Vaqueros otro año en la orilla
Al inicio de la temporada Vaqueros necesitaba un manager propio, con juventud, el carácter y conocimiento.
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Tristeza y frustración es el sentimiento que hoy acompaña a los seguidores de Vaqueros Laguna, por segundo año consecutivo el equipo naranja hizo una fuerte inversión pero nuevamente el objetivo de play off se quedó corto; los aficionados aún no entienden las razones y lo único cierto es que La Laguna otra vez sólo tendrá acceso a la postemporada a través de algunos partidos por televisión.
Cuando se vive un fracaso de tal magnitud no es válido cargar la responsabilidad en una sola persona o un hecho aislado, el objetivo de play off era muy claro. La ilusión fabricada en torno a la “Máquina Naranja”, los “super peloteros” o los “chamacos maravilla” creó en el aficionado un dolor proporcional a la ilusión que se tuvo, aunque es importante reconocer que en la construcción de una base de peloteros mexicanos de calidad se dio un buen avance en este doloroso 2008.
¿Qué pasa en Vaqueros Laguna? ¿Quién se encarga de contratar a los refuerzos y realizar cambios de peloteros? ¿Por qué otros equipos sí consiguen extranjeros estelares? ¿Cuál es la razón de tantas lesiones? Todas estas preguntas hoy se las hace la afición que a lo largo de la temporada 2008 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) siempre estuvo con su equipo en el Estadio de la Revolución, lo que da al conjunto naranja una serie de aspectos indispensables para crecer como organización: el respaldo de empresarios exitosos, uno de los estadios más funcionales de la LMB, y un público que apoya, pero a la vez exige resultados, actuaciones positivas que se reflejen en el standing, en llegar a play off, a luchar por el título, y en el deseo ferviente de sentir orgullo grande por ver al beisbol profesional de La Laguna en un lugar de privilegio dentro del ámbito nacional.
LA HISTORIA EMPIEZA A ESCRIBIRSE
En Vaqueros Laguna desde dos años atrás es clara la idea de trabajar con jóvenes y poco a poco construir una base sólida de talento nacional, la cual soporte al equipo durante varios años, a ese cimiento habría que apoyarlo con extranjeros rentables en posiciones específicas para tener como resultado un cuadro protagonista.
En poco tiempo ya hay resultados positivos y gracias a esa difícil labor hoy Vaqueros Laguna tiene jóvenes como Alonso Castañeda, César Márquez, Héctor Olivas, Alejandro Ramos, Jorge Luis Ibarra, Rolando Pereyra, Ramón Ramírez, Édgar Morán y Juan Diego Siary. Efraín Barragán no es producto de ese trabajo, pero sí es un elemento que embonó en ese engranaje. En la transformación del equipo el problema es la urgente necesidad de ganar algo en la LMB, el último campeonato fue en 1950, por lo que las nuevas generaciones no conocen el sabor de esas mieles.
La experiencia en 2007 fue amarga, el análisis minucioso de la situación arrojó conclusiones interesantes, Vaqueros necesitaba un manager propio, con juventud, el carácter y conocimiento, que llevara de la mano ese doble proceso, construir una base mexicana y darle a la afición el espectáculo de la postemporada. La apuesta fue por Ramón Esquer, viejo conocido de la afición que llegó tres años atrás en calidad de coach, y poco a poco enseñó deseos de dirigir en la fuerte LMB. El paso del tiempo demostró que la elección de Esquer no era la adecuada, el sonorense fue cesado muy tarde, el equipo ya estaba en “terapia intensiva” y Rafael Castañeda entró en busca de una misión imposible.
Trascendental fue la salida de José Amador Rodríguez, el mejor productor del equipo en 2007 pasó a los Olmecas de Tabasco a cambio de Vinicio González, y en un esfuerzo por nivelar la operación, también se dio la llegada de Héctor Chavarría. Quizá había razones con el peso suficiente para negociar a José Amador, sin embargo, lo que vino a cambio se quedó muy lejos de hacer algo a favor de la causa naranja. Al presentar a Ramón Esquer como manager se conocieron modificaciones en el cuerpo técnico, Ángel Moreno dejaba de ser coach de pitcheo para dar paso a Héctor “Caballo” Heredia, se mantenía a Francisco Chávez y José Juan Bellazetín, mientras que a Héctor Álvarez se le anunció como coach de primera base, en el lugar que dejaba Ramón Esquer, también por petición del nuevo estratega llegó José Luis “Chato” Luna como instructor de los receptores.
La nueva temporada se acercaba y sin mucho ruido se anunció la llegada de Juan Salvador Delgadillo, procedente de los Tigres de Quintana Roo, el derecho de Villahermosa resultó un gran acierto de la directiva, al convertirse en esta temporada en uno de los mejores lanzadores en la historia del equipo, un verdadero “Caballo” como en su momento fueron Hilario Rentería, Juan Manuel Palafox, Lauro Cervantes o el inolvidable Daniel Ríos. Delgadillo lanzó el viernes anterior un partidazo de ocho entradas y una carrera, pero su trabajo no alcanzó para la trascendental victoria.
También de los felinos de Cancún llegó Baudel Zambrano, al que se anunció como preparador, junto con Héctor Chavarría y Federico Castañeda; el derecho de Los Mochis se había distinguido por realizar trabajos efectivos en relevos largos o intermedios.
Para abrir el orden al bate se contrató como agente libre a Dionys César, el dominicano se unió al equipo el cuatro de marzo, al término de la pretemporada en Monterrey, no estar en buena forma hizo que el moreno fallara con el bate en varios juegos que finalmente se perdieron en la primera vuelta, César levantó el vuelo y en toda la segunda parte fue el pelotero clutch, el que siempre cargaba al equipo, a pesar de ser el primer bate, resultó el mejor productor de la novena y defensivamente fue muy rentable, como jardinero central, segunda base o parador en corto.
Unos días después se anunció como cuarto bate al puertorriqueño Raúl González, que venía de una temporada de 83 carreras producidas con Oaxaca, sólo que en aquel equipo el boricua tenía a quien resultara campeón bateador, Carlos Rivera, también borinqueño, así como al venezolano Pedro Castellano. Raúl González impulsó muchas carreras con los Guerreros de Oaxaca, pero como tercero en el orden, aquí se pretendió llenar con él la necesidad del cuarto, por lo que fue dejado en libertad para activar a Melvin Nieves, un fiasco disfrazado de pelotero.
Tampoco se hizo mucho ruido, pero muy cerca de arrancar la pretemporada en Monterrey se anunció la llegada de Nicolás García a cambio de Francisco Arias, el campo corto obregonense fue, junto con Juan Delgadillo y Federico Castañeda, lo más destacado de Vaqueros Laguna en 2008, sin descartar la labor de Dionys César.
Otra necesidad era un pitcher abridor extranjero, se intentó con el cubano Alberto Castillo y el dominicano Jesús Matos, pero ninguno aceptó el ofrecimiento, en ese tiempo los Diablos Rojos del México dejaron a uno de los lanzadores venezolanos que tenían en pretemporada, y así llegó Yoel Hernández. Al tener como cerrador a Dave Elder se pensó en Yoel como inicialista, pero el sudamericano fue claro al señalar que su especialidad era preparar o cerrar juegos. Dave Elder se lastimó el codo en la Copa Gobernador y las cosas se dieron para ubicar a Yoel Hernández como relevo corto, el derecho de Venezuela fue otro extranjero rentable para la organización, a pesar de que en algunas ocasiones claves falló, como el viernes pasado, al ser el derrotado luego de un relevo desafortunado.
A punto de iniciar la temporada Vaqueros Laguna anunció al zurdo venezolano Jan Carlo Granado como quinto inicialista, en teoría el equipo estaba listo para una nueva aventura; ya se tenían primero y cuarto en el orden, así como el cerrador extranjero, la planeación original, en el papel se había cumplido.