Más lejos no se pudieron haber ido los gobers de Coahuila y Durango para discutir planes para la Zona Metropolitana. Hasta Pedriceña, que ni está en la Zona Metropolitana, se fueron Humberto Moreira e Ismael Hernández Deras el miércoles pasado. El encuentro, en “petit comité”, fue un avance para empezar a definir los planes para Torreón, Gómez Palacio, Lerdo y Matamoros, pero también documenta el pesimismo de algunos que piensan que los estados van a agarrar el pastel y lo van a repartir a su antojo. Y es que no había ningún alcalde en el encuentro para que se les incluyera en la deliberación. De hecho, el único de los que estuvieron presentes que vive en la Zona Metropolitana fue el vicegobernador, Eduardo Olmos, que también es el único lagunero en el Comité Técnico que se instaló. Rápidamente, las huestes de don Humberto y don Ismael explicaron que se excluyó a los alcaldes no por que estén feos, sino porque Hacienda dice que son los estados los que forman el comité y pues hay que seguir las reglas. Pero nuestros subagentes detectaron que en realidad hubo invitaciones y desinvitaciones. Al parecer, quien sugirió restringir la reunión, fue el gober Hernández Deras, pues don Humberto ya andaba invitando a medio mundo a Pedriceña y luego tuvo que decirles que siempre no. A final de cuentas, los funcionarios que viven en las capitales resultaron más sensibilizados con los proyectos de la Zona Metro, pues les pararon las cabras a los alcaldes con el bulevar Laguna, que los ediles traían de moda. Solamente lo mencionaron como uno de los proyectos, pero no lo trataron a fondo, sino que decidieron abrir el Fondo Metropolitano a financiar proyectos ejecutivos en áreas como el agua, para luego poder bajar recursos mayores para hacer las obras, algo que apenas empieza a figurar en el radar de los alcaldes. Nuestros subagentes, disfrazados de meseros en el almuerzo de Pedriceña, comentan que los funcionarios estatales andan preocupados porque el bulevar Laguna significa la afectación de predios en el Sur de Torreón donde viven unas mil personas y una expropiación podría alargar la obra y ocasionar que se pierdan los recursos, que deben estar etiquetados para fin de año. Sin embargo, en el caso de Torreón, los subagentes comentan que cuando lo desinvitaron, el alcalde José Ángel Pérez le pidió al gober Moreira que llevara también el tema del agua a la reunión. Al parecer no hubo reclamos por parte de los alcaldes por no haberlos invitado (no por que hayan nacido para callar y obedecer, como comentaron algunas malas lenguas) de modo que mostraron algo de civilidad.
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Al que le dieron una repasada en un programa de radio en cadena nacional fue al general Jorge Juárez Loera, que desde su cuartel en Torreón es el máximo jefazo militar en Coahuila, Chihuahua y parte de Durango. El general anda muy atareado mandando soldados a Ciudad Juárez, azotada por una ofensiva del crimen organizado mientras la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se queja de abusos. El caso es que don Jorge declaró que si querían hablar de derechos humanos, que primero hablaran de los que violan los narcos. A esto, la Comisión respondió que los narcos no son parte del Gobierno (técnicamente), pero el Ejército sí y que ellos vigilan al Gobierno y que declaraciones como las del general nomás contribuyen al clima de impunidad. Falta ver qué responde el divisionario, o al menos ver si se dio por enterado.
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Finalmente el Cabildo de Torreón anunció su decisión respecto al servicio de limpieza, luego de los dos meses que se tomaron para estudiar (es un decir) el tema. Luego de dos meses, los regidores panistas decidieron tomarse otro mes para elaborar un nuevo contrato y ponerlo a consideración de PASA, para que lo tome o lo deje. La decisión pretendió ser salomónica, pero nuestros subagentes reportan que en realidad los regidores siguen sin tener idea. Y es que nomás dijeron que iban a hacer un nuevo contrato, pero no dieron detalles sobre lo que le van a pedir a PASA y pusieron su fe en un estudio del Colegio de México que recomienda renovar la concesión antes que exponerse a cambiar de prestador de servicio pues eso implicaría un desorden. El mentado estudio parece pagado por PASA y circuló sólo entre regidores panistas en los días previos a la sesión de Cabildo del miércoles, pues los del PRI sólo lo vieron el mero día y ya empezaron a cuestionar si no hubo arreglos en lo oscurito. El caso es que luego de posponerla dos veces, la decisión de renovar el contrato de PASA o abrir una licitación, se aplazó otro mes. Funcionarios municipales dicen que sí hicieron su chamba y que ésta es la mejor opción para sacar un contrato más ventajoso para el Municipio, pero falta por ver qué es lo que piden las autoridades. Por lo pronto, el paquete de empezar la negociación con PASA se lo dejaron al primer regidor, Pedro Ávila y a la directora de Medio Ambiente, Susana Estens, pues el alcalde José Ángel Pérez y los vicealcaldes Rodolfo Walss y Jorge Hernández se van una semanita de vacaciones (perdón, de trabajo) a París.
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En efecto, don José Ángel, don Rodolfo, don Jorge, así como el director de Autotransporte, Ernesto Cuéllar y diez gorrones de diversas líneas de autobuses, partirán hoy con rumbo a la Ciudad Luz para ver cómo funciona el sistema de prepago de la empresa que lo va a instalar en Torreón. El viaje lo paga la empresa ACS (con boleto de ida y vuelta, no se emocionen algunos) y se da luego de que ganó el contrato, para que no haya duda de que hubo “cochupo”, pero la lista de invitados se antoja excesiva. Don Ernesto sería el funcionario adecuado para ir, pero como el alcalde no quiere perderse detalle, pues también va; don Rodolfo fue el que negoció el contrato, de modo que el viaje es como premio, y don Jorge según esto va a empaparse del tema para diseñar la estrategia de promoción. Ojalá lo disfruten, pues París en abril es una delicia, y a su regreso hagan valer la máxima de que los viajes ilustran. Como van tantos, quizá podrán cantar a coro frente a la Torre Eiffel: “mexicanos al grito de gorra”.
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Nuestros subagentes disfrazados de peyotes en la Sierra de Jimulco reportan los últimos acontecimientos en el pleito que trae la organización Biodesert, designada por el Ayuntamiento para administrar la reserva ecológica y la familia Orona que históricamente ha caciqueado la parte más remota del Municipio de Torreón. Arturo Orona fue incluido originalmente en el equipo de Biodesert, pero luego fue botado porque, según miembros del grupo ecologista, se la pasaba haciendo grilla. Como la ciudad se da el lujo de siempre poder tener un problema más de los que ya tiene, el conflicto paralizó los pagos que el Municipio hace para la conservación de la única reserva ecológica del país que es administrada por una autoridad local. El caso es que Biodesert tiene un pie fuera de Jimulco porque ya están hasta el chongo y lo interesante del asunto es que don Arturo, con su hermano Alfonso, se quieren arrimar al cobijo del PRI y su jefazo estatal Rubén Moreira. Los subagentes comentan que los Orona se hicieron presentes en un reciente acto en el que el hermano cómodo intentó revivir lo que queda de la Confederación Nacional Campesina, de modo que empezaremos a ver politizado un conflicto que no admite grillas, como el de una reserva ecológica única en el país. Pobre región la nuestra.
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