Ya sabíamos que el tipo era un delincuente, un cínico y un descarado. Pero el “regreso” de René Bejarano a la “vida pública” es una muestra realmente excepcional de la degradación ética a la que ha llegado la clase política mexicana en general, y ciertos especímenes en particular.
Millones de mexicanos vimos cómo este señor se embolsaba fajos de dólares provenientes del eximio Alejandro Ahumada. No sólo eso: fuimos testigos, con una mezcla de estupor y socarronería, de cómo ese sujeto se quedaba hasta con las ligas. También de cómo intentó negar lo innegable, haciéndose el inocente. Y luego tratando de acusar a Rosario Robles de la manera más indigna, con papeles tan falsos que sus alegatos daban pena ajena. Ahí se le vio lo rajón, lo poco hombre y lo gusano que es.
Gracias a los resquicios de nuestro glorioso sistema judicial, el empresario sobornador pasó un buen rato a la sombra, como uno de los presos políticos menos defendidos por el pueblo unido que jamás será vencido; mientras que el sobornado salió libre al poco tiempo. Y Rosario Robles, quien dígase lo que se quiera es una mujer valiente y con seso (y ¡ah, cómo le hacen falta de ésas al PRD!… y a todos los partidos, si a ésas vamos) cayó en desgracia y terminó fuera de la jugada.
Y ahora resulta que ese delincuente, expresidiario, difamador de mujeres y corrupto contumaz regresa a la vida pública. No sólo eso: lo hace haciendo gala de sus peores mañas, acarreando lúmpenes para que lo vitoreen, usando dinero de oscura procedencia para movilizar a sus huestes, y pasando a crear, según esto, un Movimiento Nacional por la Esperanza. ¿O sea que qué? ¿Qué esperanza nos puede dar un desvergonzado que en cualquier país civilizado estaría tras las rejas, o no se expondría a ser visto en público para no recibir su merecido escarnio por parte de la sociedad?
Por si existía alguna duda, el mentado Movimiento está apoyado por los hermanos del Rayito de Macuspana… quien por su lado anda encabezando un Movimiento en Defensa de los Rayos Gama que No Alcanzan a Llegar a la Tierra por el Cochino Neoliberalismo… o algo por el estilo.
El caso es que si una sabandija como Bejarano puede darse baños de pureza y ser líder de cualquier cosa que sea la esperanza, entonces este país no tiene remedio. Si existiera un mínimo de seriedad, ya no digamos en el Gobierno, sino en la sociedad, lacras como Bejarano serían corridas a punta de abucheos y mentadas, y no recibirían la cobertura que tienen… como si su Movimiento fuera real, como si pretendieran algo más que hincharse de poder, como si ése fuera, ahora sí que un proceso legítimo. Pero no. Dejamos que esas escorias sigan enseñoreándose en nuestra vida pública. Y por eso ésta se halla degradada hasta la gangrena.
PD: Mañana a las doce en el Teatro Nazas: vea cómo era Torreón hace 102 años, con pelos y señales. Entrada libre.
