Menos de un año duró el diputado lagunero Jesús Flores Morfín de dirigente (es un decir) del PAN en Coahuila. Ayer, don Chuy renunció al cargo luego de una accidentada gestión en la que se dedicó a apagar los incendios causados por los cortocircuitos entre las cuatro cabezas del blanquiazul estatal: José Ángel Pérez, Guillermo Anaya, Ernesto Saro y Juan Antonio García Villa. Se recordará que el año pasado, estos “Cuatro Fantásticos” se reunieron para palomear a don Chuy como el presidente del PAN con el que menos problemas tenía cada uno. Lo presentaron como candidato de unidad y luego procedieron a instruir a sus huestes en el Consejo Estatal que empezaran a boicotearlo. Don Chuy, que cobraba de diputado y líder a la vez, no aguantó y prefirió salvar la cara antes de que le echen la culpa por lo que se avizora como una derrota del PAN en las próximas elecciones al Congreso estatal. El liderazgo de Flores Morfín de plano empezó a dar lástima esta semana, cuando al mismo tiempo que declaraba que el PAN no iba a apoyar el endeudamiento del Gobierno del Estado, la mayoría de los curulecos blanquiazules estaba votando a favor de tal deuda. Nuestros subagentes comentan que el alcalde José Ángel Pérez busca proteger a don Chuy porque es uno de sus “gallos” para la alcaldía de Torreón en 2009. El reto para los cuatro dirigentes del PAN ahora es encontrar otro candidato “de unidad” que logre alcanzar al tricolor en los cinco meses que quedan para la elección. Por ahí se maneja el nombre de Javier Cavazos, que pasará de funcionario de Simas a presidente del PAN y cuya principal virtud parece ser que resulta perfectamente manejable. El otro que deberá pasar a retirarse es el monclovense Mario Dávila, a quien el senador y primer compadre Guillermo Anaya puso de secretario general para tener su pequeña cuota. Con este desorden en casa, se ve difícil que el PAN pueda igualar la maquinaria tricolor. Luego que no se anden quejando.
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El proceso electoral todavía no arranca, pero PRI y PAN ya empezaron a dar lata con la propaganda y la ciudadanía la va a tener que sufrir de aquí a octubre, para luego empezar de nuevo en 2009. Ambos partidos quisieron hacerle a la publicidad subliminal sólo para exhibir una descarada colusión entre Gobierno y partido. El PAN, por ejemplo, puso espectaculares y pintas afirmando que el partido “Transforma Torreón”, lo cual es muy parecido al lema del alcalde José Ángel Pérez, “Estamos transformando Torreón”. Por su parte, el PRI afirma en su propaganda que “Gobierna bien”, mientras que la publicidad del gober Humberto Moreira ostenta visiblemente el “Gobierno de la gente”. Claro que a la publicidad no hay que hacerle mucho caso, pues la ciudadanía todavía espera la supuesta “transformación” y el “buen gobierno” que es lo que interesa y no hay. Hasta ahora, el panorama lo domina el clientelismo y las dádivas, como quedó evidenciado en el festejo del Día de las Madres que se aventó el “Gobierno de la gente” en el que el gober Humberto Moreira abrió la cartera para traerse no sólo a Joan Sebastian sino un cargamento de lavadoras, salas, televisiones y refrigeradores para sortear entre las madres laguneras que alcanzaron boleto, pues para alcanzarlo, dicen nuestros subagentes, además de haber parido, deberían estar acreditadas como militantes o simpatizantes del tricolor. Lo que sí alcanzaron todas fue un bello reloj de pared con el logotipo del PRI. El concierto estuvo marcado de porras, loas y agradecimientos al Gober. Y es que, parafraseando a Joan Sebastian, todo este circo es “un secreto de amor”.
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El hermano cómodo y jefazo del PRI, Rubén Moreira, envió una amable carta a su 007 en la que dice que es falso que el Comité Estatal del PRI haya filtrado la versión de que el secretario del Ayuntamiento de Torreón, Rodolfo Walss, andaba ofreciendo dinero a los regidores tricolores para que votaran a favor de renovarle la concesión de limpieza a PASA. Dice don Rubén que no es su política manejarse con filtraciones, pero que es su deber “aclarar la falsedad de lo aparecido en la columna pues afecta el prestigio tanto de mi partido, de mi equipo de trabajo y de mi persona”. El punto queda aclarado; pero resulta curioso que ahora en los corrillos tricolores se afirma que los regidores tricolores no dijeron lo que se dice que dijeron, es decir, que don Rodolfo los andaba sobornando, lo cual aclara las cosas, pues don Rodolfo también rechaza tal versión. ¿Cuál será la verdad? Como diría el Monje Loco: “nadie sabe, nadie supo”.
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En todo este enredo, habría que tomar en cuenta que de repente del PRI se volvió pieza clave en el futuro del servicio de limpieza, pues los abogados de Ayuntamiento se pusieron a leer la Ley y descubrieron que la renovación a PASA la tendría que aprobar una mayoría de dos tercios del cabildo, con lo que el alcalde José Ángel Pérez requiere no sólo que sus regidores panistas estén alineados (y ya se sabe que a veces salen respondones) sino también un voto del tricolor. Hasta ahora no se sabe quién se vaya a prestar a validar tal acción, que se avizora inminente pues PASA dice que está de acuerdo con “80 por ciento” de las condiciones del Municipio, lo cual ayudaría mucho si supiéramos cuáles son las mentadas condiciones. Ni el alcalde ni sus funcionarios han explicado cómo anda la negociación, lo cual resulta un poco incomprensible dado que el Municipio es acusado de opacidad en el trato con PASA. Ya andan circulando los rumores de que la empresa tiene un “enjuague” con el alcalde y los regidores, percepción que nadie se ha preocupado por tumbar abriendo las cartas a la ciudadanía. Nuestros subagentes comentan que el PRI ya tiró línea a sus regidores para que no validen el contrato con PASA y a estas alturas los tricolores no se van arriesgar a que los tachen de traidores, sobre todo cuando el hermano Rubén trae el rollo de que en Torreón la gente paga más por los servicios que en la peronera capital. En este contexto, la estrategia del alcalde parece equivocada, pues en lugar de exponer los beneficios que tendría una renovación a PASA, prefiere guardarse las cartas. Misterios de la polaca que el pueblo no entiende.
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Los encargados de Ingeniería de Tránsito del Municipio deberían exigirle a la empresa que supuestamente vino a mejorar el sistema de los semáforos que regrese el dinero. Con cada vez más frecuencia, la vialidad de la ciudad corre a paso de tortuga porque las luces están mal sincronizadas, sobre todo en vialidades clave como los bulevares Independencia y Revolución y algunos pares viales. El jefazo de Ingeniería, Francisco Torres, probablemente andaba tan entusiasmado con el nuevo sistema de cámaras súper “hi-tech”, que no se ha dado cuenta del desorden que traen los semáforos en la ciudad y se la pasan improvisando cambios en los tiempos de las luces que lo único que producen son cuellos de botella. Hasta ahora no se han visto los supuestos beneficios de la modernización de los semáforos, excepto que transforman Torreón en una ciudad de primera... velocidad.
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El gober de Durango Ismael Hernández Deras, anda muy contento porque el presidente Felipe Calderón lo nombró miembro del Consejo del Fondo Nacional de Infraestructura. Don Ismael es el único mandatario priista en ese consejo, que comparte con sus colegas de Baja California (panista) y de Guerrero (perredista). Como se sabe, Durango es actualmente el escenario de la principal obra carretera que se construye en el país (la carretera a Mazatlán), lo cual explicaría en parte qué hace don Ismael en el consejo que manejará el programa de infraestructura de don Felipe. Claro que tal distinción no es nada más para hacer grilla y elevar el perfil, sino que el Gober, de perdida, debería aprovechar el puesto para traerse obras a la región.
