José Miguel Ibarra 'Joseli' recibió a portagayola a su segundo toro de la tarde. La mala suerte persiguió al lagunero, quien pese a haber regalado un toro, no tuvo suerte y se fue en blanco de la Corrida de los Laguneros. (Fotografía de Jesús Galindo López)
En una gran tarde de toros, a beneficio de la Asociación de Jubilados y Pensionados de La Laguna, AC, el matador Germán Vielma cortó una oreja y fue el máximo triunfador de la Corrida del Orgullo Lagunero ayer ante una regular entrada en la Plaza Torreón.
Con anuncio de corrida histórica aparecen en el cartel los matadores Mario Mora, José Miguel Ibarra “Joseli” y Germán Vielma. Los antagonistas, seis ejemplares de la ganadería zacatecana de Torrecilla.
El primero de la tarde, “Jubilado” de 485 kilogramos, para el matador Mario Mora, que recibe al astado con un par de verónicas pegado a las tablas, luego da paso a la suerte de varas. El toro al sentir la puya sale con piernas del castigo. El tercio de banderillas se cumple por parte de los subalternos; Mario brinda la muerte del toro a Fernando Ortiz, jugador de los Guerreros del Santos Laguna.
En la muleta el astado acusa demasiada distracción, se muestra descastado y deslucido, va con la cara arriba y desparramando la vista. Durante la lidia Mora le realiza un par de muletazos con mérito, basado en las condiciones del animal.
A la hora de la verdad, en el primer intento pincha en hueso y en el segundo logra eliminar a su enemigo; silencio para el torero y arrastre rápido para el animal.
Segundo de la tarde, “Pensionado”, con 460 kilos, destinado al matador José Miguel Ibarra “Joseli”. Desde su salida el burel deja ver condiciones similares a las de su antecesor, sin embargo en el transcurso de la lidia “Joseli” logra pegar escasos muletazos en los medios, los cuales tienen dosis de emoción, conectando de inmediato con el público en el tendido. Posteriormente el matador es desarmado por el toro y el diestro decide ejecutar la suerte máxima, que se prolonga en cinco intentos y el acero a punto de calcificarse, finalmente en la sexta oportunidad logra fulminar al burel. Escucha palmas.
“Experiencia”, de 480 kilogramos, resultó ser el tercer toro de la tarde; Germán Vielma lo recibe con estéticas verónicas muy toreras. De esta forma Germán hace sentir de inmediato el arte contenido en su interior, obteniendo inmediata respuesta con las palmas de su público. En la suerte de varas el toro es castigado de forma excedida, el matador se percata de las condiciones del astado, pero antes de que se venza logra arrancarle dos pases por chicuelinas y remata con revolera, arrancando nuevamente las palmas del respetable.
Con muleta en mano y las zapatillas clavadas en la arena, el matador le confecciona al burel una emotiva faena a tanda de muletazos; mientras el toro acude al engaño, en el tendido se escucha a una sola voz “torero, torero, torero”, ante el artístico toreo de Vielma. Al momento de la verdad, en un primer intento pincha en hueso y en el segundo logra hundir la espada hasta la empuñadura. El matador escucha las palmas y recibe una oreja como trofeo.
El cuarto de la tarde, denominado “Sabiduría”, con 470 kilos, fue para Mario Mora, que lo recibe con verónicas y remata con farol de rodillas. Con chicuelinas ceñidas coloca al toro ante el caballo para que se ejecute la suerte de varas. El tercio de banderillas es colocado por los subalternos, con la muleta Mario Mora cita al toro, y al intentar una gaonera en los medios el burel hace por el torero y lo empala, afortunadamente sin consecuencias, se repone de inmediato del percance y realiza un quite por gaoneras y remata con rebolera, acto que es aplaudido por el respetable. Con gran emotividad realiza una vitolita y manoletinas; al momento de la verdad pincha en hueso y en el segundo logra eliminar a su enemigo, Mario Mora escucha las palmas y la ovación del público, que después de solicitar la oreja al juez éste simplemente la niega.
Al quinto de la tarde, “Doctor”, con 465 kilos, “Joseli” lo recibe a portagayola, el toro sale embravecido y hace que el torero prácticamente se tire un clavado ante la suerte. Ibarra estuvo voluntarioso con su faena, sin embargo se fue en blanco.
El sexto de la tarde, “Empleado”, con 468 kilogramos, para Vielma, que realiza una faena con muletazos al natural, ante un burel que acude al capote embistiendo a media altura y con peligro sordo. Ante la dificultad que representa las condiciones del astado el matador realiza una lidia aceptable, en la suerte máxima lo fulmina de inmediato, el torero escucha las palmas.
Toro de regalo
Para “Joseli” sale “Mensajero”, con 480 kilos, sin duda alguna el mejor presentado de la tarde. El toro sale con piernas y brinca al callejón, pegando un enorme susto a Jesús Galindo, reportero grafico del El Siglo de Torreón.
El matador coloca los tres pares de banderillas cortas y posteriormente logra confeccionar una aceptable faena compuesta por chicuelinas y rematando con rebolera. Al ir a matar los intentos llegan a cuatro y finalmente recurre al descabello.
Con un apéndice el gran triunfador de la tarde resultó Germán Vielma, que con su toreo artístico ha demostrado que los años dan experiencia y que por sus venas corre sangre de figura del toreo.
