Los barrenderos se exponen todos los días a los riesgos que implica su trabajo, a pesar de todo tiene sus recompensas.
Durante 14 años ha trabajado en el Área de Limpieza del Municipio, tolerando insultos y menosprecio, pero las ganas de sentirse útil lo hacen seguir adelante.
Disfruta su trabajo
Durango. Sin importar las condiciones climáticas, día de la semana o insultos de los automovilistas, Ramón Solís González tiene 14 años de pertenecer al Departamento de Barrido Manual. De lunes a domingo se le ve pasar a lo largo de la mañana recorriendo toda la calle de Zaragoza recolectando la basura que los transeúntes y automovilistas dejan en el suelo y en los botes recolectores, soportando los agravios y agresiones de los conductores que le han llegado a “echar el carro”; pero a pesar de todo le gusta su trabajo y siente que vale la pena cuando alguien le da las gracias por tener la calle limpia.
Trabajo. Este noble oficio ha ayudado a solventar los gastos de su casa para la manutención de su esposa, con quien aún vive, y a sus tres hijos, ya todos están casados. El recorrido de Ramón va desde el bulevar Felipe Pescador al Dolores del Río y lógicamente le ha tocado encontrarse con cosas desagradables en su trayecto. “En esto uno ve cosas feas en la basura, cosas que no tienen porqué estar ahí pienso yo, como pañales usados, toallas sanitarias y hasta botellas con orines”.
Pero también ha tenido esos buenos ratos que hacen que la jornada valga la pena, encontrándose “uno que otro billetito de 20 pesos”. Recuerda que en una ocasión se llegó a encontrar hasta 450 pesos cuando barría la calle cerca del Santuario de Guadalupe, así sacó un dinero extra a su salario que es de 94 pesos diarios, poco más de dos mil 800 pesos al mes.
Riesgos. “Hay gente que yo no sé qué tiene en la cabeza pero pasa y nos insulta, nos pregunta que a poco por esto nos pagan, nos echan el carro encima o simplemente se molestan porque no traigo un cerillo, pero ¿para qué voy a traer yo cerillos?”, detalla Ramón molesto. Hizo mención que hace cinco años a uno de sus compañeros lo atropellaron en la esquina de las calles 5 de Febrero y Constitución, incluso hace un par de años un camión atropelló a otro empleado de Limpieza en la Zona Centro y lo mató.
“Pero yo siento bonito cuando alguien que pasa me da las gracias simplemente por tener limpia la calle”, dice con una sonrisa, “tengo la satisfacción de que todos mis patrones, que son los presidentes municipales, me han tratado muy bien”, finalizó.
Así como él, hay mil historias de duranguenses que con su esfuerzo y dedicación hacen que Durango mejore día a día... y usted estimado lector¿ qué hace por Durango?
Juan Manuel Cárdenas
El Siglo de Durango
Falta cultura y educación
Durango. Qué mejor testigo de la falta de cultura ambiental y la falta de educación, al estar en estrecho contacto con la gente Ramón Solís González se ha dado cuenta de que a los duranguenses nos falta mucho por aprender.
“La gente de Oaxaca que está ahorita en la Plaza IV Centenario viene a ponernos el ejemplo, cualquier persona que pase por ahí se va a dar cuenta que no hay basura tirada. Yo los veo que desde temprano ya está la gente de los puestos barriendo y limpiando ahí, no se ve basura; en cambio cuando hay una manifestación y se van lo único que dejan es la Plaza llena de basura”. Lo único que espera este trabajador de Limpieza del Municipio es que pase un año y medio más de vida para poder jubilarse, pero aún lo piensa pues otra satisfacción que siente de su trabajo es sentirse útil, “a los 58 años no es fácil que le den trabajo a uno en otro lado, por eso si Dios me da vida y si me lo permiten los patrones quiero seguir trabajando un rato más para poder sentirme útil”.
(cifras)
Ningún trabajo es sencillo y menos cuando se está en contacto tan estrecho con la gente.
58
años es la edad de Ramón Solís González, anteriormente trabajaba en una empresa de madera que lo liquidó al vender las acciones.
14
años de servicio son los que ha prestado en el Departamento de Barrido Manual, su recorrido es por toda la calle Zaragoza.
60
años son los que establece el reglamento para que un empleado municipal pueda jubilarse, a Ramón le falta solamente año y medio.
días de la semana conforman la jornada laboral de Ramón, ardua al no tener día oficial de descanso, pero le pagan el doble los domingos.
