El juego que realizaron en la interpretación de Khorumi, danza que se remonta a la época de las guerras históricas, recreó perfectamente la búsqueda de un lugar apropiado para los guerreros, la aproximación del enemigo, la batalla, la derrota y la fuga.
El espectáculo de Los Niños Virtuosos del Cáucaso encantó a los laguneros que anoche acudieron al Teatro Nazas.
Confirmando por qué son inmediatos herederos del tradicional Ballet Nacional de Georgia, anoche en el Teatro Nazas, los Niños Virtuosos del Cáucaso realizaron un espectáculo sencillamente majestuoso.
Disciplina, talento y destreza fueron algunos de los adjetivos que estos niños entre 7 y 12 años, pusieron en acción sobre las tablas del Nazas ante los laguneros exaltados por el impacto escénico del espectáculo.
Cuchillos, sables y rituales que bailaban y se integraban al ritmo de la música de nakarina y tambor, en las acrobáticas coreografías exhibidas por estos niños declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO y la UNICEF, tuvieron durante casi una hora y media.
Los ojos de los asistentes al Nazas, estuvieron atentos a cada una de las entradas que realizaron a lo largo de los dos actos, que el público lagunero optimizó con la lluvia de aplausos.
Una de las coreografías más aplaudidas fue aquella en la que el tambor se convirtió en un llamado bélico para que los niños salieran personificando una batalla donde el lenguaje de la danza comunicaba la protección del personaje femenino en el campo.
Cambios de ropa, elementos escenografícos y variaciones musicales, hacían de cada cuadro una propuesta original e individual que se integraba a la siguiente.
Un espectáculo completo, que además de la sideral danza Khorumi, que se remonta a la época de las guerras heroicas representando la búsqueda del lugar apropiado para los guerreros; la aproximación del enemigo, la gran batalla, derrota y fuga, los laguneros disfrutaron del Khanjluri, en donde la adrenalina y alguno que otro grito salió de la garganta de más de un espectador. En este baile Los Niños Virtuosos del Cáucaso representan a los pastores descendiendo de las montañas, armados con cuchillo y sables.
De la misma manera el tour por los antiguos bailes folclóricos de Georgia, mostraron a través del baile un maravilloso y completo compendio de los valores, costumbres, modos y virtudes con las que son educados los habitantes de esta región.
La sobriedad y el cortejo como parte de un valor estético fue una constante en el conjunto integrado por mas de 30 bailarines, tanto en los actos individuales como en los cuadros en los que participaba la compañía completa.
Cada uno de los cuadros que interpretaron son un reflejo de la organización social y la cotidianidad de la población, haciendo mediante el folclor hincapié en el respeto que tiene esta cultura hacia el sexo femenino, arte y danza comunicándole a los espectadores el rol determinante del hombre y la mujer.
Durante la presentación hubo tiempo para mostrar diferentes aspectos de una cultura. Bajo el título de Simd, los espectadores apreciaron una interesante composición que recuerda una antigua danza nupcial que se mantiene vigente en Georgia, interpretada por tres parejas donde el vestuario juega un papel importante ya que el blanco de las bailarinas significa lo inmaculado y el negro de los bailarines muestra la caballerosidad y el honor gregoriano.
La Parikaoba fue otro de los actos que llamó la atención del público infantil que presenció la función, ya que el baile típico inicia con la entrada de una pareja de enamorados, luego aparece un segundo varón y produce una disputa que conduce a un enfrentamiento con sables.
El número causó gran emoción dentro del auditorio por las espadas y cuchillos que vuelan hasta ser clavados en el escenario, un número que requiere de un grado de destreza máximo.
Cultivan el arte en la infancia
En Georgia el ballet ocupa un lugar espacial dentro de la cultura y la educación de sus habitantes, razón por la que el gobierno da un apoyo especial a esta disciplina.
Para que un niño haga parte de este ejército de bailarines y embajadores culturales georgianos, es necesario que ingrese mínimo a los 3 años de edad a la compañía.
Los integrantes además deben cubrir un extenso programa académico y la tradicional enseñanza del ballet, practicar de manera constante la danza regional y profundizar el folclor que finalmente es lo que Los Niños Virtuosos del Cáucaso han llevado a todos los rincones del mundo con su espectáculo.
La formación a lo largo de su paso por la academia es dirigida por maestros de primer nivel como Gia Davitashvili Jr. Actualmente el director de la Academia de Ballet Infantil de Georgia es Iliko Sukhishvili hijo, quien tiene el grado de Amo de Artes en el Movimiento de la Etapa, e infinidad de premios que por mucho ya superaron los obtenidos por sus padres. Personalmente se ocupa de la preparación de Los niños Virtuosos del Cáucaso, responsabilidad que heredó de sus padres que fundaron esta escuela en 1945.
