El bosque Venustiano Carranza se ha convertido en una buena opción para visitar en estas vacaciones de verano.
Para María Elena y Ricardo Daniel un par de sandwich, jugos y galletas bastaron para gozar una mañana en el bosque.
Aunque las vacaciones han llegado, un gran número de familias laguneras ha decido quedarse en casa o bien disfrutarlas en los diferentes paseos públicos ante la falta de recursos económicos.
Pero para la familia conformada por María Elena y Ricardo Daniel, esto no ha sido un impedimento. Entrevistados en medio de las áreas verdes del bosque Venustiano Carranza, en donde se instalaron para disfrutar de su desayuno, comentaron que “la falta de dinero no ha limitado nuestra diversión”.
Desde muy temprano, dicen, salieron de casa para disfrutar el clima que se dejó sentir desde las primeras horas del día de ayer.
Un par de sandwinch, jugos y galletas bastaron para gozar una agradable mañana. “Salir de la ciudad ya representa un gran gasto, simplemente cuando salimos a Parras nos salió caro”, comentó Ricardo Daniel, mientras sus hijos paseaban en todos los juegos.
María Elena por su parte, comentó que visitar la Alameda, los museos y el Parque las Etnias, puede ser una buena opción para aquellas familias, que como ellos, decidieron no salir esta vez de la ciudad, ya sea por falta de recursos o simplemente para disfrutar de la región.
Quienes también disfrutaron de los juegos, las áreas verdes y del clima en el bosque, fueron Elena Espinoza y sus tres hijos: Brandon, Yahir, Michel.
Viven en la colonia Villas La Merced, que aunque lejos, no se compara con el gasto que les pudo haber generado un viaje por pequeño que éste fuera, “mi esposo trabaja en un taxi y por eso no pudimos salir además de que no tenemos el dinero suficiente para hacerlo”, comentó sin perder de vista a sus hijos.
La historia de la familia Espinoza es similar a la de Ricardo Daniel y María Elena: la falta de recursos que fueron una limitante para salir de la ciudad, pero no para divertirse.
Y es que el bosque Venustiano Carranza, así como la Alameda y otros paseos públicos, se han convertido en una buena opción para los laguneros que por falta de tiempo, dinero o de vacaciones, decidieron quedarse en casa y disfrutar en familia.
Ofrecerán cursos
Para que los estudiantes puedan aprovechar al máximo sus vacaciones ejercitándose tanto física como intelectualmente, el Instituto Coahuilense de la Juventud (Icojuve) pondrá en marcha una serie de cursos a partir de este lunes 14 hasta el mes de agosto.
Entre ellos: teatro, computación, defensa personal, artes plásticas, futbol, inglés, así como cursos para el manejo de corel draw y photoshop, y de primeros auxilios, rescate y supervivencia.
Verónica Martínez, directora del Icojuve Laguna, explicó que el objetivo que persiguen estas actividades, es que los jóvenes durante sus vacaciones de verano, que recién comienzan, tengan la oportunidad aprovechar su tiempo en algo productivo.
Para que pueden hacerlo a cualquier hora del día, el Icojuve pone al servicio de niños y jóvenes diversos talleres, tanto por las mañanas como por las tardes.
El cupo para cada uno de ellos es limitado, por lo que los interesados deberán presentarse antes de que termine esta semana, en horarios de oficina de lunes a viernes directamente en las instalaciones de Instituto.
Y es que, de acuerdo con Martínez, cursos como el de computación tendrán una capacidad de entre diez y 20 personas, mientras que de teatro entre 30 y 40, y el de corel draw y photoshop será para diez o hasta 20 personas.
Según explicó Xavier Álvarez, el curso de defensa personal será dirigido para hombres y mujeres de 12 a 29 años de edad, “se les darán las herramientas necesarias para prevenir cualquier agresión”, indicó el responsable del taller.
Será entonces hasta el próximo lunes 14 de julio, cuando el Icojuve ponga en marcha estos talleres dirigidos a niños y jóvenes.
A CONOCER
“Visitar la Alameda, los museos y el Parque Las Etnias, puede ser una buena opción para aquellas familias, que como nosotros, decidieron no salir esta vez de la ciudad”.
MARÍA ELENA, VISITANTE