Fernando de la Mora rompió la formalidad para explicar la presencia de una botella sobre el escenario.
La soprano Eglise Gutiérrez y el tenor Fernando de la Mora deleitan a laguneros en el aniversario de la Camerata.
Cumplieron con lo prometido, y definitivamente la Camerata de Coahuila dio uno de sus más completos conciertos, en esta ocasión con motivo de su XIV aniversario.
La voz se reveló como uno de los elementos más bellos, eso sí, siempre logrando un balance perfecto con la orquesta, muestra de la calidad del tenor Fernando de la Mora y de la impresionante soprano Eglise Gutiérrez.
Un lirismo excepcional hechizó a los laguneros, que en ningún momento dejaron de estar al pendiente de cada uno de los sonidos que emergían del escenario.
Obras de Gaetano Donizetti, Guiseppe Verdi y Jules Massenet se adueñaron del Teatro Nazas en la interpretación de la Camerata de Coahuila que realizó magníficos acompañamientos que siempre respetó las voces y pocas veces hizo gritar las arias a los cantantes.
La Camerata realizó las oberturas y los acompañamientos, todo eso con base al que Ramón Shade denomina el instrumento más bello: la voz.
Así, esta mágica y elegante noche el concierto abrió con la enérgica obertura de Don Pascuale, para luego dar paso al riquísimo L’ Elisir D’ Amore con su Romanza Una Furtiva Lágrima espléndidamente realizada por el tenor que como un perfecto caballero arribó al escenario en medio del aplauso que desde hace tiempo ya es ‘su público’ todo ese sentimiento dio paso al Aria Prendi Per Me Sei Libero en voz de una bella Eglise Gutiérrez, que en el escenario se potencia y logra enamorar los oídos del auditorio.
Pero tan sólo con el primer dueto prometió exactamente lo que la noche iba a dar: calidad.
Y es que antes de empezar el fabuloso Esulti Pur la Barbara, Fernando de la Mora pidió al maestro Ramón Shade romper un poco la formalidad y decidió tener un contacto más íntimo con el público al platicarles por qué llevaba en sus manos una botella que a primera vista pareciera ser de vino, pero no. Pues muy presto el tenor explicó que ‘ese’ era el elixir de amor al que hace referencia la obra y entonó esta simpática parte en la que De la Mora echó mano de todo su carisma y talento vocal.
Luego, siguió un preludio ya conocido por los seguidores de la Camerata pues fue el del primer acto de La Traviata, mismo que la orquesta logró que el espectador recordara los grandes momentos vividos cuando se presentó en esta ciudad la producción completa.
El Aria Caro Nome Che Il Mio Cor, en voz de la soprano cubana que dejó claro porque hoy por hoy es una de las consentidas de la ópera en diversas partes del mundo. Una revelación para los laguneros, que cuenta con una tesitura perfecta para diversas obras.
Segundas partes sí son buenas
Después del intermedio tocó su turno a la obra de Guiseppe Verdi con la obertura de La Forza del Destino.
Pero como siempre, lo mejor lo reservan para el final, donde las voces, los instrumentos y la emoción estallan, y más con los extractos de Lucia Di Lammermoor, en el cual lució el trabajo de Eglise Gutiérrez quien cuenta con la tesitura perfecta para los requisitos de la obra.
Siguieron Recit Il Dolce Suono, el Aria Ardon Gl’ Incensi, el Aria Spargi D’ Amaro Pianto, Recit y Aria y finalmente el fuerte Duetto que logró un cierre espectacular.
Y cabe mencionar que aunque solo fueron extractos -porque la producción completa de la ópera es muy costosa- el público sí pudo disfrutar de una buena dosis de actuación, lo cual dio coherencia y mucha emoción a cada una de las interpretaciones, por todo eso y más los laguneros entregaron una cálida ovación en espera de que la próxima serie sea de igual o mejor calidad en la historia de la Camerata.
A detalle
Algunos datos sobre la presentación que ofreció anoche la Camerata de Coahuila.
- El concierto: Fue con motivo del XIV aniversario de la orquesta lagunera, cerrando con esto la Primera Serie de la Temporada 2008 de la Camerata.
- Los invitados: En lugar de tener instrumentos solistas como invitados el director artístico de la orquesta decidió tener como invitados a Eglise Gutiérrez y Fernando de la Mora.
- La revelación: Sin duda, la noche se la llevó Eglise Gutiérrez quien demostró su gran dominio y la belleza de su voz en cada una de sus participaciones.
- La presencia: Fernando de la Mora dejó claro porque es uno de los tenores que pisan más fuerte en el escenario, la potencia de su voz y su carisma lo confirmaron una vez más.
- El protagonista: Ramón Shade demostró gran conocimiento de su público y de sus músicos cuando elige el programa, el cual resultó fascinante por regalar varios de los mejores momentos del repertorio operístico en una sola noche.