Aquel discípulo escuchaba atentamente a su maestro quien agonizaba en su lecho de muerte, “escucha con atención Chang” tú has sido mi mejor discípulo en todos estos años, y tengo un secreto que revelarte: en la montaña ubicada donde nacen los manantiales azufrosos existe una gruta, donde encontrarás una rana de jade encima de un pedestal y al moverla ligeramente hacia un lado en la base del pedestal encontrarás unos símbolos que te harán ser el hombre más poderoso sobre la Tierra, pero deberás sortear serios peligros al buscar dicha gruta. Al morir su maestro el alumno se dirigió hacia esa apartada región en donde se ubicaba la montaña y la gruta. Poco antes de llegar en el bosque que rodeaba la montaña le salió al paso una enorme tigresa, dándose valor, enfrentó al animal y con mucha serenidad se dispuso a defenderse, viéndola fijamente a los ojos y manteniéndose firme, esperando el salto de la bestia, pero ésta empezó a retroceder poco a poco, cediéndole el paso al discípulo y retirándose sin atacarlo. Como si adivinara la importante misión de Chang. Al llegar a la falda de la montaña, comenzó el difícil ascenso en busca de la entrada de la gruta en cuestión, pero esto no era fácil ya que el terreno era accidentado y de difícil acceso, perseverando en el intento, y al sujetarse de una roca ésta se desprendió arrastrándolo metros hacia abajo logrando sujetarse de una rama de un pequeño arbusto. Una vez repuesto del susto logró ver una pequeña saliente oscura y se dirigió hacia la misma, encontrando la entrada hacia la cueva. Al penetrar en la misma la temperatura de la caverna fue aumentado haciendo el calor insoportable, en el fondo del túnel percibió una tenue luz hacia la que se dirigió pero tuvo que detenerse bruscamente ya que estuvo a punto de caer hacia el precipicio, pues el final del túnel era un desfiladero angosto por donde tenía que caminar al hacerlo vio que a mucha profundidad un río de lava serpenteaba el fondo de la gruta. Al continuar avanzando por el desfiladero una pequeña corriente de aire fresco le golpeó el rostro, por lo que siguiendo instintivamente dicha brisa llegó al fin a otra caverna que se abría al final del mismo desfiladero. Al ingresar en la misma logró ver en el centro de la gruta un gran pedestal de forma cuadrada con una enorme rana de jade que relucía encima del mismo.
El pedestal estaba tallado en piedra de cantera y sus cuatro lados eran lisos, no pudo Chang dejar de asombrarse ante la hermosa figura hecha de jade que representaba a la rana ya descrita. Recordó que de acuerdo a las enseñanzas recibidas por su maestro, una rana era la que sostenía al mundo entero, y el jade era símbolo de eternidad y de poder, se preguntaba ¿quién o quiénes? fueron los que colocaron esa figura en la caverna y no podía imaginarse tampoco la antigüedad de la misma. Al seguir las instrucciones de su maestro movió con firmeza hacia un lado la figurilla de la rana y escuchó un crujido y observó que de la base del pedestal salían empujadas hacia arriba cuatro tablillas que se deslizaron sobre los lados del pedestal. Las tablillas también eran de cantera y en cada una de ellas estaban inscritos símbolos en lenguaje chino, y al descifrarlos encontró que en la primera tablilla el significado era “Liderazgo”, en la segunda “Amor”, en la tercera “Servicio” y en la cuarta “Trabajo”. Debajo de dicha tablilla en un hueco abierto en el piso de la misma encontró un pergamino enrollado dentro de una funda de piel, el pergamino tenía el siguiente mensaje:
“Al poseedor de este pergamino, quien fue nombrado custodio del mismo deberá de seguir el mensaje dado en las tablillas y prometer someterse a cada una de las disposiciones inscritas en las mismas; Liderazgo significa que deberá desarrollar la capacidad de dirigir su propia vida, teniendo como disciplina el autocontrol y el autodominio de sí mismo, antes que pretender dirigir a los demás. Deberá practicar el amor hacia sus semejantes, hacia los animales, a los ríos y las montañas y a todo lo creado por el omnipotente y desde luego el amor hacia sí mismo, y esto sólo lo logrará con el servicio hacia los demás ya que ésta es una parte muy importante pues sin servicio todo lo que haga será estéril o inútil y por último comprometerse a trabajar todos los días de su existencia basado en el cumplimiento de estos cuatro principios. Cuando se acerque el final de sus días deberá nombrar a otro sucesor que continúe siendo el guardián de estos principios, revelándole donde se encuentra el pedestal con la rana de jade pues si sigue estos dictados con toda la sinceridad del mundo, jamás le faltará nada y en consecuencia se convertirá en el hombre más poderoso del mundo”.
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