Un pastor evangélico ecuatoriano veló a su cuñada durante 55 días en la sala de su domicilio a la espera de que resucitara, pero las autoridades lograron recuperar el cuerpo, que estuvo en el sitio con autorización del esposo de la fallecida y otros parientes.
El cuerpo de la ecuatoriana Elextra Ríos, que falleció el pasado 23 de septiembre, era velado en una sala de no más de 20 metros cuadrados en cuyas paredes se destacan leyendas bíblicas.
El pastor Enrique Jara impidió en principio ser fotografiado, pero luego accedió porque “recibió un llamado de Dios” que le decía que ya se lo podía retratar, relató el diario El Universo que visitó el sitio del velatorio en la ciudad costera de Guayaquil (Suroeste).
Jara comentó que nunca imaginó vivir junto a un cadáver hasta el momento en que la primera semana del velatorio “recibió un llamado de Dios” que debía acatar y que consistía en “esperar la resurrección” de Elextra Ríos.
Igual convicción dijo tener Jorge Reyes Carrasco, técnico dental y esposo de la fallecida, quien aseguró que pese a que el cadáver fue trasladado al tanatorio, “los llamados de Dios”, que él también supuestamente había recibido, le indicaron que ella resucitaría, incluso si ordenaban que el cuerpo fuera sepultado.
Jara indicó que no hubo problemas sanitarios por el mantenimiento del cuerpo en el lugar y aseguró que ni él ni un grupo que iba cuatro días a la semana a orar a su casa sintieron malestar por alguna descomposición del cadáver.
No obstante, según el diario Hoy, las autoridades acudieron al lugar por la denuncia de “olores nauseabundos” que salían de la vivienda donde se velaba a Ríos, de 54 años y que falleció por un paro cardiorrespiratorio.