En la historia oficial de Coahuila, Francisco I. Madero y Venustiano Carranza parecen ser personajes insignificantes frente al gober Humberto Moreira. El Plan de San Luis nada tiene que hacer contra Mano con Mano; la Constitución de 1917 palidece frente a Cero Marginación. Al menos ésa es la historia en el libro “Coahuila: Origen y futuro”, impartido en las secundarias del Estado. Nuestros subagentes disfrazados de maestros, comentan que el libro estuvo en elaboración todo el año pasado, o sea que el gober nomás se esperó como año y medio antes de que la Historia pasara juicio sobre su Administración. Hasta donde se recuerda, sólo otros dos personajes se han tardado menos en meter sus hazañas históricas en los libros de texto: Mao y Fidel. Los libros comenzaron a circular en noviembre, antes de que la reforma electoral prohibiera la promoción que se ve en el texto, que se adorna con fotos que muestran al gober o a logotipos de sus programas de Gobierno. Lo curioso es que la secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, salió a criticar el libro, cuando uno de sus subordinados lo aprobó. En efecto, el aval lo dio el director general de Desarrollo Curricular de la SEP, Leopoldo Rodríguez. Para más señas, el jefe de don Leopoldo es Fernando González Sánchez, que además de ser subsecretario de Educación Básica, es yerno de la maestra Elba Esther Gordillo quien, como se sabe, es cuatacha del gober. De modo que es natural que el libro no haya tenido ningún obstáculo para su publicación, aún cuando la forma en que está destacada la biografía de don Humberto hace recordar los tiempos de Luis Echeverría o José López Portillo. Uno pensaría que el país había superado eso. Por supuesto el PAN está debidamente escandalizado, aunque olvidan que Vicente Fox también era dado a ese culto de poner su linda cara en todos lados. En el “Gobierno de la gente” argumentan que es necesario que los estudiantes conozcan lo que hace el Gobierno, pero también es cierto que hay formas y que el culto a la personalidad no es una de ellas.
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La salida de Jorge Núñez de la dirección de Planeación de Torreón le inyectó incertidumbre al proyecto de la Zona Metropolitana, pues se va el único que le entendía a los mecanismos que permitieron bajar el dinero federal. Don Jorge agarró un buen hueso en Pemex y hasta ahora no se sabe quién ocupará su lugar, precisamente cuando la Secretaría de Hacienda está por publicar las reglas del programa para que los municipios de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo presenten proyectos que, al parecer, todavía no tienen. Se recordará que don Jorge fue quien explicó a los alcaldes cómo conseguir esos recursos, por lo que su reemplazo deberá ser uno de esos raros funcionarios que tienen como pasatiempo leer el Presupuesto de Egresos de la Federación como si fuera novela de García Márquez (de las buenas). O sea que no está fácil. Pero en la puja por agarrar esa chamba ya se ve al director de Fomento Económico, Julián Jaime, que llevaría a ese cargo conceptos tan elevados como considerar un McDonalds como inversión extranjera. Si brinca de chamba, don Julián dejaría pendiente la intención que tenían de inyectarle 120 millones de pesillos a proyectos de infraestructura industrial, que hasta ahora sigue siendo realidad sólo en la cabeza del alcalde José Ángel Pérez, pues no se ha visto un avance concreto. Otro que quiere la chamba es Giovanni Sáenz, que actualmente maneja el área de Sistemas de la Presidencia Municipal, aunque no se sabe cómo lo califica eso para agarrar la chamba. El cargo requiere no sólo visión de largo plazo, sino también conocimiento de los rincones del Gobierno Federal para aterrizar programas. Pero entre las huestes del Alcalde, lo que importa es agarrar hueso. En este panorama no ayuda mucho que el encargado de la Zona Metropolitana en Gómez Palacio, Ricardo Chon, parece más interesado en sabotear proyectos, según cuentan nuestros subagentes, que indican que don Ricardo plantea incluir en los planes la construcción de vialidades que pasen por terrenos de su propiedad. ¿Será?
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Nuestros subagentes que festejaron los cincuenta años del alcalde José Ángel Pérez mejor que los cien de Torreón, anduvieron en esa labor de parranda el fin de semana. Apenas se recuperaban de la fiesta del jueves, que fue de “alto nivel” con empresarios y funcionarios, el sábado ya andaban en otra, en lo que había sido una tienda del bulevar Revolución junto al Seguro Social, donde unos dos mil invitados, en su mayoría huestes panistas, festejaron al Alcalde con otra parranda, ésta más populachera. Con mantas y música, la pachanga parecía más un mitin político que una fiesta de cumpleaños y la música del bailongo se escuchaba hasta cinco cuadras a la redonda. Al parecer, don José Ángel todavía andaba con cuerda el domingo y decidió irse a ver el partido del Santos, pero no a palco, sino con los aficionados. El Alcalde se fue a sombra, pues asistir a sol hubiera sido una jugada política de alto riesgo y probablemente hubiera terminado bañado en todo tipo de líquidos, pues ya se sabe que ahí nadie respeta jerarquías. Pero por más que don José Ángel quiso pasar como un aficionado más, mandó de avanzada a un puñado de policías y al presidente del Tribunal de Justicia Municipal, Pedro Luis Bernal, para que le apartaran lugar, ante la rechifla de los aficionados.
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Las listas para candidatos del PRI a diputados locales ya se encuentran en el escritorio del jefazo tricolor y hermano cómodo, Rubén Moreira, con los nombres esperando ser palomeados. En el multitudinario acto del sábado, con unos 30 mil priistas debidamente acarreados al Parque de las Maravillas de la peronera capital, el gober Humberto Moreira ya encendió los corazones tricolores al proclamar que van por el carro completo en las elecciones de octubre. Según el Gober, ninguno de sus secretarios le ha manifestado intención de lanzarse, pero nuestros subagentes dan por sentado que, como funciona el “Gobierno de la gente”, a los funcionarios no se les va a preguntar, sino a ordenar. Por lo pronto, suenan el secretario de Seguridad Pública, Fausto Destenave, que podría dar rienda suelta a su lengua en la tribuna del Congreso, donde haría menos daño que en su actual puesto. También suena el tesorero, Jorge Torres, aunque conociéndolo, es capaz de atorar en el Congreso el dinero que, por ahora, atora en Finanzas. El vicegobernador de Desarrollo Regional, Eduardo Olmos, irá por uno de los distritos fáciles de Torreón, como recompensa por haberse peleado con medio mundo cuando convirtió la vicegubernatura en una agencia electoral. La directora del Instituto de la Juventud en Torreón, Verónica Martínez también suena y es posible que nadie la fuera a extrañar, pues rara vez se para en su oficina. Otro calefacto es el subvicegobernador de Vinculación (lo que sea que eso signifique), Alfredo Mafud, cuyo puesto ha cambiado de nombre tres veces en un año, por lo que no le molestaría que le volvieran a cambiar el título por el de diputado, mientras la nómina se mantenga incólume.
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