Una nueva ola de malas noticias económicas, que incluye otro medio millón de desempleados y el peor descenso en las ventas al minorista en casi 40 años, provocaron el jueves otra caída en los mercados financieros en la que el Dow Jones descendió debajo de los nueve mil puntos y perdió el 10% en dos días.
La gran inestabilidad del mercado que caracterizó a la crisis financiera en septiembre y octubre ha regresado, y el panorama económico se está tornando cada vez más sombrío, antes de la temporada de compras de fin de año y del nuevo gobierno del presidente electo Barack Obama dentro de unos meses.
El secretario del Tesoro Henry Paulson se comprometió a colaborar con Obama a fin de tener una tersa transferencia del poder. Paulson indicó que una transición "metódica y ordenada" es lo más favorable para los mercados financieros.
Esos mercados volvieron a estremecerse el jueves. El Dow Jones cayó 443 puntos, además de los 486 que perdió el miércoles. El descenso del del 10% en el promedio industrial es el peor que se haya visto en dos días desde 1987.
La caída del jueves llevó al Dow hasta los ocho mil 696 puntos, después que había subido la semana pasada sobre los nueve mil en su mejor semana en 34 años.
La declinación se produjo a causa de los nuevos indicadores económicos, todos desalentadores.
El Departamento del Trabajo informó que hubo 481 mil nuevas solicitudes para apoyo por desempleo la semana pasada, con ligero descenso de la semana previa pero bastante dentro de lo que podría considerarse una recesión.
La cifra total de nuevos desempleados a fines de octubre subió a 3.84 millones, peor de lo que los analistas habían esperado y mucho más elevada que hace un año.
Asimismo las ventas al minorista para octubre fueron las peores en por lo menos 39 años, según el Indice del Consejo Internacional de Centros Comerciales-Goldman Sachs, dejando entrever que las ventas no serán tan buenas en esta temporada de fin de año.
La productividad de los trabajadores estadounidenses creció a un ritmo anual de apenas un 1.1% en el periodo de julio a septiembre, ante el 3.6% del segundo trimestre. Los costos laborales subieron.
Con el objeto de paliar los problemas económicos, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que los demócratas impulsarían un paquete de estímulo económico, posiblemente ampliando el tiempo de pagos por desempleo más allá del tiempo usual, de 26 semanas.
Las empresas también han pedido ayuda. Los líderes de General Motors, Ford y Chrysler, junto con el presidente del Sindicato Automotriz Unido acudieron al Capitolio a fin de tratar sobre una solicitud de ayuda de miles de millones de dólares.
Previamente se anunció que el presidente George W. Bush ha decidido acelerar la adopción de su plan de rescate financiero por 700 mil millones de dólares.
Paulson, que fue encargado por Bush para desarrollar el gigantesco programa, ha presionado a su personal para que haga todo lo posible a fin de demostrar que la administración trabaja intensamente por apuntalar el sistema financiero y lograr que los bancos vuelvan a reanudar sus normas habituales en la concesión de préstamos.
El miércoles, al día siguiente de que Obama ganara la presidencia, el Departamento del Tesoro detalló cómo utilizar un préstamo de 550 mil millones de dólares antes de fin de año para respaldar el plan de rescate. El Tesoro dijo que venderá la próxima semana 55 mil millones de dólares en bonos, incluyendo la readopción de notas a tres años, todo ello parte de las gestiones requeridas por el plan de rescate y un déficit presupuestario que según algunos podría alcanzar el billón de dólares el próximo año.
El déficit es uno de los obstáculos que tendrá que encarar Obama incluso mientras el gobierno acelera sus planes para adoptar el plan de rescate y la Reserva Federal afina su enfoque de la crisis.