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VERDADES Y RUMORES

EL AGENTE 007

Antes de viajar a París, el alcalde José Ángel Pérez dejó registrada una queja por la intención del “Gobierno de la gente” de meterle dinerillo a la construcción de una planta tratadora de aguas en la peronera capital, para luego vender el agua a empresas que se instalan por allá. El reclamo de don José Ángel es que si allá lo hacen, pues aquí deberían hacerlo. Es un asunto de equidad, pues ya se sabe que, por alguna extraña razón, en Saltillo dan más incentivos para atraer inversión. El problema para el alcalde es que no reparó en un par de cosas. La primera, que la planta tratadora de Simas ya descarga agua tratada, pero la vende a precio de ganga a sólo un par de productores agrícolas, que prácticamente riegan sus ranchos gratis, gracias a derechos de agua que se agenciaron. Eso se lleva el grueso de las salidas de la planta tratadora, con otra parte para los ejidos que también gozaban de derechos. Hasta ahora, Simas no ha podido concretar la forma de que esa agua encuentre otros destinos productivos, como el abastecimiento de empresas que la requieren. Y a eso se añade otro problemilla que se ha desatendido, que es la falta de conexión en colonias que siguen tirando su drenaje al lecho seco del río Nazas (nada más para aclarar, cuando se habló de dejar correr el agua por el río, no se refería a esto). Simas admite su propia incapacidad para construir la infraestructura necesaria para conectar a las colonias del Norte de la ciudad, pero eso sí, a los que viven ahí les cobran la cuota de saneamiento, como si el agua que descargan fuera tratada. El problema, pues, tiene más fondo que las buenas intenciones de usar el agua como incentivo.

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Y hablando de incentivos, el gober Humberto Moreira quería darse una vuelta por estos lares hoy para anunciar una nueva inversión de una planta por el rumbo de Mieleras. Después del evento, el gober quería anunciar una inversión de trescientos millones de pesillos para infraestructura y servicios de hospedaje industrial y que luego no digan que nomás en la peronera capital. Pero de última hora, comentan nuestros subagentes, los ejecutivos de la empresa en cuestión, que tiene sede en Estados Unidos, le cancelaron el viaje, porque querían hacer un anuncio discreto, de modo que el gober se quedó sin el anuncio y sin el evento, que tanto le gustan. Hasta hoy, el paquete de trescientos millones está en el mismo estatus que el de ciento veinte millones que había comentado, pero nunca anunciado formalmente, el alcalde José Ángel Pérez. Ya nomás falta ver quién los desembolsa primero. El gober Moreira probablemente se dará la vuelta el fin de semana para el colado de las primeras columnas del nuevo estadio del Santos, que el “Gobierno de la gente” anda promocionando como si ellos lo fueran a construir. Dicen que el gober de Durango, Ismael Hernández Deras sí asistirá, probablemente a hacer caravana con sombrero ajeno pues, hasta donde se sabe, en Durango no le han puesto al proyecto y, de perdido, Coahuila se puso con cien millones y Torreón con veinte.

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Por cierto, la ceremonia del estadio santista coincide con el arribo de buena parte de la jerarquía católica mexicana, que este sábado celebrará los cincuenta años de la Diócesis de Torreón. El obispo José Guadalupe Galván, anda muy atareado sacando las sotanas de gala y organizando el ir y venir de tanto monseñor. La directiva santista quiere aprovechar al montón de obispos y llevárselos al evento del estadio, porque han de pensar que el Santos requiere todas las bendiciones que se le pueden dar.

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Hoy, por fin, arrancan las funciones de la nueva sala auxiliar para La Laguna del Tribunal Superior de Justicia, un viejo anhelo de los abogados de la Comarca, que por tanto andar dando lata finalmente consiguieron que el Tribunal les ahorre los viajes a la peronera capital para resolver asuntos. La batuta la llevará Jesús Sotomayor, veterano del Poder Judicial, y llevará en mancuerna a Germán Froto, que ya terminó de empacar su oficina de abogado de la Universidad Autónoma de Coahuila, y a Francisco “Pancholín” Gómez, que viene recién salido de la cárcel, exonerado de cargos por posesión de armas y droga. La llegada de don Pancholín causó controversia entre los leguleyos locales, que terminaron resignándose ante la imposición. La nueva sala no tiene, pues, un inicio prometedor, y menos cuando, según comentan nuestros subagentes, los tres integrantes de la sala no tienen la mejor de las relaciones. Por cierto, en los corrillos donde se toma mucho café se dice que a la nueva Sala le apodan “La Jaula”. Don Jesús tiene el viejo mote de “El Pájaro”, a don Germán le dicen “El Chilero” y don Pancho resultó un “pájaro de cuenta”.

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De paseo por los Campos Elíseos, arriba de la Torre Eiffel o tomando un Burdeos en la Tour de Argent difícilmente se van a acordar el alcalde José Ángel Pérez o el vicealcalde Rodolfo Walss, que acá dejaron dos pendientitos que, al parecer, pueden esperar un poco más. Por un lado, empezó la cuenta regresiva para que el Municipio presente el nuevo contrato de limpieza que quiere firmar con PASA. Según esto, don José Ángel dejó encargado al primer regidor, Pedro Aguilera, y a la directora de Medio Ambiente, Susana Estens, que agarren el lápiz. El problema es que don Pedro no es bien visto por PASA y a doña Susana nadie la pela. El otro pendientito es que el Municipio ya prepara la licitación, la semana que entra, de los proyectos para las calles peatonales del Centro Histórico, pero todavía no está amarrada la negociación ni con los ambulantes ni con los comerciantes que serán afectados, y que están aprovechando la ausencia del alcalde y sus vicealcaldes para mover sus piezas.

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El alcalde de Lerdo, Carlos Aguilera, ya se hizo de fama nacional con el numerito que se aventó el otro día de irse a recoger la basura de la Ciudad Jardín. Un noticiero de televisión de la capirucha del esmog lo sacó en plena acción, recogiendo bolsas y basura suelta por las calles de Lerdo. Lo que no sacó el noticiero, que nuestros subagentes notaron, fue a don Carlos recogiendo un gato muerto con las manos, aventarlo al camión de basura, y luego acercarse con una de las regidoras que andaban ahí y agarrarle los cachetes. Claro que no todo fue broma para el alcalde, pues al final declaró que, tras haberse puesto en los zapatos de los recolectores, se dio cuenta que el trabajo era “una chin...” ¿A poco se iba a quedar así?

Quejas y comentarios: agente007@elsiglodetorreon.com.mx

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