Pensaba en lo distinto que son los periódicos en Norteamérica y los periódicos Mexicanos.
Sin entrar al terreno de las grandes diferencias culturales –que por si mismas no dañan a nadie- como fotografiar a quienes llegan y salen del aeropuerto o a quien cumplió 15 años.
(Aunque los extranjeros se rían, nos gusta saber quien viajo a la capirucha o quien se fue de vacaciones en SemanaSanta.) Existen un par de secciones que con solo ver los encabezados y comparar el vocabulario y términos, nos pudiera dar una idea del perfil y educación del lector.
Finalmente es el mismo contenido el que nos puede dar una idea de quienes lo compran.
Especialmente las notas editoriales y las columnas de opinión en las secciones de negocios, nos dan una idea de lo que al sector “pensante” le interesa, o que presumiblemente lee. En este grupo están el empresario promedio, el profesionista estable, el político colocado, el líder de opinión.
Doy algunos ejemplos publicados en esta misma semana; El periódico canadiense “The National” en su sección de negocios habla sobre un reporte que demuestra que millones de canadienses – empresarios chicos y grandes- están haciendo uso de un software para calcular y enterar sus pagos de impuestos, y están desplazando cada año a los contadores públicos, un debate filosófico sobre la productividad vs la responsabilidad social, que es frecuente en Canadá.
El periódico “The Globe and mail” en una de sus columnas de opinión de la sección de negocios publica un comentario sobre los riesgos y rendimientos de algunos ETF’s , y critica la forma en que se manipulan los datos como la desviación estándar o la correlación con su “benchmark”, debido a que no todos los fondos tienen la misma “Beta” contra el mercado, y hace una critica severa a los órganos auto-regulados para que protejan los fondos de pensiones.
El New York times tiene semanas de publicar en su sección de negocios ríos de tinta sobre la situación de los bancos americanos, y las posibilidades de desinformación al evaluar los riesgos de las posiciones en derivados bajo métodos diferentes.
Podría equivocarme, pero tengo la ligera impresión que muchos del grupo de los presumiblemente “pensantes” no entenderían buena parte de esas secciones de negocios.
Me pregunto si en realidad existirá un interés autentico en conocer los rumores de algunos columnistas Mexicanos . Me pregunto si esos espacios le agregaran valor a los negocios.
Me pregunto si esto tendrá algo que ver con el nivel de educación, y el nivel de productividad.
Me pregunto nuevamente, que habrá sido primero: ¿el huevo o la gallina?
luis.flores@rbc.com