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¡Ya basta!

El filósofo de Güémez

Ramón Durón Ruiz

Los hombres del poder fueron con el viejo y sabio campesino del pueblo preguntándole:

––¿Cuáles son los elementos indispensables para gobernar bien?

––Ejército, pan y confianza –respondió éste.

––Y si fuese necesario que prescindiéramos de dos, ¿cuáles de ellas dejarías a un lado?

––El Ejército y el pan, me quedaría con la confianza –respondió el sabio campesino.

El pasado fin de semana, una ciudadanía que no tiene confianza en sus autoridades, que sabe que el país no puede funcionar, ni prosperar en el estado actual de impunidad; una sociedad agraviada por el secuestro salió a las calles en 80 ciudades de 25 entidades del país, vestida de blanco y marchando en silencio, encendieron la mecha para lanzar al unísono un ¡YA BASTA!

En el D.F. un río interminable de voces ciudadanas exclamaban ¡YA BASTA! a la impunidad, al secuestro, a los robos, a la inseguridad, el zócalo de la Ciudad de México se vistió de blanco, llenándose de un silencio sepulcral, del fuego de la indignación por los altos niveles de impunidad; en el D.F., de cada 100 delincuentes cinco son castigados. Los cambios en el mundo van de la calle al palacio, la marcha tiene en sí misma un carácter vinculativo, evidencia la desconfianza de una sociedad agraviada por el secuestro en sus autoridades.

La marcha de 2004 donde se exigieron cambios en seguridad pública quedó como un cúmulo de buenos propósitos, en ese entonces la autoridad pareció ignorar lo evidente. En 1991 hubo marchas contra el fraude electoral, la marcha de la dignidad en San Luis Potosí, la caminata por la democracia en Guanajuato, el éxodo por la democracia de Tabasco, que seguidos de muchas marchas más ayudaron a crear conciencia a favor de la democracia electoral, facilitando la ciudadanización del IFE en 1996 y allanando el camino de la alternancia democrática en 2000.

Las crisis de las últimas décadas han hecho que surja una ciudadanía demandante, primero fueron las crisis del orden político, después las económicas, ahora la de seguridad. Todas han afectado a la ciudadanía, destruyendo familias y patrimonio.

En 2008 la marcha ciudadana por la seguridad “Iluminemos México” es un reclamo que evidencia desconfianza de la ciudadanía en sus políticos, por el alto índice de secuestros en el DF y la ola de criminalidad que afecta la nación. La marcha fue un ejercicio cívico sin precedentes, y en sí misma representa el más elemental derecho ciudadano en una democracia en ciernes –como la nuestra– de cuestionar los resultados en seguridad pública, en un país que avanza pasando de los excesos del sistema presidencialista, a una presidencial, de rendición de cuentas.

Un sistema con una estructura de poder caracterizada por partidos políticos desvinculados de la sociedad, con mucha fuerza en el Poder Legislativo, pero con escasa representatividad social, partidos que parecen no escuchar el reclamo social que lanza un ¡YA BASTA! a los secuestros, a la impunidad… a la inseguridad pública.

La sociedad marchó no buscando sustituir el Estado mexicano, sino exigiendo que los políticos –de todos los partidos– cumplan con su responsabilidad histórica, generando los resultados y construyendo la confianza que tanta falta nos hace. Cuando la sociedad se pone en marcha de una manera impresionantemente masiva, el país puede y debe cambiar; si aprendemos la lección... México saldrá ganando.

Aunque en el tema del secuestro en México, el viejo Filósofo de Güémez cree que tenemos el síndrome del gavilán estreñido… planeamos, planeamos, planeamos y no soltamos nada.

filosofo2006@prodigy.net.mx

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