El ex alcalde y embajador en España, Jorge Zermeño, anda en plan de celebridad. Cuando llegó a Torreón de vacaciones, en el aeropuerto se pensó que había llegado un cantante famoso. El miércoles, cuando anduvo en la Cámara de Diputados, le subieron el perfil y ya lo andan viendo como Secretario de Gobernación. Don Jorge, que no desperdició oportunidad para ponerse a grillar en vacaciones, se descolgó un par de días a la capirucha del esmog y se apersonó en el Palacio Legislativo, donde algunos de los abrazos más efusivos que recibió fue de los perredistas. De hecho, el jefe de los curulecos del PRD, Javier González Garza, no se aguantó la tentación de declarar a la prensa que a lo mejor el ex presidente de la Cámara andaba desatorando la negociación de la reforma energética y, nomás por fregar, soltó que “habrá una vacante en Gobernación y pues ahí anda él”. La declaración corrió por San Lázaro y más de un diputado se quedó pensando si don Jorge no se irá a quedar con la chamba del joven error Juan Camilo Mouriño. Don Jorge nomás se puso rojo (por aumento de palpitaciones en su “polaco” corazón) y desestimó la cuestión, pero no va a negar que se siente bonito ser un panista del que hasta el PRD habla bien. El Embajador regresó a Torreón para el bautizo de su hija y mañana partirá de regreso a España, pero a lo mejor ya suspirando por el viejo palacio Cobián en Bucareli.
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Iban José Ángel Pérez, Ricardo Rebollo y Carlos Aguilera en un avión... No es el inicio de un chiste, sino la vueltecita aérea que el jueves pasado se dieron los alcaldes de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo con el asunto de la Zona Metropolitana. En un helicóptero prestado por el gober Ismael Hernández Deras, José Ángel Pérez, Ricardo Rebollo y Carlos Aguilera sobrevolaron el trazo del bulevar Laguna, pues los tres andan con la idea de aplicar ahí los recursos del fondo federal. La preocupación principal es la ruta que debe seguir el bulevar para ser completado, a partir de la calle Comonfort y hacia Gómez Palacio y Lerdo, pues ahí fue donde se quedó trunca la vialidad realizada por Jorge Viesca, mejor conocido como el padre ingrato del DVR, en tiempos de Enrique Martínez. Pensada como complemento del Periférico, el bulevar Laguna terminó mocho. Los alcaldes dicen que el problema ahora es completarlo, pues la parte de Torreón ya está hecha. Nomás que este argumento es pobre consuelo: el pedazo del bulevar que va de Mieleras a la Comonfort está hecho con las patas, es un dique en tiempos de lluvia y pasa sobre colonias donde ponen bordos y obstáculos por todos lados, de modo que cualquier proyecto también tiene que incluir la parte que, según los optimistas, ya está construida. Por cierto, si los foros ciudadanos convocados por los alcaldes para recibir propuestas arrojan como resultado que la prioridad son proyectos de agua, y los alcaldes traen en la mira proyectos de vialidad, ¿de qué sirvieron los mentados foros? Para darse un barniz democrático, sin duda, pero mejor hubieran dicho desde antes que no iban a hacerles caso.
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Pero el principal detallito pendiente es que las reglas de operación de la Zona Metropolitana que dictará Hacienda establecen que son los gobiernos estatales los que van a administrar el dinero y aquí es donde se hace bolas el engrudo. Ojalá que Humberto Moreira e Ismael Hernández Deras, que tanto critican el centralismo de la Federación, no vayan a caer en la misma práctica y quieran dictar desde Saltillo y Durango lo que se tiene que hacer en La Laguna. (Es que si los alcaldes no han podido identificar en cinco meses las prioridades de la región, los gobernadores menos le van a saber a ese cuento.) Por lo pronto, el gober Moreira ya dijo que en “una encerrona” arreglan todo. O sea, casi como Vicente Fox quiso arreglar Chiapas: “en quince minutos”.
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En el teatro de la elección para presidente nacional del PRD ya están cayendo en el género del absurdo. Resulta que en la elección de Coahuila aparecieron dos ganadores. En efecto, dos actas reportaron al Comité Electoral del PRD: una que pone a Jesús “Chucho” Ortega como ganador en el Estado y otra que le da el triunfo a o Alejandro “Santaclós” Encinas. Hasta ahora, los perredistas no han podido explicar cómo la elección donde votaron nomás seis mil personas ha sido tan difícil de contar (estarán usando un ábaco), pero eso de tener dos ganadores como que ya es broma. Por lo pronto, el jefazo saliente del PRD estatal, Abundio Ramírez, dice que la buena es la que da el triunfo a Ortega y la otra es “espuria”. Pero el problema con las actas es que hay casillas que no están contadas en una, pero sí en otra y viceversa, y de pasada dejan al descubierto algunas tranzas, como la desaparición de votos en San Pedro o que en Sacramento un grupo se llevó una urna de lo más quitado de la pena para contar los votos en lo oscurito. Lo curioso es que el ganador de la presidencia estatal del PRD fue José Santos Navarro, de la corriente de los “Chuchos”, que ganó por 600 votos y eso no está en disputa. Y mientras en Coahuila hay dos actas, en Durango no hay ninguna, pues los paquetes fueron quemados y el Estado sigue siendo uno de los que atoran el conteo final de la elección que, a dos semanas de haberse realizado, todavía no produce un ganador. Por cierto, el gober Ismael Hernández Deras es uno de los señalados como “metiches” en el proceso, pues ahora los perredistas traen el argumento de que el PRI les fastidió la elección. ¿Será?
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Con eso de que el gober Humberto Moreira trae la prisa por entrar a los libros de historia, debió estar muy contento cuando en la ceremonia del aniversario del Plan de Guadalupe hubo una que otra pancarta comparándolo con ese otro coahuilense distinguido que es Venustiano Carranza. No se sabe cuál logro del gober es comparable a aventarse una revolución y una constitución, pero eso es lo de menos. Lo importante es que el acto salió bien bonito y le elevó la autoestima a don Humberto pues el acto le salió como le gustan. Por otro lado, parece que la figura de don Venus anda muy devaluada en el Gobierno Federal, pues antes el aniversario del Plan de Guadalupe ameritaba la presencia del mismísimo Presidente de la República, pero este año Felipe Calderón tuvo a bien mandar de representante a un cuate que se llama Carlos Aguilar Suárez y cobra de director de la Unidad para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos de la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación. Y es que con tanta bronca que trae Juan Camilo Mouriño, ni quién se acuerde, aunque por las últimas noticias parece que al titular de Gobernación le sale bien eso de “carrancear” y por lo tanto puede participar en el homenaje “por méritos en campaña”.
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Por cierto, el aniversario del Plan de Guadalupe sirvió para el “destape” de la Secretaria de Turismo, Hilda Flores, que se perfila para regresar al Congreso local en las elecciones de este año. Doña Hilda fue la oradora oficial, cuyo discurso cantó más loas a don Humberto que a don Venustiano y también invitó las comparaciones al afirmar que ambos “escuchan a la gente”. En alguna de ésas, aparecerá un historiador que diga que el Ejército Constitucionalista de don Venus en realidad se llamaba el “Ejército de la Gente”. Pero volviendo al tema, doña Hilda se perfila como una de las principales cartas del gober en la próxima legislatura y hasta se podría hacer cargo de pastorear el rebaño, pues hasta ahora no se ven gallos para esa chamba. El vicegobernador de Desarrollo Regional, Eduardo Olmos, ya está amarrado para el distrito 12, que es el más facilito de La Laguna, mientras que para los demás en la pelea andan Jaime Russek, Alfredo Mafud, Verónica Martínez, José Ganem y, en un descuido, el bien peinado ex alcalde Carlos Román Cepeda, quien fue apapachado por el gober en un reciente anuncio de inversiones, pues se sabe que acaba de agarrar chamba en Fomento Económico. Al parecer, las cartas quedarán definidas en mayo o junio, cuando los hermanos Moreira terminen de palomear las listas.
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