RESULTA QUE de un día para otro se nos cae la venda de los ojos. De pronto y sin previo aviso se puso a la vista de toda la ciudadanía la corrupción de los cuerpos policiacos de Torreón. Fueron necesarias únicamente 24 horas para que los ciudadanos lográramos saber con certeza, en manos de qué pillos habíamos depositado la protección y salvaguarda de nuestra seguridad de nuestras familias y nuestros bienes.
EL CASO DE LA POLICÍA municipal del Ayuntamiento de Torreón que encabeza el panista José Ángel Pérez, no es otra cosa que el producto de la inexperiencia, descuido y desatención por parte del propio alcalde y de los integrantes del Cabildo y del mentado Consejo de Seguridad a un reglón tan importante de la Administración pública como lo es la seguridad de la ciudad.
PODRÍA PARECER increíble, pero de manera silenciosa y en poco tiempo, el crimen organizado logró penetrar hasta el mismísimo corazón de los cuerpos policiacos, sin que nadie pudiera o quisiera darse cuenta. Las primeras investigaciones han revelado que muchos policías de la ciudad y sus mandos medios, estaban recibiendo hasta la semana pasada, una cuota de 2,500 a 10,000 pesos mensuales para proteger al narcomenudeo y dar los “pitazos” oportunos con relación a los operativos policiacos que realizaban los diversos cuerpos de seguridad, en sus tres niveles de Gobierno.
POR LO PRONTO, 32 policías municipales a bordo de sus patrullas, la madrugada de lunes pasado, con gran irritación y enojo porque cinco de sus protegidos narcotraficantes habían sido sorprendidos y detenidos por la Policía Federal, decidieron trasladarse a las instalaciones federales para retar y rescatar a los policías corruptos ya detenidos. Por un lado el cinismo puro, por la otra, una inocencia de los municipales que da verdaderamente ternura.
LA REALIDAD ES que los cuerpos de seguridad de Torreón ya tronaron y será imposible que puedan recuperar el más mínima confianza del ciudadano. Todos los habitantes de Torreón han sido burlados y calificados como una sociedad de tontos e ingenuos por el actual Ayuntamiento.
UNA POLICÍA DEDICADA a “morder” y extorsionar borrachos y automovilistas nunca ha sido novedad para los ciudadanos, siempre ha sido así; pero que una gran parte de los cuerpos policiacos municipales pagados por el erario público, haya llegado a transformarse en protectora del narcomenudeo, ese crimen incalificable que envenena a los niños y jóvenes a las afueras de las escuelas, eso sí no tiene nombre.
¿CUÁNTOS TORREONENSES han sido “levantados”, extorsionados y amenazados en los últimos meses por la delincuencia? De esos lamentables hechos ninguno ha sido aclarado y menos prevenido por las policías. El temor se ha apoderado de nuestra ciudad, hasta no hace mucho tiempo un lugar privilegiado para vivir y crear una familia. Ahora es un lugar de miedo, desaliento impotencia e irritación.
LAS FAMILIAS de cualquier nivel económico o social, temen que sus hijos sufran un secuestro. Nadie está seguro de regresar por las tardes sano y salvo a su hogar; y uno se pregunta: ¿Y si algunos policías municipales habrían participado o cooperado en los “levantones” que han sufrido decenas de torreonenses? Sólo el tiempo lo podrá decir.
POR LO PRONTO la confianza del ciudadano en la actual Administración municipal se ha perdido totalmente. No es admisible ni verosímil que tanta corrupción, entre tanta gente y a tan diversos niveles en los cuerpos policiacos haya sido desconocida por los funcionarios municipales. Ya en aquellos días en que se publicitó el video en donde el secretario de Seguridad Pública, Alfredo Castellanos, apareció en una alegre fiesta teibolera que le habían organizado los propietarios de los giros negros, el alcalde le perdonó la vida y lo sostuvo como secretario. Ello no fue nada más que una falta de energía y de respeto a la propia institución del Ayuntamiento.
SIN CUERPOS POLICIACOS CONFIABLES, se presenta ahora el problema de reconstruirlos desde sus mismas bases, bajo las premisas de que cursen una verdadera carrera policiaca; se les proporcione una efectiva y real seguridad social: que se respeten escalafones y grados; que puedan contar con un plan de pensiones y retiro, un seguro de vida y gastos médicos mayores, facilidades para la adquisición de un hogar y sueldos decorosos.
LA OPINIÓN PÚBLICA sentida y molesta por los lamentables sucesos en que se vieron involucrados algunos de los integrantes de los cuerpos policiacos de Torreón, opinan que en tanto no se lleven a cabo todas las investigaciones para saber a ciencia cierta hasta dónde se ha infiltrado el narco dentro de los cuerpos policiacos, lo más correcto sería que el alcalde José Ángel Pérez solicitara una licencia y se separara de su cargo por una temporada.
POR LO PRONTO, en el Congreso local una fracción de diputados ya planteó la posibilidad de que José Ángel Pérez pida una licencia a su cargo, en tanto se investigan los hechos, y es que en la materia política y en la Administración pública son tan reprobables las acciones incorrectas como las omisiones consentidas.
DEBEMOS RECORDAR que por mucho menos pidieron licencia como alcaldes, y en su momento, Gustavo Fernández Juárez y Mariano López Mercado.
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