Viven la tradición

Apoyan artistas el Día de Muertos al montar ofrendas en sus casas para recordar a sus difuntos ‘La ven de cerca’.

La celebración del Día de Muertos es una tradición mexicana que, no obstante la influencia de otras costumbres extranjeras como Halloween, sigue vigente sobre todo entre el gremio artístico que cada año procura montar ofrendas para recordar a sus seres queridos.

Manuel Landeta asegura celebrar esta costumbre que data de la época prehispánica, no sólo por lo que representa, sino también porque le encanta comer el característico pan de muerto.

“En casa acostumbramos colocar un altar pequeño en honor a mis padres. Les ponemos flores de cempasúchitl, fruta, sus platillos favoritos y no pueden faltar las botellitas para mi papá; mientras para mi mamá son infalibles sus conchas de pan”, dijo.

Jorge Ortiz de Pinedo señaló que el Día de Muertos es una tradición que desde hace varios años se mantiene viva en su familia, pues cree que las almas de los difuntos “bajan” a la tierra a sabiendas de que serán agasajados por sus vivos.

Apuntó que en su altar nunca faltan las flores, fotos y veladoras, como tampoco las cervezas y puros que agradaban a su desaparecido padre, el comediante Óscar Ortiz de Pinedo.

El cantautor chiapaneco Reyli Barba afirmó que no acostumbra poner ofrenda de muertos, pero “me encanta ver que la gente se organice para hacer este tipo de cosas que suelen dar magia y envuelven de un ambiente especial estos días”.

La que sí se divierte es Sherlyn, quien describió que se disfraza como Catrina o La Llorona, lo mismo que Manuel Landeta durante su juventud.

“Me disfrazaba de Capitán Garfio o del Tío Lucas, mientras que mi mujer lo hacía de Peter Pan; aunque no eran alusivos a la muerte nos divertíamos mucho adoptando otras personalidades”, subrayó.

Tienen sus ‘reservas’

Para la cubana Vielka Valenzuela ha sido difícil entender cómo es que en México hay quienes no le temen a la muerte, la celebran y hasta se burlan de ella.

“Es complicado porque he sufrido mucho por mis seres queridos que ya no están aquí, por eso es que no concibo cómo en México festejan estas fechas”, refirió.

Dijo que más allá de todo eso, le ha sorprendido el cariño que se profesa a los muertos, “tanto que hasta procuran colocar en las ofrendas las bebidas o alimentos que más disfrutaban en vida, me parece un acto de amor muy grande”.

Quien no comparte la tradición y se rehúsa a entenderla es la actriz Altair Jarabo. “Yo procuro recordar a mis difuntos todos los días, no me agrada la idea de esperar una fecha en especial para hacerles saber que siguen presentes en mi memoria y en mi corazón y que les agradezco todo lo que me enseñaron”.

Lo que sí disfruta es beber chocolate con vino y comer pan de muerto. Aunque la antagonista de la telenovela En Nombre del Amor comentó que de manera frecuente la invitan a fiestas de Halloween, pero no va.

“Es una costumbre gringa y la verdad no me gusta adoptarla”.

‘La ven de cerca’

Por su parte, Lidia Ávila aseguró que estas fechas se prestan mucho para recordar sucesos paranormales. Compartió que cuando era una de las integrantes del grupo OV7, otrora Onda Vaselina, sus compañeros acostumbraban a narrar historias de fantasmas o de aparecidos en las carreteras. Por fortuna, dijo, “nunca me ha sucedido un acontecimiento de miedo”.

Sin embargo, a Manuel Landeta sí, cuando en su casa alguna vez escuchó la respiración de alguien en la habitación cercana.

“Me desperté en la noche y no podía dormir de tan prominente que se oía en la recámara, hasta que me dio miedo y salí corriendo. Cuando regresé me atreví a revisar y no había nada. A mi hermana le ocurrió que vio a mi abuela reflejada en la ventana de su cuarto cuando tenía poco tiempo de haber fallecido”, comentó.

La actriz Patricia Perrín, quien actúa en La Dama de Negro, también relató que le han sucedido infinidad de situaciones inexplicables a raíz de su participación en esta puesta en escena.

“Se supone que en la historia yo soy la que debe espantar, pero en ocasiones el público me pega cada susto que casi me desmayo.

“De repente gritan en el momento que no hay motivo, pero en otra ocasión, cuando ofrecíamos una función en Puebla, yo salí de entre los asistentes, le causé tanto impacto a un muchacho que literalmente se aventó del palco y otro me agarró a golpes”, recordó.

Mientras que unos lo sufren, otros como Altair Jarabo anhelan que algún día se le aparezca un fantasma.

“No sabes cómo me encantaría, estoy segura que no me daría miedo. Gracias al cielo se ha muerto poca gente importante para mí, quizá por eso no me han asustado”.