En algunas esferas del Gobierno Federal, reportan nuestros subagentes en la capirucha del esmog, se comenta que el borlote nacional que armó el gober Humberto Moreira con su propuesta de aplicar la pena de muerte a secuestradores es en realidad una cortina de humo para esconder el hecho de que Coahuila no ha emprendido una reforma judicial y una “operación limpieza” en sus cuerpos policiacos para hacer más efectivo el combate a la delincuencia. De ahí que vean en la propuesta una maniobra para desviar la atención sobre el difícil tema de combatir el delito con acciones concretas para perseguir delincuentes. Pero, al mismo tiempo, hay preocupación porque el Gober tocó un nervio sensible en una ciudadanía agraviada, que ve en la pena de muerte un remedio contra la delincuencia y se teme que esto pueda desatar pasiones que no contribuyan a solucionar el problema de la inseguridad. Esto se vio reflejado en el hecho de que, mientras las élites mediáticas (el “círculo rojo” foxiano) tupieran al Gober tachándolo de irresponsable, la mayoría de la población ve con buenos ojos la propuesta. Sin embargo, el diablo está en los detalles y la forma en que don Humberto empujó la iniciativa de la pena de muerte en el Congreso local que revela la frivolidad con que se ha tratado el tema, pues en tres días ya estaba despachado el trámite, cuando es evidente que un asunto de esta magnitud requiere un análisis más profundo. La pena de muerte tiene ramificaciones variadas y delicadas, desde el hecho de que las sentencias las dictaría un sistema judicial corrompido hasta la médula, hasta un daño a las relaciones exteriores de México, pues el país deberá abandonar tratados internacionales para aplicarla, algo que no es bien visto en otros países. Otro problema es que el endurecimiento de penas no ha asustado a los delincuentes (por ahora sólo asustó a la “comentocracia”). De hecho en Coahuila se registraron al menos cuatro secuestros después de que el Gober propuso la pena de muerte, en agosto pasado y en dos de ellos se investiga la complicidad de policías de la peronera capital. Pero don Humberto ya consiguió lo que quería, que es exposición mediática gratuita a niveles nacional e internacional, con aquello de que El Vaticano entró en el ajo a decirle a don Humberto que por ahí no va la cosa. Si la pena de muerte es algo que valdría la pena debatirse como una solución drástica al grave problema de la inseguridad, debe hacerse acompañado de una propuesta seria para prevenir el secuestro o detener a los secuestradores. Claro que esto es mucho más difícil y cuesta más trabajo que ordenar a los curulecos del PRI que le aprueben su iniciativa al vapor, nomás para decir que se está haciendo algo y ventanearse cómodamente.
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Y en esto del secuestro, finalmente se dio la polémica reunión entre “ipecos” laguneros y el gober Moreira. A pesar de los roces previos en torno a la reunión y el desaire de varios empresarios al Gabinete de seguridad la semana pasada, el encuentro fue cordial y fluido, según nuestros subagentes. La plática se puso tan buena, que los asistentes se quedaron sin ver el partido del Santos. Los empresarios reclamaron duro la ineptitud de los ministerios públicos, pidieron reforzar estrategias contra el secuestro y cuestionaron las cifras del procu Jesús Torres Charles, afirmando que no son 20, sino más de 200 los plagios cometidos en Torreón en el último año. Nuestros subagentes comentan que la mayoría de los empresarios se manifestó a favor de la pena de muerte, pero también insistieron que, primero, hay que agarrar a los delincuentes (obvio). La nota discordante corrió por cuenta de la Coparmex, pues su presidente, Roberto Rodríguez, llegó con el empresarios Alejandro Gurza y el ex presidente del CLIP, Víctor Alducin, y las huestes del Gober no dejaron pasar a los dos últimos, argumentando que no eran dirigentes. La cosa se puso caliente y don Roberto prefirió perderse la reunión para solidarizarse con sus acompañantes, aunque no está claro qué logró con eso. Tras la reunión, don Humberto se fue de Torreón lo más rápido que pudo porque le avisaron que los mineros afines a Napito Gómez Urrutia le iban a armar un circo por la detención de dos líderes del sindicato en Monclova. De modo que el Gober optó por hacer a un lado la agenda que incluía reuniones con algunas élites empresariales y culturales de la Comarca, y regresarse a la peronera capital.
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El alcalde José Ángel Pérez prepara su tercer informe de Gobierno para el próximo 13 de diciembre. Nuestros subagentes comentan que en el PRI local hay quienes lamentan que en tiempos pasados esto hubiera significado ya el último año de don José Ángel, pues están confiados en que el tricolor recuperará la alcaldía. Se comenta que don José Ángel evalúa sus planes para el próximo año, pero que por lo pronto no tiene pensado darles el gusto antes de tiempo. Hasta ahora, los grandes proyectos de la Administración entrarán al informe incompletos: la modernización del transporte, que empezó bien, pero se fue al traste con la tarjeta “Ecobús”; las obras del Centro Histórico, que tienen a la zona hecha un caos que a los encargados parece tenerle sin cuidado y la reforma de la Policía municipal, que tuvo que emprenderse a las prisas tras enfrentamientos con federales porque de otra forma ni cuenta se hubieran dado. Nuestros subagentes comentan que dentro de la Presidencia Municipal hay quienes insisten en dedicar el próximo año a terminar lo ya empezado para que pueda rendir frutos antes de las próximas elecciones, mejor que empezar cosas que ya no verían terminadas. Las huestes de don José Ángel apuestan a que las obras del Centro y algunas obras viales, como el puente San Pedro-La Unión terminen pronto, aunque apostar a que los encargados de Obras Públicas y Desarrollo Urbano terminen las cosas a tiempo es más arriesgado que un viaje a Las Vegas.
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Los golpes están de a peso en la carrera para el cargo de pastor del rebaño tricolor en la próxima Legislatura de Coahuila. Nuestros subagentes en la peronera capital informan que la carrera ha quedado entre los laguneros Salvador Hernández Vélez y Salomón Juan Marcos. Al parecer, el ex alcalde de Acuña, Jesús Mario Flores ya no está en la contienda. Se comenta que don Salvador, ex subvicegobernador de Desarrollo Regional, es el que anda más movido, tanto entre los futuros curulecos como en el clan Moreira. En lo que el gober Humberto Moreira abre sus cartas, ya empieza a flotar la idea de una decisión salomónica (aunque no necesariamente benéfica para don Salomón) que sería rotar el liderazgo del PRI cada año, para que sean tres los encargados de pastorear el rebaño. Entre las ventajas que se ven a esta solución está el evitar que una sola persona concentrara demasiada exposición e influencia y detener los golpeteos internos entre los aspirinos pues a cada uno le tocaría su turno. Ya veremos.
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Este fin de semana el alcalde de Gómez Palacio Ricardo Rebollo tendrá una probadita de la celebridad con el evento del Teletón. El problema para la sufrida ciudad es que don Ricardo anda tan clavado en eso que está acumulando asuntos pendientes bajo la alfombra, como el de los ambulantes que no pueden ser reubicados, el retraso en algunas obras y la bronca con la planta tratadora, que el Municipio ya le quitó a la empresa constructora, pero sin idea de cómo echarla a volar y con un castigo leve para los incumplidos. Pero el verdadero problema para don Ricardo, a quien le urge sumar puntos en la carrera por la gubernatura con este evento, es que la situación económica no ayuda mucho a la filantropía y corre el riesgo de que Gómez se quede sin el Centro de Rehabilitación que se pretende construir. Nuestros subagentes comentan que si no se alcanza la meta de 439 millones de pesillos a recaudar este fin de semana, lo que se junte se irá a Veracruz y Gómez Palacio se quedará en veremos, pues sólo si se rebasa la meta habrá dinero para un CRIT local, por lo que a estas alturas don Ricardo debe estar mordiéndose las uñas.
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