La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta presentó su informe de labores, acto celebrado en el lobby del recinto legislativo de San Lázaro. (El Universal)
La perredista Ruth Zavaleta llegó, miró e instituyó un nuevo ritual en San Lázaro: el día del presidente de la Mesa Directiva.
“Siempre he sido una rebelde”, rubricó su mandato la otrora ex delegada de hierro en Venustiano Carranza.
Ataviada en color dorado, Ruth tuvo un festejo en grande, inédito, no en la máxima tribuna de la nación, sino a un ladito, en el lobby, rodeada de “cómplices” en lo que llamó un posible “acto de rebeldía”.
En el acto de rebeldía, hasta duelo de mujeres hubo. Imán de ojos, la actriz Susana Zabaleta, quien en la telenovela es “Ruth”, fue al informe de la presidenta de la Cámara de Diputados.
“¡Ruth voltea!” gritaban los de la lente desde el corral que Comunicación Social de San Lázaro puso para contener a los comunicadores.
Aludida, la actriz preguntó si era a ella, pues su personaje es “Ruth” y en la vida real se apellida Zabaleta, como la festejada.
Al final, ellas dos eran las que tenían fila para la foto y el abrazo: las Ruth, Zavaleta y Zabaleta. Fue un acto que hizo renacer al viejo ritual del presidencialismo, que se creía muerto, pero no.
Acudió Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, a quien Zavaleta llamó “amiga”. Su amistad quedó sellada con saludo y despedida de beso.
También la canciller Patricia Espinosa, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Santiago Creel —quien calificó el nuevo ritual como “democrático” e “innovador”— y Héctor Larios, coordinador de PAN, y diputados como Gerardo Priego.
Día de fiesta
Desde la tarde el escenario lució repleto de flores —Zavaleta confirmó que le gustan—, 500 sillas estilo Versace, cuatro pantallas de plasma para los invitados de honor, una pantalla gigante —que nunca transmitió el video prometido— fueron el escenario, para un informe inédito en la historia del Congreso de la Unión.
Ruth justificó el acto en aras de la rendición de cuentas, pagado con recursos públicos, y bajó como quinceañera a las dos y media de la tarde a verificar que todo estuviera a punto, para recibir a su público, para su festejo.
Todo a tono, el evento inició a las 18:15 de la tarde. Al final, vino de honor, bocadillos, grupo de cuerdas.
La festejada dio un discurso de 27 minutos, frente al presidente de la CNDH, José Luis Soberanes; el presidente del IFE, Leonardo Valdés; el presidente del Panal, Jorge Kahwagi, y el presidente del IFAI, Alonso Lujambio. Hizo votos por que su fiesta se convirtiera en práctica común para sus sucesores.
Y si creía que atrás había quedado el ritual del informe presidencial, el del 1 de septiembre, con la última reforma, ayer ella logró instituir “El Día de la Presidenta”.
