(Segunda parte)
Un día al regresar Alfredo, tambaleándose por la ebriedad y al entrar a la humilde vivienda, Gloria no podía creer lo que veía, su esposo traía la camisa y las manos manchadas de sangre, haciendo un arqueo de vómito, Alfredo expulsó una bocanada de sangre, para caer inmediatamente inconsciente.
El ulular de la sirena de la ambulancia, que se abría paso entre el tráfico de la ciudad, hacía que la escena, donde Gloria apretando entre sus manos la mano de Alfredo, fuera más dramática con el llanto de la mujer, quien abrigaba la esperanza de que su esposo llegara vivo al hospital. Por fin la ambulancia detuvo su marcha y los camilleros se apresuraron a sacar del vehículo la camilla donde trasladaban a Alfredo... Un médico de guardia se apresuró a atender al hombre y al preguntarle a Gloria sobre lo ocurrido movió la cabeza negativamente. En seguida el enfermo fue puesto en una salita de urgencias donde le infundieron frascos de suero en ambos brazos, con la intención de elevar la presión del enfermo que se encontraba demasiado baja, con prontitud el médico de guardia introdujo una sonda provista con un balón por la nariz de Alfredo y que al inflarla poco a poco dejó de fluir la sangre. Al paso de los días y después de múltiples transfusiones, un especialista le comentó a Gloria que Alfredo padecía de cirrosis hepática producto del alcohol, y que en definitiva debería dejar de tomar.
Un mes después Alfredo abandonaba el hospital, y por enésima vez le juró a Gloria que en definitiva iba a dejar de tomar. Al llegar a la humilde vivienda “Pilo” y su hermana Mariana corrieron a recibir a su padre y lo abrazaban contentos pero con el llanto en los ojos. Las cosas en el hogar mejoraron Alfredo no había vuelto a tomar y el ambiente familiar era más relajado. Pilo estaba por terminar su educación primaria y su hermana Mariana había terminado la secundaria, y se dedicaba a trabajar en una dulcería del mismo pueblo en donde vivían, ya que la cuenta del hospital los hizo endeudarse y tenía que apoyar a su familia con lo poco que ganaba. Apenas habían pasado escasos siete meses de que Alfredo había sido dado de alta, cuando de nueva cuenta llegó ebrio a su casa. Gloria montó en cólera y reclamándole airadamente a Alfredo, éste le propinó una fuerte bofetada en el rostro. Pilo al presenciar la escena y con un valor inusual en él se interpuso entre su madre y su papá con la intención de impedir que la siguiera golpeando. Lo que enfureció más al hombre, quien le propinó un fuerte puntapié al niño, que lo arrojó a dos metros de distancia, al tiempo que le gritaba: -“quítese maricón a usted le falta mucho para ser hombre”- el niño quedó tirado en el piso al tiempo que encorvado se quejaba de dolor en el abdomen. Alfredo se le fue encima a Gloria propinándole una vez más una de sus acostumbradas golpizas. Habían transcurrido tres meses desde aquel día cuando una fría madrugada cerca de las cuatro de la mañana unos fuertes toquidos en la puerta de la vivienda despertaron a Gloria. Al abrir la puerta de la casa, reconoció el rostro de uno de los amigos de Alfredo, quien con voz alarmada le dijo: -“apresúrese comadre, el compadre está bien malo allá en la cantina”- sin penarlo dos veces y con pasos presurosos, en compañía del “compadre”, se dirigió hacia la cantina en cuestión, y al llegar encontró a su marido tirado en el piso en medio de un charco de sangre, donde era observado por los pocos parroquianos y el cantinero, éste al verla le comunicó: -“ya viene una ambulancia por Alfredo”-, Gloria se agachó hacia su marido quien... (continuará).
Ya están a la venta los boletos para el gran Ballet Ruso de San Petersburgo “El Lago de los Cisnes” que será presentado a beneficio se CHILD A.C. el próximo día 19 de octubre y los pueden adquirir en el Teatro Nazas y en Los 3 Garcías de Ramos Arizpe y Morelos.
Comentarios y sugerencias al correo electrónico:
lavidayelservicio@yahoo.com.mx
