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VIDA Y SERVICIO / “COMO PILATOS”

DR. GUILLERMO RODRÍGUEZ RIZADO

Los gritos angustiados de muchas madres se escuchaban por las calles y callejuelas, de Belén. Un ejército de soldados armados con sus espadas y lanzas irrumpió en la oscuridad de la noche, aterrorizadas muchas familias vieron cómo sus pequeños hijos principalmente los menores de dos años eran atravesados con las espadas o degollados con cuchillos. Mientras una madre trataba de proteger a su pequeño bebé, de un soldado que se acercaba hacia ella blandiendo amenazadoramente su espada, el padre del niño sujetó por la espalda a aquel soldado y forcejeaban, pero de pronto otro soldado que presenció la escena, hirió de muerte al padre de aquel menor y enseguida hicieron lo propio con la madre y el menor.

Esta tragedia nos ilustra cómo por mandato de un gobierno, que era en ese entonces Herodes, se pudo llevar a cabo una gran masacre que ocurrió hace ya más de dos mil años en la comarca donde se encontraba la población de Belén. Conocida como la matanza de los santos inocentes, este hecho es recordado con gran tristeza por la humanidad.

En nuestros tiempos, parece que la cultura hacia la muerte y la destrucción van creciendo de manera exponencial. Este jueves 28 de agosto de 2008, me enteré con gran tristeza que se aprueba la pena de muerte, (perdón quise decir la despenalización del aborto) en el D.F. contra millares de inocentes que su único y más grave delito es haber estado en el vientre equivocado. Y que como en el tiempo de Herodes serán masacrados. Aquello que sucedió en Belén, duró tal vez uno o dos días, pero lo que está sucediendo en estos precisos momentos, en que usted se encuentra leyendo esta columna, lleva más de un año y ocurre todos los días en la capital de la república y que es; la muerte de inocentes. Inocentes que no pueden alzar la voz ni defenderse de la criminal agresión de que son objeto por parte de seudomédicos y enfermeras que se dedican a esta brutal agresión, al igual que los soldados de Herodes. Desde luego que no todos lo hacen por iniciativa propia ya que como usted sabe en el D.F. existe un hombre que gobierna lo que es la capital del país cuyo nombre no vale la pena ni nombrarlo en esta columna. Y cuyo gobierno decidió poner en marcha las clínicas de la muerte que existen en México, argumentando, que se salvarían miles de vidas de “madres inocentes” que se practican abortos clandestinos. Lo que no se dijo es las miles de vidas que se segan a diario.

Ocho votos a favor y cuatro en contra fue el fallo que dio la Suprema Corte, los ministros que votaron en contra de la llamada “constitucionalidad” de la aprobación del aborto fueron: Sergio Aguirre Anguiano, Mariano Azuela y Guillermo Ortiz Mayagoitia, este último presidente de la Suprema Corte. Pero que al igual que Pilatos se lavó las manos diciendo:

“La Suprema Corte no penaliza ni despenaliza el aborto en el D.F” o sea, una respuesta ambigua a un tema tan grave que como vuelvo a repetirlo es el del aborto.

El que esto escribe piensa que no se trata de penalizar o despenalizar una acción como ésta. Sino de crear conciencia de que el aborto es un crimen, y que existen otras alternativas antes de llegar a esta barbarie. Alternativas que ninguna comisión, o gobierno promueven, como el que sería dar a estos niños que no desean algunas madres, en adopción, pues les aseguro que existirían muchos matrimonios dispuestos a quedarse con ellos, y entonces sí sería una realidad que se salvaran muchas vidas. Claro que al gobierno del D.F. se le ha hecho más fácil dar una “solución final” (como dijera Hitler para justificar la matanza de los judíos), y así poder (eso sí “constitucionalmente”) cometer estos crímenes a través de facilitar los medios, (clínicas) para llevarlos a cabo. Personas como Martha Lamas, fundadora del grupo de información de reproducción asistida, traducen su rencor y odio de sus fracasos personales, en un sentimiento de criminalidad hacia los inocentes que aún no han nacido, justificando que el aborto se lleve a cabo.

¿Pero qué sigue después de esto?; quizás que la “justificación del aborto”, cunda hacia otros estados de la república, y quizás algún día no muy lejano, algún gobierno decida “constitucionalmente” mandar ejecutar a todos los niños de la calle, o de algunas de las colonias marginadas para que no sufran más en esta vida y no padezcan de hambre. Les dejo esta reflexión, “quienes están a favor del aborto, es porque ya nacieron”.

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