La epilepsia tiene su origen en unos cambios breves y repentinos del funcionamiento del cerebro.
La epilepsia es una enfermedad producida por una alteración del funcionamiento cerebral, debido a la descarga de impulsos eléctricos de las neuronas.
Esto se traduce en crisis epilépticas, las que en algunos casos se presentan en forma generalizada, o en forma parcial, con o sin alteraciones de la conciencia.
Intervienen diversas características: edad, tipo de crisis, carga genética, alteraciones
electroencefalográficas y de imagenología. Dependiendo de ello, se integra un síndrome epiléptico, que determinará el pronóstico y la duración del tratamiento.
La epilepsia se manifiesta en ocasiones por factores genéticos (Epilepsia mioclónica Juvenil) y por diferentes tipos de crisis, que determinarán qué tipo de fármaco es el indicado.
El futuro de las personas que la padecen depende del diagnóstico oportuno y del tratamiento.
Es una enfermedad común; puede comenzar a cualquier edad, aunque su inicio es más frecuente en la niñez, no distingue raza, sexo, ni condición social o económica.
No es contagiosa; no es una efermedad mental ni tampoco locura. No afecta a la inteligencia y las personas que la padecen pueden llevar una vida normal.
Los 3 problemas fundamentales
*Falta de un diagnóstico oportuno, ya sea por falta de información o por el temor a enfrentar la enfermedad.
*Abandono del tratamiento. Muchas personas dejan el medicamento al cesar las crisis.
*Dificultades de tipo social y económicas principalmente. Esto impide que se puedan adquirir los medicamentos, realizar los exámenes necesarios y acudir a los controles médicos
Tratamiento
Debe enfocarse desde una perspectiva integral biosicosocial, con miras a mantener y mejorar la calidad de vida del paciente epiléptico.
El manejo farmacológico depende básicamente del diagnóstico, por lo que no puede iniciarse un tratamiento sin aclarar el tipo de epilepsia que sufre el paciente.
Adicionalmente, deben tomarse en cuenta algunos aspectos de quienes sufren la enfermedad, como la edad, el peso, el estado funcional, la ocupación, y las condiciones económicas.
¿Qué hacer ante un ataque?
Tenga en cuenta estas pautas si alguien cercano tiene una convulsión:
*La mayoría de las convulsiones no atentan contra la vida. Manténgase calmado.
*No trate de impedir que la persona se mueva.
*Retire los objetos que podrían causar lesión si la persona se cae o si se tropieza.
*No mueva a la persona a otro lugar.
*No la fuerce para que abra la boca ni le ponga nada dentro de la misma.
*Cuando la convulsión termine mire si presenta señas de confusión. Permita que descanse o duerma si lo desea.