Un mes ha transcurrido y en la tumba de César Moreno no hay novedad. Su esposa sigue a vuelta y vuelta. Del edificio de Seguridad Pública a la Presidencia Municipal y viceversa. A un mes de su muerte, a la familia del policía que tenía 20 años en la corporación todavía no le definen si murió en cumplimiento de su deber, y sus honores están pospuestos.
En la antesala de la oficina del alcalde José Ángel Pérez aguarda desde hace dos horas Ana María Reyes, esposa César, quien perdió la vida de dos impactos de bala a manos de un policía federal al despuntar el alba del 8 de septiembre pasado.
Como en otras ocasiones, Ana María se fue a su casa sólo con la confianza y la paciencia que le piden los asesores del alcalde, quienes dicen “que por el momento no es conveniente moverle hasta que se limpie la corporación”. Para recibir esta respuesta, la viuda tuvo que pedir de nuevo permiso en su trabajo como intendente en el Tec Laguna. Desde que su esposo fue asesinado utilizó vacaciones y permisos para poder arreglar la situación de su marido y no quedar en el desamparo con sus hijos.
En su casa del ejido La Joya, que está a menos de un kilómetro del lugar donde murió César, sus familiares dicen que todavía no tienen respuesta favorable en la Presidencia Municipal. El mayor de su casa todavía reclama que a César lo enterraran sin honores en el panteón de El Águila. Al funeral sólo acudieron sus compañeros vestidos de civil.
A dos días del homicidio del policía municipal, la averiguación previa fue turnada a la Procuraduría General de la República (PGR). Un agente del Ministerio Público de la Federación, superior jerárquico de la Policía Federal, resolverá el caso que puede concluir en un homicidio por uso excesivo de la fuerza o en un ejercicio de legítima defensa.
Inicialmente, información no confirmada señalaba que el policía recibió un impacto de bala en la cabeza y por la espalda. Los reportes periciales señalaron que la bala entró por el pecho, casi a la altura de donde se inician las clavículas y le atravesó la espalda.
Como se informó en su momento, la patrulla de César Moreno, la 35469, tenía más impactos de bala en el parabrisas. El policía iba a la cabeza de la estampida de patrullas que intentaban huir del lugar donde se iniciaron los disparos. De los hechos rindió su testimonio el comandante José Antonio Madera, compañero de César, quien estuvo a punto de morir en las mismas circunstancias.
Los asesores del alcalde tienen dudas sobre las circunstancias de la muerte de César Moreno. No obstante, al día siguiente del fallecimiento del agente, el ex secretario del Ayuntamiento de Torreón, Rodolfo Walss, declaró: “merece todos los honores, pero en este momento no se pudo hacer lo debido porque lo más importante era restablecer el servicio. Ya se atendió a la familia, vamos a absorber los gastos y se pagará el seguro de vida correspondiente”.