(Tercera parte)
...al llegar encontró a su marido tirado en el piso en medio de un charco de sangre, donde era observado por los pocos parroquianos y el cantinero, éste al verla le comunicó: “-ya viene una ambulancia por Alfredo”. Gloria se agachó hacia su marido quien se encontraba acostado de lado en posición fetal, y de su boca y nariz escurría sangre. “Alfredo” le llamo Gloria; éste al escucharla intentó abrir los ojos pero sólo se percibía lo blanco de los mismos. Instantes después su cuerpo se estiró y dejó de respirar, Gloria angustiada movía el cuerpo de Alfredo de un lado a otro llamándolo por su nombre pero él ya no respondió. Al llegar los tripulantes de la ambulancia confirmaron los peores temores de Gloria, Alfredo había fallecido.
Con impotencia Gloria, junto a Mariana y Pilo veían cómo poco a poco el féretro de Alfredo se cubría de tierra. Después del funeral sintió un enorme vacío. No se explicaba por qué a pesar de estar en compañía de sus dos hijos el sentimiento de soledad era indescriptible. Días después se dio cuenta de su realidad, se encontraba sola en el mundo con dos hijos que mantener y lo que ganaba Mariana en la dulcería apenas les servía para medio comer, por lo que tenía que tomar una decisión ya que los gastos del funeral aunados a la deuda que ya tenía por lo del hospital la hacían sentirse abrumada. Como nunca había trabajado y sólo sabía hacer quehaceres domésticos, fue en busca de una amiga, quien la recomendó con una señora de la ciudad para que trabajara como sirvienta. Pero tenía que levantarse muy temprano de madrugada para poder abordar el autobús que la trasladaba del pueblo hacia la ciudad, regresando a su casa ya pasadas las diez de la noche, con lo cual dejaba prácticamente solos a sus dos hijos. Mariana en cuanto llegaba de la dulcería preparaba los alimentos y lavaba la ropa de Pilo y la de ella, y su mamá aparte, se hacía cargo de los demás quehaceres los domingos que era cuando descansaba. Por fin Pilo terminó su educación primaria y al igual que otros niños del pueblo ingresó a la única secundaria que existía en su población. Con grandes sacrificios Gloria logró pagar la inscripción de la misma, y al mismo tiempo comprarle algunos útiles y dos libros así como el uniforme.
Después de la muerte de su papá, Pilo se había vuelto retraído y presentaba una actitud introvertida hacia los demás y no participaba en ningún juego como lo hacían sus compañeros de la escuela. Un maestro de matemáticas de nombre Marcelo se fijó en él, ya que las calificaciones de Pilo contrastaban con su manera de ser, pues eran excelentes. Al profesor le preocupaba mucho la conducta de Pilo, por lo que buscó ganarse la confianza del muchacho y pudo percibir la amargura de su alma por falta de un padre. El profe Marcelo como lo llamaban cariñosamente los demás estudiantes, era un hombre noble y de buenos sentimientos. Con paciencia logró poco a poco acercarse al muchacho, y al enterarse de la precaria situación de Pilo decidió ayudarlo. Con dinero de su sueldo el profe Marcelo le compró unos zapatos al muchacho, y para no hacer sentir mal a Pilo le decía que le hacía un préstamo, y que cuando terminara la secundaria y trabajara entonces le podría pagar. Y de “préstamo en préstamo”, ayudó al muchacho con la compra de útiles y materiales escolares así como de ropa. Y así fue transcurriendo el tiempo y los años. Un domingo cuando Gloria se encontraba descansando, el profe Marcelo llegó en compañía de su esposa a la casa de Pilo, en sus manos sostenía un pastel de chocolate al cual le habían colocado 14 velitas. Gloria acudió presurosa abrirle la puerta al profe Marcelo, a quien ya conocía pues su hijo le había hablado en múltiples ocasiones de lo bien que se portaba con él. ¿Se encuentra Pilo? Interrogó el maestro; Gloria le contestó que lo había mandado a hacer una compra a la tienda pero que no tardaba en llegar. Después de cinco minutos Pilo apareció en la entrada de su casa y con gusto vio que su maestro estaba ahí. Al ver el pastel que su maestro le había llevado con motivo del día de su cumpleaños, Pilo no pudo contener las lágrimas y abrazando a su maestro rompió en llanto, al tiempo que agradecía aquel regalo, pues nunca en su vida había recibido un presente así, mucho menos había festejado ningún cumpleaños. Con suaves palmaditas sobre la cabeza de Pilo, el maestro le confortaba; “vamos hombre no es para tanto”. Posteriormente Mariana fue a traer unos refrescos y juntos celebraron los 14 años de vida de Pilo.
Faltaban pocos días para que Pilo terminara la secundaria, Gloria se encontraba trabajando en la casa de la ciudad y al llevar una charola con vasos de vidrio encima de la misma, de repente, sintió un fuerte dolor en el vientre que la hizo... (continuará).
Ya están a la venta los boletos para el gran Ballet Ruso de San Petersburgo “El Lago de los Cisnes” que será presentado a beneficio de CHILD A.C. el día de hoy 19 de octubre y los pueden adquirir en el Teatro Nazas y en Los 3 Garcías de Ramos Arizpe y Morelos.
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