En enero existía la presión para aumentar tarifas por el elevado precio de la turbosina, pero la competencia prevalecía y la temporada baja no permitía que se elevaran los precios.
El 2008 fue un año de constante turbulencia para la industria aérea nacional. Desde fines de 2007 ya se observaba un alza continua en el precio del combustible, que tocó su punto máximo a principios de julio cuando el barril de petróleo alcanzó un precio de 147 dólares. Sin embargo, analistas consultados coincidieron en que las aerolíneas de bajo costo y tradicionales se enfrascaron en una guerra tarifaria.
Algunas empresas incluso ofrecieron boletos a un peso más impuestos. José Luis Garza Álvarez, director general de Interjet, comentó en enero que existía la presión para aumentar tarifas por el elevado precio de la turbosina, pero la competencia prevalecía y la temporada baja no permitía que se elevaran los precios. “El reto más severo que enfrentamos los administradores de las aerolíneas en México y en el mundo es establecer estrategias para minimizar el efecto erosionante de la rentabilidad, enfrentando un insumo esencial (combustible) de elevado costo combinado con una baja generalizada de los precios”. Para algunas empresas, el combustible llegó a representar más de 40 por ciento de los costos totales de operación.
La Cámara Nacional de Aerotransportes pronosticaba que de seguir el alza en el combustible esto podría frenar el crecimiento del sector, la compra de aviones y la atracción de financiamiento, lo que se observó en los últimos meses del año. Ante la situación de crisis, las aerolíneas determinaron establecer cargos adicionales por combustible y por maletas, incrementar las tarifas, disminuir el peso en los aviones, quitar comidas calientes a bordo, entre otros.
Uno de los acontecimientos más importantes del año fue la puesta en marcha de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, al que se mudaron en enero Delta Airlines, Continental Airlies, Copa y Aeromar y Aeroméxico. Esta última anunció la creación de una filial de vuelos charter, Aeroméxico Travel.
Cinco aerolíneas dejaron de operar. El 23 de julio, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes anunció la suspensión de Aerocalifornia por incumplir sus obligaciones fiscales y no presentar los comprobantes de pago de los derechos para aprovechar el espacio aéreo mexicano.
Buen piloto
Este año a Javier Christlieb, presidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), le tocó sortear la turbulencia de la crisis de la industria aérea, que se originó principalmente por el alza constante en el precio del petróleo, la competencia entre empresas de aviación de bajo costo y troncales, la suspensión de cinco aerolíneas por no pagar sus derechos de navegación en el espacio aéreo y por falta de recursos para seguir operando. Su participación destaca por empujar algunas iniciativas que pretendían dar alivio a las presionadas finanzas de las aerolíneas.
A fines de 2007, Christlieb comentaba acerca de la preocupación de las aerolíneas por los incrementos observados en el precio del combustible; también decía que las tarifas no eran razonables para generar una utilidad adecuada. Manifestó que existía un exceso de 80% de asientos, frente a un crecimiento real del mercado de entre 15% y 20%.
En diciembre del año pasado dijo que las aerolíneas se encontraban peleando por el mismo pasaje, en las mismas rutas, y generando una guerra de tarifas. A las aerolíneas de bajo costo (ABC) les solicitó ajustar sus tarifas a los costos reales, porque de lo contrario algunas compañías desaparecerían. Cabe destacar que algunas manejaron tarifas promocionales de hasta un peso más impuestos en viaje sencillo.
En marzo, la Canaero participó en la firma de un convenio entre Pemex y Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA). El representante de las aerolíneas explicó que el convenio ayudaría a reducir el costo de transportar la turbosina en aproximadamente 150 millones de pesos anuales; además, el combustible se enviará del centro de almacenamiento más cercano hacia el aeropuerto para bajar los costos.
