazada. En México sólo se permite tener arma en un hogar para protección. La portación de armas está prohibida. El costo por pistola oscila entre los 5 mil y 10 mil pesos.
Para fines deportivos el espectro para adquirir un arma es más amplio. El peticionario mientras esté escrito en un Club de Caza puede comprar un arma corta y nueve largas para cacerías o tiros de stand.
En el caso de las personas morales, o quien solicite guardias personales, tienen que comprobar la necesidad del servicio y el perfil profesional de los escoltas. Esto aplica para la seguridad de las empresas y familias.
A FAVOR Y EN CONTRA
Especialistas en seguridad y criminología cuestionan y avalan la flexibilidad de la compra de armas en el Ejército.
María Elena Morera, presidenta de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), se manifestó a favor de reglamentar la compra de armas para protección del hogar.
“Es necesario hacer una examen psicológico para entregar un arma a cualquier persona.
“Y también tiene que capacitar a quienes se las vendan. Es un peligro el arma para quien la está comprando también.
“Es responsabilidad compartida tanto de la autoridad como el ciudadano y se tiene que legislar en la materia”, recomendó Morera.
El criminalista Martín Barrón, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), señaló que al Ejército no le corresponde legislar sobre este tema.
Es responsabilidad del Congreso de la Unión, explicó, generar una reforma para reglamentar la compra de armas para protección domiciliaria.
“Pero sí se les debe exigir que sepan usar la arma que compran en el Sedena. O bien, el ciudadano debe preocuparse por capacitarse antes de llevársela a su casa”, indicó.
Arturo Yáñez, ex asesor del Sistema Nacional de Seguridad desde la Presidencia de Ernesto Zedillo hasta Vicente Fox, consideró que el exigir capacitación a los usuarios que compren un arma, sería estimular su adquisición.
“Tener una arma en casa es un riesgo como tener un cuchillo, una navaja o cualquier otra arma, pero no hay un registro oficial que diga que, con las armas legalmente adquiridas, se están cometiendo delitos.
“No la hay. No veo un problema. El problema sería exigir capacitación para su uso porque eso sí estimularía su venta”, afirmó.
Yáñez y Barrón coinciden que las estadísticas oficiales no dicen que los ciudadanos que compran un arma para protección domiciliaria, estén cometiendo crímenes.
Defienden además el derecho constitucional del ciudadano de poseer un arma para protección del hogar.
Lo que es más grave, afirman, es el mercado negro de las armas que supera a las que legalmente vende la Sedena.
Yáñez considera que por cada arma legalmente vendida por el Ejército, en el mercado negro se venden 200, pero no es una cifra oficial.
Hay que saber...
A diferencia de otros países, en México la compra de armas es sólo para protección de
domicilios, no para portación. Para este fin están disponibles las siguientes armas:
Glock (Austria)
Beretta (Italia)
Ceska (República Checa)
Taurus (Brasil)
Browning (Bélgica)
Su costo oscila de 5 mil a 10 mil pesos.
Expertos y las mismas autoridades recomiendan a los ciudadanos capacitarse primero antes de
adquirir un arma.
La Sedena es la única dependencia autorizada para vender armas cortas, largas, para seguridad
pública, protección a domicilio, cacería y tiro deportivo y seguridad privada.
Se mantiene la venta de armas para caza
En los últimos dos años, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) vendió alrededor de 15 mil armas para fines de tiro deportivo y cacería cinegética.
Son armas largas, entre rifles y escopetas, así como algunas cortas, que se pueden escoger de entre 18 marcas y 200 modelos que se tienen a disposición del público.
El armamento proviene de países como Brasil, Estados Unidos, España, Alemania, Turquía, Japón, Bélgica e Israel, principalmente.
El equipo se comercializa en la Tienda de Armas con cede en la Ciudad de México.
El teniente coronel, Raúl Manzano Vélez, encargado de este departamento dijo que la venta de armas para caza se ha mantenido en los últimos dos años.
Los precios son variados. Hay pistolas de 4 mil pesos hasta escopetas berettas de 70 mil pesos.
De origen mexicano, solamente Productos Mendoza es el que fabrica el rifle deportivo calibre 22 y una subametralladora 9 milímetros. El resto es importación.
En México dejaron de fabricarse las armas a raíz de los problemas sociales- estudiantes del 68 y 71.
Industrias Trejo en Puebla planea fabricar una pistola deportiva calibre 22, pero aún no se concreta el proyecto.
Al mes, para fines deportivos y cinegéticos, la Sedena autoriza hasta 200 cartuchos por escopeta registrada.
Una persona mientras esté escrita en un Club de Caza y se encuentre activo en esta actividad, puede comprar un arma corta y hasta nueve largas para fines deportivos o de cacerías.