Desde julio de 2006 Andrés Manuel López Obrador ha mantenido inalterable su discurso del “fraude electoral que le arrebatara la Presidencia de la República”.
En su monótona arenga esgrimió toda clase de argumentos, que fueron siendo desmentidos uno por uno con respuestas objetivas por los órganos competentes, que sin embargo no satisfacían la necedad del hoy simple ciudadano López.
Por ello al paso del tiempo y tras haber tenido secuestrada la principal vialidad de la Ciudad de México la estrategia de López Obrador consistió en desacreditar a las personas e instituciones que desmintieron sus slogans.
Así desestimó al IFE, a la Suprema Corte de Justicia y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, siempre con las mismas palabras reiterativas: trampa, complot, fraude electoral, conteo voto por voto, etc.
Ahora todas esas palabras le están revirando en contra suya y de su partido, al constatarse, a partir de las mismas declaraciones de los candidatos que contendieron en pos de la presidencia del Consejo Ejecutivo Nacional, las gravísimas anomalías de todo el proceso interno.
Se puede mencionar la caída del Programa de Resultados Preliminares, Prep, para el conteo de votos de la elección interna: La página electrónica dejó de subir información pasadas las 20:15 horas del lunes 17 de marzo.
Alejandro Encinas, de Izquierda Unida, tenía en ese momento 43.90% y Jesús Ortega, de Nueva Izquierda, registraba 40.74% de los votos computados, pero el programa calló o cayó. La contabilización en el Distrito Federal no se movía del 16%. Los números se mantuvieron hasta la mañana del martes, cuando el Prep perredista se reactivó: Si esos silencios hubieran sucedido en la elección presidencial, qué de cosas no hubieran especulado los perredistas.
Otra denuncia concreta esgrimida por los contendientes dentro del PRD es el de la violencia desatada en estados como Durango donde hubo incluso un herido de bala y las actas desaparecieron, o en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz, etc.
Otra grave irregularidad se dio el propio domingo electoral por la tarde cuando Consulta Mitofsky y el Instituto de Mercadotecnia y Opinión (IMOP), comenzaron a hacer públicas las tendencias del electorado a favor de Alejandro Encinas por exigencia expresa de Leonel Godoy a pesar de que se había acordado que si la diferencia era menor a los 5 puntos porcentuales, estos adelantos no se harían públicos.
Otras curiosidades se dieron en Zacatecas con resultados de derrota total para Jesús Ortega, en tanto que en Oaxaca el “zapatazo” fue en sentido contrario, contra Encinas.
El vasto repertorio de las viejas prácticas fraudulentas de nuestra historia salió a relucir en este ejercicio: inflación y rasurado del padrón de militantes, robo de boletas electorales, urnas embarazadas, ratón loco, utilización de recursos y apoyos indebidos, compra de votos, destrucción de materiales electorales, golpes y jaloneos y eso, de ambas partes.
Pero no esgrimir sorpresa, porque desde semanas atrás se venía denunciando diversas irregularidades y porque hay que recordar que el PRD siempre ha tenido elecciones caracterizadas por una gran desorganización y diversos tipos de anomalías.