La caminata ha trascendido a los organismos “ipecos”, que dejaron de llevar a agua a sus molinos particulares, y ha sumado a universidades, asociaciones civiles y grupos de jóvenes interesados en elevar un reclamo. Muchos ya se están preguntando para qué sirven los impuestos que pagan si las autoridades no hacen nada para protegerlos. El problema con estas manifestaciones es que muchas veces terminan en pseudoliderazgos de parte de interesados que nomás quieren sacarle “raja” al asunto, de modo que habrá que estar muy pendientes. Hasta la Iglesia se apuntó y el Obispo de Torreón, José Guadalupe Galván, y el Arzobispo de Durango, Héctor González, están puestos para celebrar la misa en el lecho del Río Nazas. Ojalá don Héctor, que agarró titulares esta semana por su oposición a las minifaldas, no vaya a salir con que él no va si alguien camina enseñando pierna.
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Y mientras la sociedad reclama acciones a las autoridades, las autoridades salen hasta ahora con palabras y reuniones. Por lo pronto, los gobers de Coahuila, Humberto Moreira, y Durango, Ismael Hernández Deras, ya están apuntados a la sesión del Consejo Nacional de Seguridad que convocó el Presidente Felipe Calderón para mañana. Obviamente, la sesión no va a resolver nada, a menos que los gobernadores salgan de ahí transformados, ahora sí, en “Terminators”, de verdad y no de folletín, pero de perdido las autoridades van a hacer como que hacen algo. Hasta ahora no se anticipa que los dos gobers de estos rumbos vayan a salir con una “Ebrardez” y se vayan a poner sus moños para asistir a la reunión.
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El PRI en Coahuila ya tuvo su “show” democrático y ahora toca el turno al PAN, que este fin de semana elegirá a sus candidatos a diputados locales. El tricolor se aventó una elección que en Torreón contó con la asistencia de más de 30 mil acarreados (perdón, electores) que sólo avalaron los nombres que habían sido previamente palomeados por el gober Humberto Moreira y el jefazo del partido, Rubén ídem. Como era de esperarse, esto ya fue criticado por los panistas, que presumen que en sus elecciones sí tienen competencia. El problema es que esa contienda (de 13 aspirinos nomás en Torreón) será frente a la reducida élite panista (unos mil militantes) y amenaza con descarrilar el vapuleado tren de la unidad partidista. Y es que la competencia está dura entre los grupos del alcalde José Ángel Pérez, el senador y primer compadre, Guillermo Anaya y el gurú panista Juan Antonio García Villa. En el distrito 8, por ejemplo, la batalla se da entre dos elementos “joseangelistas”: el regidor Javier Pérez Valenzuela y el exdirector de Atención Ciudadana, Iván Chávez Lastra y la contienda es feroz. En el distrito 9 parece que se alzará con la candidatura el regidor Iván García Colmenero, del grupo “garciavillista” frente al “gallo” del alcalde, Gerardo Montañez y al neopanista Miguel Batarse, impulsado por el diputado Jesús de León, a nombre de la corriente “anayista”. Don Miguel ha levantado sospechas incluso en el mismo grupo de don Memo que comienza a ver a don Iván como el menos peor. En el distrito 10 el regidor “joseangelista” Jesús Martínez va parejo frente al “anayista” Jorge Handam, mientras que el síndico Eduardo Albores anda bailando porque no tiene bases firmes en ninguno de los grupos, por andarse peleando con el Alcalde. Para los distritos 11 y 12 los regidores Manuel Villegas y Pedro Ávila la tienen segura pues van contra aspirinos que nomás entraron para fastidiarle las cosas a don José Ángel. De esta forma, el alcalde logrará poner a su gente en tres de los cinco distritos, mientras que don Memo sólo tiene esperanzas en el 10 y ha apuntado sus baterías a otras partes del Estado. Lo interesante, una vez que sean electos los candidatos, será ver cómo quedan en las listas de plurinominales si es que pierden la elección, pues la batalla tribal en la conformación de la lista será sangrienta. Por cierto, uno de estos candidatos ya cayó en la mira del blog antipanista que se hizo célebre por sacar el video de los jefes de la policía con una bailarina. En esta ocasión también hay bailarinas involucradas. Seguiremos informando.
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Mientras tanto, los tricolores, luego de sobrevivir la durísima elección interna en la que fueron candidatos únicos, se van a guardar casi un mes y desaparecerán del ojo público hasta que empiece la campaña formal el 11 de septiembre. La dirigencia estatal del PRI les advirtió de no hacer apariciones en este lapso para evitar que los panistas empiecen a llevar impugnaciones al Tribunal Electoral. Obviamente, esto no quita que en el ínter se haga el trabajo hormiga en las redes clientelares mediante la entrega de apoyos, que para eso se pinta solo el encargado de la vicegubernatura de Desarrollo Regional, Miguel Ángel Riquelme, quien será el encargado de mantener fluida la generosidad gubernamental. El intervalo también será aprovechado por el hermano cómodo Rubén Moreira para analizar los números y la movilización de la elección interna del domingo pasado y detectar dónde anda floja la estructura del acarreo (perdón, de la promoción del voto). Un dato que trae contentos a los tricolores es que los cinco distritos de Torreón registraron una afluencia de votantes superior a la media estatal, lo cual les inyectó esperanzas en la meta de arrebatarle el Municipio al PAN y dejó ver que tres años de trabajo electorero han rendido algo de frutos.
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Apenas se sentó en la silla de mandamás en la Secretaría de Finanzas de Coahuila y a Javier Villarreal, le empezaron a llover los eternos reclamos de contratistas que exigen el pago de las obras que realizan para el “Gobierno de la Gente”. El reclamo era cosa de todos los días en tiempos del anterior secretario, Jorge Torres López, aunque buena parte de la bronca se localizaba precisamente en la cartera que don Javier ocupó estos tres años, la Subsecretaría de Planeación, que planeaba cosas con entusiasmo sin fijarse mucho de dónde iba a salir el billete. De modo que para los contratistas, la asunción de don Javier equivale a dejar la Iglesia en manos de Lutero. El problema para estos empresarios es que todavía no le toman las placas al nuevo secretario y no saben cómo reaccionaría antes los reclamos, pues todavía andan asustados de aquella vez que don Jorge vetó a un constructor y se negó a soltar el cheque porque se andaba pasando de latoso. Don Javier también parece tener un problema de coordinación con el nuevo secretario de Obras Públicas del Estado, Hugo Martínez, pues mientras éste dice que el alza de precio en el acero y el cemento ha encarecido la obra de infraestructura, el encargado de las Finanzas dice que no hay bronca. A ver cuándo se ponen de acuerdo.
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