Don Ismael anda frustrado porque sus peticiones de ayuda federal han caído en oídos sordos en la capirucha del esmog (aunque en eso no está solo, pues en Coahuila es lo mismo) y parece que hasta ahora la Policía Federal le ha dado atole con el dedo pues nomás dicen que pronto llegarán los refuerzos, pero nomás no se ven.
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Mientras buena parte del “Gobierno de la Gente” se fue de vacaciones, los flamantes secretarios de Gobierno, Armando Canales, y de Finanzas, Javier Villarreal, tuvieron que quedarse en la peronera capital a acomodar los lápices en sus nuevos escritorios. Se espera que ambos se den una vuelta por Torreón en lo que queda de esta semana para empaparse de cómo anda la cosa en cuestión de programas de gobierno. El principal pendiente que tienen es meterse a fondo en la cuestión de la Zona Metropolitana, sobre todo en el caso de don Javier pues le toca presidir uno de los comités que manejan ese proyecto. En el caso de la operación política, don Armando no estará muy visto en esa área, pues las campañas prácticamente acaparan la atención de los operadores políticos del gober. Nuestros subagentes comentan que el ex titular de Gobierno, Homero Ramos, que dejó el cargo para irse de “pluri” se instalará en La Laguna de aquí a octubre para operar las campañas del tricolor.
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Mientras se calientan las aspiraciones por el Congreso local, nuestros subagentes en la peronera capital comentan que por allá estuvieron ayer el vicegobernador Eduardo Olmos y el subvicegobernador de Turismo, Jaime Russek, quien anduvo en el Palacio Rosa en la comida que el Gober ofreció a los jugadores del Santos para levantarles el ánimo porque andaban medio deprimidos por su eliminación de la Superliga. El caso es que la presencia de los dos funcionarios levantó especulaciones sobre su futuro político, pues se rumorea que don Lalo va por el distrito 12 y don Jaime por el 8. Lo que hasta ahora no se sabe, es por dónde van a mandar al bien peinado ex alcalde Carlos Román Cepeda (que se espera no sea por un tubo) aunque se comenta que su encomienda será rescatar uno de los distritos más panistas, ya sea el 9 ó el 11. Por ahí sonaban los nombres de otros ex alcaldes, en concreto: Braulio Fernández Aguirre y Salomón Juan Marcos, pero de ese lado no saldrá nada. En cuanto a la viceguberantura, los bonos del encargado de Desarrollo Social, Miguel Ángel Riquelme, van al alza para quedarse con la chamba, al menos calentando la silla hasta que lo manden de diputado federal el año que entra. Con este nombramiento, el gober Moreira prácticamente confirmaría que la Secretaría de Desarrollo Regional es una agencia de operación electoral, pues ésa es la especialidad de don Miguel Ángel.
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Mientras tanto, la secretaria de Turismo, Hilda Flores Escalera, ya presentó su renuncia y entregará el changarro al diputado local José Luis Moreno, quien dirigía el PRI en Saltillo. Los enroques que vienen serán en la Secretaría de Obras Públicas, de donde saldrá Luis Gerardo “Yayo” García para irse de diputado. Lo sustituirá el secretario de Desarrollo Social, Hugo Martínez, y a esta cartera llegaría la subsecretaria de Egresos, María Esther Monsiváis, quien es muy cercana al hermano cómodo y jefazo del PRI, Rubén Moreira, por lo que se completaría la simbiosis entre el partido y los programas sociales. Las malas lenguas comentan que el “Yayo” dejará Obras Públicas porque no dio el ancho, pero las huestes del Gober insisten en que es un funcionario capaz, por lo que entonces no se explica por qué lo quitan de su puesto. Pero todo sea por el proyecto.
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En la acera de enfrente, la del PAN, el que trae la lengua llena de curitas es el jefazo estatal del blanquiazul, Reyes Flores Hurtado, luego de morderse en repetidas ocasiones cuando criticó la desbandada de funcionarios y alcaldes priistas. Lo chistoso es que don Reyes se aventó esas declaraciones al mismo tiempo que seis ediles panistas del Cabildo de Torreón presentaban sus solicitudes de licencia. Claro que este número no se compara al de renuncias en el lado del PRI, que ya se cuentan por docenas, pero la intención es la misma, es decir, usar un cargo público para brincar a otro. A veces no era necesario, como en el caso del cuarto regidor Manuel Villegas, que dobleteaba como dirigente municipal del PAN, pero que ahora dejará la regiduría para lanzarse a una curul. En otras ocasiones no importa traer un proyecto entre manos y dejarlo pendiente, como el primer regidor, Pedro Ávila, que andaba muy involucrado en el asunto de la renovación del servicio de limpieza, pero ahora quiere ser diputado. Lo mismo se puede decir del síndico Eduardo Albores, que andaba encarrerado con el escrutinio de las cuentas municipales, pero ahora quiere pasar al Congreso, a menos que desde allá piense dar lata. Lo que sea, la lucha por la sagrada nómina anda a todo vapor.
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Todavía no terminan la obra, pero los gobiernos de Coahuila y Torreón ya le pusieron sendas placas al puente San Pedro-La Unión para presumir la autoría. De un lado (rumbo a San Pedro) se informa que la obra la hizo el “Gobierno de la Gente”. Del otro (rumbo a Torreón) se hace saber a los automovilistas que “Juntos Logramos Más” con el Ayuntamiento. Obviamente la promoción (inmortalizada en losas de concreto sobre la rampa) tuvo que anteceder a la terminación de la obra, que apenas va a la mitad. También era más importante que primero se dejara en claro a quién se le debe agradecer el puente, aunque hasta ahora nadie haya puesto sobre la mesa opciones concretas para renovar toda la vialidad de esa zona pues si permanece como está, ese puente puede dar más problemas que soluciones. Pero ya se sabe que primero es el cebollazo.
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