Los tics se desencadenan debido a una sobreproducción de neurotransmisores.
Su nombre científico es síndrome de Tourette, el cual puede dar serios problemas a sus víctimas, que incluye a niños, mujeres y ancianos.
Los movimientos involuntarios del rostro o la emisión de ruidos, como chasquidos con la boca, son un asunto de salud neurológica, la mayoría de la gente los conoce como tics y no les da importancia, pero los médicos los identifican como síndrome de Tourette y advierten que pueden causar aislamiento social.
El médico Dario Rayo Mares explica que no se ha encontrado el gen responsable del problema, pero se sabe cuáles son sus efectos.
Los tics se desencadenan debido a una sobreproducción de neurotransmisores o sustancias empleadas en la comunicación entre neuronas; concretamente químicos como dopamina, serotonina y noropinefrina.
Lo cierto es
Estudios realizados recientemente apuntan a que una persona con este síndrome tiene 50% de probabilidad de heredar el trastorno a sus hijos.
De acuerdo con especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el síndrome de Tourette afecta a 2% de la población mundial.
Su origen es neurológico y se le conoce igualmente como Enfermedad de los Tics, la cual ataca generalmente en la infancia, a partir de los cinco años. En la mayoría de los casos es transitorio, pero hay personas que lo sufren como trastorno crónico y puede llegar a incapacitarlos de por vida.
El neurólogo Rayo Mares, galeno en el Hospital de Pediatría de Centro Médico Nacional Siglo XXI, llama la atención sobre que en niños en edad escolar los tics son temporales y son una respuesta emocional en épocas de estrés, tensión familiar o social. Pero, añade: “Los infantes con síndrome de Tourette ven interrumpida su socialización y muchas veces son rechazados”.
Los tics se dividen en simples y complejos, los primeros pueden ser parpadeo, muecas, gestos con la boca, morderse los labios, toser y hacer succiones o chasquidos.
El experto dice que los complejos llevan implícitos rasgos de personalidad: gestos relacionados con el aseo, saltar, pisotear, movimientos exagerados de cuello o manos, imitación de las personas, repetición espontánea e involuntaria de sílabas o palabras y pronunciación de frases fuera de contexto.
Atención médica
La detección del padecimiento se realiza mediante tomografías, resonancias magnéticas y electroencefalogramas, para descartar otros trastornos.
El diagnóstico lo realiza un psiquiatra o neurólogo, el cual se basa en la observación de los síntomas y el estudio de la historia familiar.
El tratamiento que brinda el IMSS es farmacológico, por medio de neurolépticos, medicamentos que disminuyen la hiperactividad y antidepresivos. Cabe señalar que no elimina los síntomas, pero sí los atenúa en 85%.
Es importante que los padres estén atentos de los síntomas, ya que al principio de la enfermedad, éstos pueden pasar desapercibidos. Los actos repetitivos aparecen a cualquier hora del día y sin que haya relación con las actividades que realiza la persona o el lugar donde se encuentra.
El especialista destaca que el paciente con síndrome de Tourette puede reprimir sus tics algunas veces, incluso durante horas, pero después de cierto tiempo busca un lugar apartado donde le sea posible expresar sus síntomas en la soledad.