Bastante molesto andaba el alcalde José Ángel Pérez porque dice que no lo pelaron en la entrega del edificio del Centro de Control de Crisis. Don José Ángel fue invitado al acto administrativo en el que la Secretaría de Seguridad Pública recibió el edificio que concentrará la respuesta policiaca en La Laguna. El alcalde, que cargó al vicealcalde Rodolfo Walss y al primer regidor Pedro Ávila al acto privado, dice que ni lo tomaron en cuenta y que le faltaron el respeto a su investidura, por lo que andaba medio desanimado. Como se sabe, el mentado C3 fue objeto de controversia desde su planeación pues fue construido en Matamoros contra los deseos de don José Ángel que lo quería en Torreón. El episodio hace unos meses desató tensión con el Gobierno del Estado, que ahora parece repetirse. Dicen nuestros subagentes que el Alcalde andaba tan enchilado que empezó a considerar quitar aportaciones al Fideicomiso de Seguridad Pública, lo cual sería un despropósito. Eduardo Sánchez, director del C3, dijo que el Alcalde exageraba y que no era para tanto, pues el acto fue meramente administrativo y que “no era para caer en sentimientos”. Hay que anotar una más a la cadena de desaires entre Estado y Municipio, pero la verdad es que esto ya se está poniendo ridículo.
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Si don José Ángel tiene motivos para enojarse con el Gobierno del Estado, bien haría en considerar lo que anda haciendo la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (CEAS) que comanda Emilio Bichara (el mismo que dijo que la norma de arsénico en agua no cuenta porque es política y que en Coahuila hay agua de sobra). Se trata del programa de Agua Potable y Alcantarillado en Zonas Urbanas que trae el CEAS, pues resulta que Torreón se va a poner con trece millones de pesillos para el programa de rehabilitación de la red de agua, a lo que se suman once millones de la Federación y cero pesos del Estado. Esos cero pesos contrastan con los 19 millones que el Estado pondrá en la peronera capital o la cantidad similar que va a Monclova. De modo que Saltillo recibirá una mezcla de 69 millones mientras que Torreón nomás 24. Y para añadir insulto a la ofensa, será el CEAS el encargado de ejecutar las obras en Torreón, por encima del Simas, a pesar de que no se ponen con nada de billete, sino que nomás se quieren colgar la medalla.
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Nuestros subagentes disfrazados de alcaldes gabachos acudieron a la reunión de ciudades hermanas México-Estados Unidos a escuchar una interesante conferencia dictada por Raúl Arteaga, quien representa a México en el acuerdo de libre comercio con Japón. Don Raúl, de origen lagunero y veterano de la promoción económica, habló sobre lo que deben hacer las autoridades y la Iniciativa Privada para organizarse y atraer inversiones, algo que, de sobra está decirlo, urge en la Comarca. En la plática brillaron por su ausencia el alcalde José Ángel Pérez y el director de Fomento Económico, Julián Jaime, que nomás posaron para la foto de la inauguración y pasaron a retirarse. Don José Ángel quizá traía la agenda llena, pero quién sabe qué cosa tenía don Julián que era más importante que escuchar experiencias exitosas y consejos para la atracción de inversiones, pues ignoró el foro, como si a La Laguna estuvieran llegando los billetes en cascada.
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El más reciente capítulo de la saga “Humberto Moreira contra los delegados federales” tiene al Gober enfrentado con el representante de la Secretaría de Desarrollo Social, Luis Fernando Salazar por el asunto de un recorte de recursos a un programa de becas al ayuntamiento de la peronera capital. El programa fue retirado por la Secretaría de Hacienda, pero como resulta más difícil agarrarla contra el que maneja los dineros, el episodio quedó en uno más de los exabruptos del gober Moreira contra los delegados del senador y primer compadre Guillermo Anaya. Pero en el fondo, la confrontación no es sólo con los delegados, sino también con los funcionarios de las dependencias en la capirucha del esmog que también traen atravesado a don Humberto. Nuestros subagentes comentan que, en lugar de pedir desde el Centro a los delegados que le bajen el tono, los mismos funcionarios lo cilindrean porque nomás no tragan al Gober. Pero eso se da en funcionarios medios, pues el alto mando del Gobierno Federal, aunque tampoco traga mucho al Gober, anda preocupadón porque no se quieren comprar una bronca con los señores feudales (perdón, gobernadores) por el asunto de la reforma energética.
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Por cierto, en esto de los exabruptos del Gober, el otro día se aventó una puntada que en lugar de anotarle puntos, le resta. Según el Gober, el presidente Felipe Calderón está provocando una “catástrofe silenciosa” con el asunto del encarecimiento de los alimentos. Nadie duda que es un problema que apenas está empezando y se viene fuerte, pero al Gober le falla en las causas. Nuestros subagentes sugieren a don Humberto que se meta a navegar en Internet y vea cómo el encarecimiento de los alimentos es un problemón global y tiene que ver más con factores como el alza del precio del petróleo, el cambio climático, la sustitución de cultivo alimentario por el de bio-combustibles y un largo etcétera. De modo que señalar un culpable nomás para ganar puntos políticos como que no checa y ni siquiera resuelve el problema.
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Finalmente el alcalde de Lerdo, Carlos Aguilera, se decidió a presentar una denuncia contra las Administraciones de Rosario Castro y Antonio Olivas (el interino que dejó doña Rosario cuando agarró chamba federal). Como se recordará, doña Rosario y don Antonio dejaron secas las arcas municipales. Don Carlos nomás se tardó ocho meses en dar el paso, pero sus huestes dicen que la denuncia es prueba de que no habrá arreglo con la ex alcaldesa panista, cuyo clan controla buena parte de la política lerdense. La cuestión está en que ahora toca darle seguimiento para que no quede como sucede con frecuencia, que las cosas se olvidan.
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La grilla se está desatando fuerte en los juzgados penales de Torreón, reportan los subagentes disfrazados de abogados. Resulta que un grupo de abogados la agarró contra el juez segundo, Marcos Antonio Soto, aprovechando que dentro de un mes la judicatura estatal decidirá si es ratificado. Los abogados están molestos porque don Marcos no les obsequia peticiones que, en varios casos, son irregulares, pero práctica común con otros jueces. Don Marcos llegó a Torreón hace tres años, luego de andar destapando cloacas en Sabinas y San Pedro, donde mandó a la cárcel a su antecesor. De modo que es poco conocido en los círculos de defensores, que no lo ven con buenos ojos porque no se alinea. Se dice que don Marcos desató la ira de algunos abogados cuando metió a la cárcel a tres acusados de robo, pero no les revivió un cargo de homicidio que se les había fincado hace más de diez años, por la simple razón de que el Ministerio Público no los acusó de eso. Pero ya hasta el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Gregorio Pérez Mata, anda metido en el ajo, declarando que el juez está bajo supervisión porque según esto trae problemas maritales, lo cual según nuestros subagentes es falso. Las malas lenguas dicen que el fondo del asunto está en que desde la peronera capital buscan que los jueces penales se pongan a modo de los abogados y que luego de don Marcos, la siguiente en la lista es la jueza María Luisa Valencia. ¿Será?
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