“Y si hubiera podido se las doy blindadas.
Palabra”.
Elba Esther Gordillo
Si algún aliado poderoso necesitaban los grupos disidentes del sindicato de maestros, especialmente en Morelos, para desacreditar la Alianza por la Calidad Educativa, ya lo obtuvieron en la persona de Elba Esther Gordillo. La decisión de la maestra de regalar 59 camionetas Hummer a los dirigentes de las secciones sindicales bien puede convertirse en el golpe mortífero contra el acuerdo que precisaban quienes se oponen a él.
Poco importan ya los detalles. De nada sirve que se argumente que las camionetas Hummer han sido compradas con dinero del sindicato y que esta organización puede hacer lo que quiera con su dinero. Ningún futuro tiene el argumento de que las camionetas son instrumentos de trabajo que permiten a los líderes seccionales llegar hasta los lugares más recónditos del país. De poco sirvió que, ya una vez generado el escándalo, Elba Esther afirmara que las camionetas se rifarían en vez de ser entregadas a los líderes sindicales. Mientras que su frase “Y si hubiera podido se las doy blindadas” ocupará sin duda un lugar privilegiado dentro de las frases célebres de la picaresca política mexicana.
Si bien las historias de la riqueza del sindicato y de la fortuna personal de la maestra son ya muy conocidas, se necesita una anécdota concreta, como la de las Hummer, para sellar la historia definitivamente en la imaginación de la población. Eso es lo que ocurrió con los relojes Rolex del líder petrolero Carlos Romero Deschamps o con las propiedades en México y el extranjero del ex gobernador del Estado de México Arturo Montiel. Una ilustración vale más que mil palabras.
Es verdad que el sindicato puede legalmente hacer lo que quiera con sus enormes recursos, pero también que el sindicato de maestros -maestros del sector público- no es una empresa privada por lo que sus recursos sólo pueden venir del erario o en todo caso de los maestros. Si consideramos que un maestro gana entre 5 mil y 6 mil pesos al mes, una camioneta de medio millón de pesos representa su salario de ocho años.
A pesar de que el dinero provenga del erario, ni la Secretaría de la Función Pública ni la Auditoría Superior de la Federación tienen facultades para examinar las finanzas de ningún sindicato. Esta independencia la han defendido ferozmente los sindicatos bajo el argumento de que están defendiendo la “autonomía sindical”. En la mayoría de los casos, sin embargo, esta autonomía sindical sólo ha permitido que tengamos una clase de dirigentes sindicales que se encuentra entre las más ricas del mundo con trabajadores que siguen estando entre los más pobres.
En distintas ocasiones he defendido en estas páginas la necesidad de que construyamos un sistema educativo que promueva una mayor calidad de instrucción. He señalado también que la maestra Elba Esther ha desempeñado un papel fundamental en la construcción de este sistema al permitir precisamente la firma de la Alianza por la Calidad Educativa. Uno podrá cuestionar los tipos de exámenes o los procedimientos concretos de este acuerdo, pero no tengo duda que establecer un sistema que hace que las contrataciones y ascensos de los maestros se decidan por concursos de oposición y no por decisión de los líderes sindicales, compra o herencia es un paso en la dirección correcta.
Desafortunadamente, el despliegue impúdico de recursos que significa el reparto de estas 59 camionetas Hummer, más las que se hayan quedado entre los mandos superiores del sindicato y no hayan llegado hasta los líderes seccionales, le ha dado quizá un golpe mortal a un acuerdo que podría haber ayudado a construir un sistema educativo basado en una búsqueda de la calidad y no en rígidas reglas sindicales.
La solución, sin embargo, no radica en reemplazar a un líder sindical por otro. Mientras no les quitemos a los sindicatos nacionales el enorme poder que tienen para chantajear al Gobierno y a la sociedad y mientras el Gobierno no establezca reglas que obliguen legalmente al manejo transparente de las finanzas de los sindicatos y a la adopción de reglas democráticas para la elección de sus líderes, seguiremos teniendo líderes sindicales ricos y trabajadores pobres.
La maestra Elba Esther ha sido simplemente más ingenua en su manejo de estos recursos que otros dirigentes, sobre todo por entregar estas Hummers a la vista de todos. Pero todos los líderes sindicales manejan enormes cantidades de recursos sin ningún tipo de control de los trabajadores o de nadie más.
REPUNTE DE MERCADOS
No han faltado los políticos que se levanten el cuello diciendo que ellos han impulsado las medidas que generaron el repunte de ayer de los mercados financieros. Estos mismos políticos les echarán la culpa mañana a los especuladores si se registra una nueva caída. La verdad es que la recuperación de ayer tiene poco o nada que ver con las medidas anunciadas por los políticos. Su origen está más bien en el simple agotamiento de una caída que no podía durar de manera indefinida. Son los políticos que hoy quieren sacar provecho de la tragedia financiera los que en el pasado empujaron a la economía al desastre, al mantener políticas económicas suicidas que acabaron con el ahorro y fomentaron una bonanza artificial basada en el otorgamiento de créditos hipotecarios a quienes no podían pagar.