El senador, primer compadre y secretario general del PAN, Guillermo Anaya prácticamente ya decidió no meterse al proceso para elegir los candidatos del PAN a diputados locales que serán enviados a lo que se espera será una carnicería tricolor en las elecciones al Congreso del Estado (al menos viendo que al blanquiazul lo han blanqueado en las elecciones de este año). La decisión obedecería tanto a razones tácticas como estratégicas.
La táctica es que el senador ya se hizo a la idea de que no tiene nada qué hacer en el PAN de Torreón, donde el que rifa es su archirrival José Ángel Pérez. Pero la razón estratégica es más interesante. Según se comenta por ahí, el primer compadre sabe que el PAN la tiene cuesta arriba en las elecciones de octubre: en las legislativas en lo que va del año, el PAN ha ganado sólo uno de cincuenta distritos locales disputados en Baja California, Quintana Roo e Hidalgo. Nada anticipa que la cosa pintaría mejor en Coahuila, donde el tricolor de Rubén Moreira anda acelerado y el jefazo del PAN, Jesús Flores Morfín, no lo es de tiempo completo. El caso es que, sabiendo que al PAN le puede ir como en feria, don Memo tendrá el pretexto perfecto, en caso de que así sea, para ir a decirle al Comité Nacional (donde es el número dos) que don José Ángel le está dando en la torre al partido en Torreón, y así poder recuperar algo de liderazgo y poder seguir serruchándole el piso.
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Tanto se ha hablado de cambios en la Presidencia Municipal, que el alcalde José Ángel Pérez ya maneja el área de recursos humanos igual que la de obra pública: nomás dicen y no aterrizan. Finalmente para mañana se tiene agendada la sesión de Cabildo para formalizar algunos cambios ya anunciados. Pero la sorpresa fue en la dirección de Planeación, donde Jorge Núñez ya está empacando maletas porque se consiguió una buena chamba en Pemex. Don Jorge, como se sabe, es el artífice de la zona metropolitana y se había hecho notar como uno de los mejores funcionarios en el Gabinete de don José Ángel, metiéndole cabeza a los proyectos que manejaba y con una afición para meterse en la letra chiquita de los programas federales a ver de dónde sacaba dinero. También anduvo muy movido con lo de la reestructuración de la Policía para conseguir dinero federal. Pero don Jorge consiguió mejor oferta, aunque las malas lenguas dicen que andaba medio fastidiado por que las cosas no avanzan en la Presidencia Municipal. En su lugar queda su adjunto, Arturo de la Torre. Los otros cambios ya estaban “cantados”: Carlos Gregorio Ramírez pasa de Servicios Públicos al departamento Jurídico y en su lugar queda el jefazo de Inspección, Heriberto Martínez. El director de Servicios Generales, Fernando Zertuche, se va a Pensiones. El que se salvó fue el director de Desarrollo Urbano, Alberto Hermosillo, que también parecía ir para afuera. El único que quedó sin chamba fue el director jurídico, Roberto Robles Medrano, que ya llevaba tiempo queriendo renunciar, pero no lo dejaban. Pero nadie más quedará fuera porque, como se sabe, el alcalde quiere mucho a sus funcionarios y los cubre con su virginal manto.
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Y hablando de cambios, aún suenan ecos de los movimientos que se aventó el alcalde de Gómez Palacio, Ricardo Rebollo. Como se recordará, el jefe de Policía, Roberto Orduña, dejó el puesto según esto, por motivos personales. Pero conforme reportan nuestros subagentes, fue don Ricardo quien le dio las gracias. Lo curioso es que, dicen por ahí, don Roberto ni idea tenía de que lo habían corrido. Los cambios se anunciaron el jueves 14 de febrero, y todavía esa noche el mayor Orduña despachaba en su oficina atendiendo algunos asuntos, aunque en la Presidencia Municipal ya se había decidido su salida. Al parecer, el mayor ocultaba cierta información al alcalde sobre cuestiones de seguridad pública, de modo que el alcalde decidió repetirle la dosis y el pobre mayor se enteró hasta el día siguiente de su salida, cuando ya todo estaba consumado. Bueno, se ahorró unos días de depresión.
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Muy sigiloso se dejó venir el gober Humberto Moreira el sábado a anunciar el arreglo para los terrenos de Zaragoza Sur. Dicen nuestros subagentes que el anuncio lo traían muy bien guardado por temor a que los líderes que han lucrado durante años con la parte más pobre de Torreón, fueran a acorazarse y agandallar terrenos. El secreto no fue compartido ni siquiera con las autoridades municipales y el alcalde José Ángel Pérez se quedó, de nuevo, lamentando que el “Gobierno de la gente” no le avise lo que hace en Torreón. Aunque también hay que notar que el Municipio se salió convenientemente de las negociaciones porque no se quería meter en ese problema. Total que, con música de Lorenzo de Monteclaro y aventándose un baile, el Latin Gober anunció el acuerdo, aunque luego sus huestes se empezaron a hacer bolas explicando cómo estuvo el arreglo porque todavía no se ha hecho el pago al dueño de los terrenos y nadie sabía exactamente cuánto iba a costar. Pero nomás se fue don Humberto y los líderes en la Zaragoza Sur ya empezaron a ver qué provecho le sacan. Nuestros subagentes apuntan al regidor del PRI, Gustavo Ramírez, que ya se posesionó de un pedazo de tierra planeado para ser una plaza, para hacer negocio. O sea que la regularización de terrenos que don Humberto presumía como acto de justicia, podría resultarlo nomás para unos cuantos y eso no se vale.
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Por cierto, causó extrañeza la presencia del diputado priista Jericó Abramo Masso en el evento de la Zaragoza. Don Jericó, como se sabe, es diputado por Saltillo y hasta donde tenemos entendido, su distrito no llega hasta Torreón, de modo que las malas lenguas ya andan especulando qué andaba haciendo por estos lares. Es probable, como ya se ha apuntado, que el gober Moreira anda “placeando” a su diputado favorito para que lo conozcan con miras de apuntalarlo a cosas mayores. Obviamente, don Jericó tiene que pasar primero la aduana de la alcaldía de Saltillo y esto podría explicar el round que se aventó el gober Moreira con el otro diputado de la peronera capital, el panista Óscar “El Muñeco” Mohammar, que le reclamó al Gober andarse metiendo con los delegados federales, a lo cual don Humberto respondió que no le contestaba porque como era el gobernador se tenía que aguantar. Así se anticipa la batalla por la alcaldía de la peronera capital, en un debate político de altura.
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