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Vibran en didáctico

Lleno de niños de primaria estuvo ayer el Teatro Nazas dentro del concierto didáctico de la Camerata de Coahuila. (Fotografía de Érick Sotomayor)

Lleno de niños de primaria estuvo ayer el Teatro Nazas dentro del concierto didáctico de la Camerata de Coahuila. (Fotografía de Érick Sotomayor)

Niria Ramos Marín El Siglo de Torreón

La Camerata de Coahuila compartió su música con niños de escuelas públicas y privadas de la Comarca Lagunera.

Atentos y entusiastas, niños de diversas escuelas públicas y colegios privados de la ciudad disfrutaron ayer del primer concierto didáctico de la Segunda Serie de la Temporada 2007 de la Camerata de Coahuila.

La dirección del concierto corrió a cargo del concertino de la Camerata el maestro Tatúl Yeghiazaryán en vez del director artístico de la orquesta Ramón Shade quien por invitación del maestro Germán Cáceres de la Orquesta Sinfónica de El Salvador en Ecuador participó en el programa de dicha orquesta los días tres y cuatro de este mes.

Con casi todo listo en escena, los músicos comienzan a llegar a las 9:30 de la mañana, desde esa hora la fila de niños ya es larga para entrar al Teatro Nazas.

Ya con el público en sus butacas, la orquesta no sigue su protocolo habitual, dos violines afinan en pleno escenario, luego se incorpora un cello, las mujeres cuelgan sus bolsos en el respaldo de su silla y toman sus instrumentos.

La dinámica es completamente informal, pero a diferencia de anteriores didácticos en éste no hay tanto juego, pero esto no interfiere en absoluto, al contrario parece que los niños agradecen el que se les dé importancia, se sienten muy tomados en cuenta y desde el principio permanecen atentos, impacientes porque la música comience.

Llega la tercera llamada y todos aplauden efusivos la entonación de la orquesta, el narrador sale y da la bienvenida presentando a Yeghiazaryán y comenta que la primera obra a interpretar será Egmont de Beethoven, la bella obra comienza ante los ojos impávidos de los asistentes, les gusta, no hacen ningún ruido al principio, la obra prosigue mientras uno de los músicos muy discretamente limpia la boquilla de su instrumento.

Al terminar la obra hubo un momento de los más atractivos de la mañana pues el narrador invita al flautista Juan Manuel Rosales a presentar la sección de alientos: “Se dividen en madera y metal”, explica y va nombrándolos al tiempo que cada uno suena en el Nazas, provocando el asombro de los presentes, y sin duda los sonidos más aplaudidos fueron los del oboe y el clarinete.

Luego la orquesta tocó el primer movimiento del Concierto para Dos Trompetas de Vivaldi, muy lírico y que por supuesto da gran protagonismo a otros dos instrumentos de aliento que fueron las trompetas de Francisco Cedillo y Carlos Espinoza.

El concierto siguió su curso con dos piezas de El Lago de los Cisnes de Tchaikovsky que fueron la Danza de los Cisnes Pequeños y la rítmica Danza Española. Todo esto seguido de la Suite Mascarada de Aram Khachaturian y finalmente la divertida Suite de Los Beatles, cerrando con esto un concierto más de crear a su futura audiencia.

EL NARRADOR

En entrevista, el narrador de este concierto y percusionista auxiliar de la orquesta José Manuel Portilla dijo que uno de los objetivos primordiales de este tipo de presentaciones es: “Tratar de hacer esta música como era antes, es decir, popular, porque mucha gente tiene el concepto de que la música de concierto -la llamada música clásica- es para una elite de gente que es conocedora, y eso es falso”.

Añade que precisamente fue Mozart quien compuso mucha música que era para cursos de escuelas: “Y era para jóvenes”, la respuesta del público de estas presentaciones dice que es: “Magnífica, en los niños, en los jóvenes, en los adultos, se ve que hay un gusto por la música, y también existe un asombro en saber, en darse cuenta de que es una música realmente agradable, que no es lo que ellos pensaban, que no es una música que si no sabes de qué se trata no le vas a entender”.

Y música es música, explica: “Sea un concierto, sean cumbias, sean baladas, boleros, son sonidos que penetran por tu oído, impactan en tu cerebro y te producen una reacción, eso es la música. Y estos conciertos llamados didácticos son precisamente eso; enseñarle a los niños, a los jóvenes y a los adultos que no están acostumbrados a asistir a este tipo de conciertos que esta música es para todo el mundo”.

Su papel como narrador en el concierto didáctico dice que es “prácticamente igual que como locutor en los programas de radio, hablar un poquito sobre el auto, les mostramos a los niños los diferentes instrumentos que conforman la orquesta para que ellos sepan de qué se trata”.

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