Hace décadas las familias normalmente llegaban a tener un número variable de hijos casi siempre arriba de 3 o en ocasiones hasta 10 o 12, entonces el padre trabajaba y la mamá se hacía cargo de los hijos. Pero en estos matrimonios era notable la diferencia que existía entre un hijo y otro. Esta diferencia era en ocasiones muy marcada ya que los padres acostumbraban mencionar delante de los hijos frases como “tu hermano es mejor que tu” “el si estudia” “tú eres flojo” etc. etc. Con lo cual trataban de corregir la conducta o la manera de ser de los demás hijos. Vino a mi mente una película mexicana que vi hace ya algún tiempo donde un hijo era el orgullo de sus padres por que iba a la universidad, mientras su hermano al que veían con menosprecio y le ponían de ejemplo a su hermano, se dedicaba a trabajar. Haciendo énfasis ambos padres en la gran fortuna de contar con un hijo universitario pues en aquellos tiempos el ser
universitario era la máxima aspiración de mucha gente (todavía); en el mismo film el joven universitario se dedicaba a todo menos a estudiar, llegando a cometer un fraude con lo cual ocasiono la pérdida del trabajo de su padre, siendo el hijo que trabajaba el que logro rescatar a su familia de la pobreza.
Hace días vi otro film (cometas en el cielo, que les recomiendo), donde un hombre comenta con un amigo, que se encontraba hasta cierto punto decepcionado de su hijo, ya que la actitud del hijo no era la que él esperaba, y el amigo le menciona “no los puedes colorear a tu antojo”. Muchos padres de familia son dados a hacer este tipo de reclamos pues si cuentan con dos o más hijos cometen el error de resaltar las bondades de uno sobre las deficiencias de otro. Lo peor del asunto es hacerlo delante de ellos, y no debemos olvidar que las comparaciones son odiosas en muchas ocasiones, pues si tú tienes 2 o más hijos recuerda que cada uno nace con habilidades y cualidades diferentes ¡ninguno es igual al otro! Ni siquiera tratándose de gemelos.
Si Dios te concedió más de 2 hijos toma en cuenta que son seres individuales que merecen ser respetados al igual que cualquier ser humano y quizás alguno de ellos no le guste el estudio pero puede que sea un hábil comerciante o vendedor con lo cual puede ganarse la vida honestamente. En nuestros tiempos las universidades tanto públicas como privadas egresan un mayor número de profesionistas que ven frustradas sus aspiraciones al no conseguir trabajo en lo que ellos estudiaron y acaban muchas veces trabajando en algo muy diferente. No quiero decir con esto que es malo estudiar pero si es de pensarse que son muchos los años y el dinero que se invierte para que el objetivo final no se cristalice. El otro día en mí consulta llego una señora que me comentaba que tiene dos hijos de 15 y 17 años y que se veía muy apurada para poder mantener su hogar, pues ella es viuda, y sus hijos se encuentran estudiando y su deseo es que hagan carrera. Le
pregunte qué en que trabajaban sus hijos, y abriendo desmesuradamente los ojos me contesto; “están estudiando” – por eso, insistí –pero como le ayudan a usted en el sostenimiento de su hogar?... “le digo que están estudiando”…. Tal vez esta señora piense que si sus hijos trabajan en sus tiempo libre dejaran sus estudios, pero esto no es así. Sino al contrario un muchacho que se enseña a trabajar a ser responsable, y a aportar algo a su hogar, sobre todo si hay necesidades que cubrir y logra terminar una carrera, les aseguro que será un profesionista exitoso. Cada vez que voy a comprar a un centro comercial veo pequeños que te empacan el mandado, llamados cerillitos. Estoy seguro que muchos de esos niños en un futuro llegaran a convertirse en hombres de bien o exitosos profesionistas si logran terminar una carrera. Pero lo que quiero dejar claro es que debemos de resaltar cada cualidad que encontremos en nuestros hijos, no con
el fin de compararlos sino de que cada uno desarrolle esas habilidades para las que nació. Si tu hijo no es bueno con la escuela no trates de hacerlo profesionista, a lo mejor puede dedicarse a la mecánica o algún otro oficio que no en pocas ocasiones dejan más ingresos de los que puede tener un profesionista. Deja que cada hijo tuyo fluya como el agua de un riachuelo hacia la dirección que más le convenga, pero eso si; dentro de la honestidad, la disciplina y el trabajo diario.
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