Para ajustar cada campaña a las necesidades del distrito, cada candidato llevará un coordinador de campaña, desde luego previamente “palomeado” por don Rubén. Hasta el 11 de septiembre, los candidatos traerán puesta la mordaza que les colocó el partido para que no abran la boca y se expongan a una violación de las leyes electorales. Para que no quede duda que todos tienen que marchar al mismo paso, los veinte candidatos se congregarán en Saltillo para el arranque de la campaña con don Rubén y la jefa del tricolor nacional, Beatriz Paredes, quien al día siguiente se dará la vuelta por La Laguna para encaminar a los candidatos de este lado.
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Mientras tanto, los panistas lograron cicatrizar algunas de las heridas causadas por la selección de candidatos, al echar para atrás las impugnaciones de algunos abanderados. Los blanquiazules razonaron que si un bando impugnaba distritos que perdieron sus “gallos”, se expondría a que el otro bando les impugnara los que ellos ganaron. Esto fue particularmente cierto en la pugna entre el alcalde José Ángel Pérez y el senador y primer compadre, Guillermo Anaya. A final de cuentas se aceptaron los candidatos, aunque eso no quita que vayan a trabajar con unidad rumbo a la elección del 19 de octubre. Nuestros subagentes infiltrados en el PAN comentan que las huestes de don José Ángel sólo trabajarán los distritos 8, 11 y 12 donde van los candidatos del alcalde, mientras que los seguidores de don Memo sólo se preocupan por los distritos 9 y 10, donde van sus cartas. Sin embargo, las cosas no están tan claras como se ven, pues en el distrito 9 hay miembros del grupo de don Memo que no están muy contentos con la elección del neopanista Miguel Batarse como candidato. Y en el distrito 11 algunos seguidores de don José Ángel no vieron con buenos ojos que el candidato sea el cuarto regidor Manuel Villegas. De modo que algunos panistas optarán por ver los toros desde la barrera. Por lo pronto, los aspirinos en los distritos 10, Jorge Handam, y 12, Pedro Ávila, junto a don Miguel, ya registraron sus candidaturas. A don Manuel y al candidato del 8, Javier Pérez Valenzuela, todavía se las están haciendo de emoción porque el comité nacional panista no les ha validado sus candidaturas.
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Nuestros subagentes en la caseta de La Cuchilla comentan que el alcalde José Ángel Pérez cargó un autobús con cuates y enfilaron rumbo a Monterrey para una doble jornada de sana diversión: el juego “Santos”-“Rayados” y la pelea de Cristian Mijares. En el último evento, debieron llevarse buena sorpresa al ver que en el mero centro del ring estaba tremendo logotipo del “Gobierno de la Gente”, y nada de publicidad sobre cómo se transforma Torreón, al menos para hacer balance. Por allá se toparon con el alcalde de Gómez Palacio, Ricardo Rebollo, aunque él andaba por su cuenta. El viaje fue coordinado por el vicealcalde y primer amigo Ricardo Muñiz y entre la comitiva iba un personaje que llamó la atención: el alcalde de San Pedro, Arturo Babún. Resulta difícil explicar qué andaba haciendo un perredista rodeado de miembros del partido del “presidente espurio”, aunque no es la primera vez que don José Ángel carga con su colega sampetrino, pues también se lo llevó a la semifinal del Santos en Monterrey en mayo pasado. Por ahí se comenta que don Arturo trae problemas en su partido ante los intentos de infiltración y cooptación por parte del PRI y anda buscando a qué sombra arrimarse. O también puede ser la explicación más simple, que también es aplicable a toda la comitiva que se fue a pasear a Monterrey: que a la “gorra” ni quien le corra y “piensa patria querida que el Cielo, un gorrón en cada político te dio”.
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A lo mejor la identificación del PAN con el PRD no es tan descabellada cuando resulta que la Administración municipal de Torreón ha comprado la teoría del “compló” que tanto le gusta al “Peje” López Obrador y es usada por algunos funcionarios a quienes les acomoda para explicar sus fallas. Ya sabíamos y hablamos de la afición que tiene el jefazo técnico de Simas, Luis Horacio Salmón, por ver sabotajes por todos lados. Pues ahora el director de Servicios Públicos Municipales, Heriberto Martínez, también estrenó el argumento para explicar las fallas en el alumbrado que tienen a la mitad de la ciudad a oscuras, con el correspondiente aumento en el crimen. “Es sabotaje”, dice el funcionario, que no haya otra explicación para la incompetencia de su departamento. Nuestros subagentes comentan que hasta en la Policía municipal hay descontento porque los “cuicos” se la pasan reportando luminarias apagadas, lo cual dificulta su labor, sólo para encontrarse con que nadie resuelve el problema. Quizá todo sería más fácil si don Heriberto deja su chamba de jefe interino del PAN municipal y se pone a hacer el trabajo por el que el sufrido pueblo le paga.
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La Auditoría Superior del Estado ya informó al Simas de Torreón de los resultados de la revisión de cuentas que ordenó el Congreso local y dio 45 días para que el Sistema Municipal de Agua responda los señalamientos. Hasta ahora la cosa se ha manejado de manera muy callada, pues la Auditoría Superior no ha informado públicamente cuáles son las supuestas anomalías que se encontraron en las cuentas de Simas de 2004 y 2005, en tiempos de la Administración del primer compadre Guillermo Anaya. Tampoco el Simas ha dicho nada, aunque es posible que el jefazo de la empresa, Alberto Díaz de León, todavía esté leyendo el índice del documento. Las malas lenguas ya empiezan a comentar que en la peronera capital fraguaron el “timing” del asunto para empezar a sacar los detalles justo cuando la elección de diputados estará más caliente y antes de que Simas pueda responder. Cosa curiosa, los 45 días que tiene Simas para explicar las anomalías vencen el 17 de octubre y el 19 son las elecciones. Al parecer, eran ciertos los rumores que circularon hace unos meses sobre la intención del presidente del Congreso, Horacio del Bosque, de soltar la auditoría en tiempos de elecciones. Como siempre, piensa mal y acertarás.
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