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Y siguen los estúpidos…

El comentario de hoy

Francisco Amparán

Comentábamos ayer que, pese a todos los avances que en términos de derechos sociales, humanos y políticos han adquirido en las últimas décadas las minorías sociales, étnicas y religiosas de los Estados Unidos, sigue habiendo grupos que consideran que su país, el destino de inmigrantes por excelencia, debe ser una entidad homogénea, blanca, protestante y anglosajona… de preferencia.

Para colmo, ello se manifiesta a veces a través del grupo racista de más larga historia y peor reputación: el Ku Klux Klan, una organización creada después de la Guerra de Secesión (1861-65) concebida para amedrentar a los negros y evitar que ellos pudieran ejercer sus derechos. Especialmente en el Profundo Sur, el que perdió la guerra, esos payasos vestidos con gorros picudos aterrorizaban condados enteros en los que los negros querían votar, pero estaban demasiado asustados como para hacerlo.

Ello fue decreciendo desde los años sesenta, cuando los esfuerzos de Martin Luther King y otros luchadores sociales rindieron frutos. El racismo descarnado fue peor visto paulatinamente en todos los ámbitos, y los miembros del Ku Klux Klan resultaron vistos por la mayoría de la sociedad como lo que siempre fueron: una pandilla de payasos patéticos, que sólo podían desbordar sus complejos mediante la tortura y castigo físico de quienes tenían como inferiores…porque no encontraron otros.

Todo ello llevó, como tenía que ser, a la decadencia del KKK. Para muestra, dos botones de la semana pasada.

Un joven de ascendencia panameña, por el solo color de su piel, fue apaleado en una feria de Kentucky, hace un año. Una organización en pro de las minorías acumuló pruebas, documentos y evidencias, y acusó penalmente a la organización racista a la que pertenecían los agresores. Ahora no se trata solamente de que esas escorias pasen luengos días en la cárcel; sino que, al pagar las indemnizaciones, se queden en la inopia, ellos y su organización. Y al parecer, así será: esos tipejos se quedarán sin tener con qué reclutar nuevos idiotas.

Por otra parte, una congregación de Ku Klux Klan de Louisiana, a falta de locales a quiénes engatusar, recurrieron al Internet. Allí hallaron a una pobre mujer insegura, radicada en Oklahoma, quien dijo que quería pertenecer a la asociación de idiotas con gorros picudos. Fue a Louisiana, pero a media ceremonia entendió que aquello era una tontería y se quiso ir. sus presuntos colegas la mataron a balazos.

Lo cual demuestra que esos grupos son sólo refugios de desesperados y psicópatas. Que el racismo activo y organizado cada vez tiene menos fuerza allá y en todos lados. Y que, después de todo, quizá todos hemos, como Humanidad, entendido algunas cosas. Sólo algunas. Pero ya va de gane.

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