Los senadores son iguales a todos los políticos mexicanos: personas corruptas que utilizan su autoridad para beneficiarse o para beneficiar a sus partidos.
Así lo indica el estudio de imagen pagado por los propios integrantes de la 60 Legislatura, en el que se detalla la percepción ciudadana sobre la Cámara Alta, sus integrantes y su papel frente a otros poderes.
“Su primera impresión sobre los senadores es que son iguales a todos los políticos mexicanos. Al principio todos hablan de personas corruptas. De forma inercial asocian a los senadores con la figura negativa que tienen de los políticos como personas deshonestas y poco confiables.
“‘Si me dicen política, lo primero que me viene a la mente es un senador corrupto’”, señala el análisis elaborado por la empresa Phenoma Targeting Lab, contratada por los legisladores.
Según el documento, los senadores son personas que basan su actividad en la razón y el buen juicio, sin embargo, indica, reproducen algunos defectos de la política. Se afirma que el aspecto más criticable de un senador es que parezca “inexperto o inseguro en su forma de actuar”.
En contraste, en el estudio también se enlistan las fortalezas en la imagen del Senado y las consideraciones que deben adoptarse en la estrategia de comunicación. Detalla que la imagen que espera la ciudadanía es la de políticos hábiles y serios en su desempeño.
“Más allá de conocer los procesos del Senado, la expectativa es que sean la voz más crítica y reflexiva de la actividad en general.
“También esperan que el senador sea el contrapeso de las estrategias de los gobernantes para beneficiarse políticamente. Vigilar las leyes que propone el Presidente forma parte de la responsabilidad mayor de evitar desequilibrios”, considera.
Aunque el estudio no incluye un análisis sobre la imagen de los diputados, se menciona a los de San Lázaro como figuras políticas con menos autoridad y profesionalismo que los senadores.
El análisis es producto de la aplicación de cuestionarios en el DF, la zona metropolitana del Estado de México, Monterrey, Guadalajara, Tijuana y Mérida.
