A esta mujer le tocó la desgracia de tener a un energúmeno como marido; la martiriza y la mantiene a pan y agua con sus pequeños hijos. Las autoridades del DIF intervendrán en este caso en Vicente Guerrero.
Es objeto de martirio, hambres y humillaciones de parte de su pareja, quien sólo se aparece para torurarla. Pide auxilio a las autoridades.
Vicente Guerrero, Dgo.- Un verdadero infierno han vivido por seis largos años Angélica Soto de la Cruz y sus dos pequeños hijos, a manos de Mauricio Gurrola, quien la agrede por cualquier motivo, la sobaja, se va con su amante y regresa a su antojo sólo para golpearla de nuevo.
Angélica, de 28 años de edad, originaria de la Sierra de Mezquital, cuenta con dos hijos, Luis Mauricio, de cuatro años, y Jesús Manuel, de ocho meses.
Sin embargo, cuenta con un esposo bebedor muy violento: Mauricio Gurrola, de 29 años, quien la agrede por cualquier motivo, tanto física como verbalmente, y ya lleva muchos años con este problema.
Víctima.
Señala que a pesar de que huye y se esconde en el hogar de sus padres en la Sierra, el sujeto llega a sacarla con lujo de violencia, y no sólo la agrede a ella, sino también a los niños.
“El año pasado me golpeó muy fuerte en la cabeza, me pega con las manos y con lo que se encuentre; el pasado domingo lo hizo de nuevo y se fue de la casa ubicada en la colonia CNOP, en la calle Escorpión 171, porque tiene una amante y una hija con ella”.
Angélica señala que no tiene dinero ni para comer y la madre de su esposo, Rosa Lilia Venegas Aguilar, la apoya, pero desea encontrar un trabajo para poder mantener a sus hijos en forma adecuada.
Años de tolerancia.
Indica que siempre le pega y le dice que las mujeres nacieron para ser maltratadas, que no sirve para nada y que es muy ignorante, y así ha pasado seis largos años con este martirio.
Después de los golpes en la cabeza, dice que frecuentemente le dan fuertes dolores, pero lo que más teme es que Mauricio Gurrola llegue a quitarle a sus hijos.
“Porque me amenaza de muerte, que si lo denuncio me quitará a los niños y se los llevará a los Estados Unidos y nunca los volveré a ver y no he podido hacer nada”, añade.
Maniático.
Afirma que Mauricio se va del hogar, pero pasado un tiempo regresa sólo a golpearla. “Necesita rehabilitación pues él mismo señala que es golpeador, porque no tuvo el cariño de su padre”, agrega.
Angélica advierte que ella quiere irse a la Sierra y vivir tranquila y que las autoridades ya no dejen que este sujeto se le acerque, que le otorgue una pensión alimenticia y que la deje en paz; de no ser así, su vida peligra debido a la denuncia pública que realiza.
Por lo tanto, es de esperar la intervención de las autoridades del DIF encargadas de velar por el bienestar de la familia y del agente del Ministerio Público, antes de que se registre una desgracia.
Por Brisia Arlette Ramírez
El Siglo de Durango
